El barrio de las letras de Madrid: entre versos y chismes

Por: Everth Bolaños

Si crees que la enemistad que hay entre Darth Vader y Luke Skywalker es acérrima, espera a leer acerca de estos grandes de las letras, protagonistas de uno de los capítulos de la literatura más entretenidos de la historia.

Comencemos por el inicio, durante el siglo XVI nacieron en España muchos de los autores pertenecientes al llamado Siglo de oro de la literatura española, estamos hablando de Miguel de Cervantes (1547) Luis de Góngora (1561), Lope de Vega (1562) y Francisco de Quevedo (1580). Si bien, podríamos retomar otros nombres también reconocidos, nos enfocaremos en ellos por una simple razón: las riñas que tuvieron fueron épicas.

¿Te imaginas encontrarte con estos monstruos de la literatura en un mismo lugar? Bueno, pues ese sitio existió y fue el llamado Barrio de las letras, el cual se encuentra ubicado en Madrid. Aquí vivieron estos genios, a quienes únicamente los separaban unas cuantas calles.

Pero, como era de suponerse, hacer que más de dos artistas convivan con sus egos, no es tarea fácil. Y como muestra, encontramos famosos ejemplos a lo largo del tiempo, como la ocurrida entre William Faulkner y Ernest Hemingway; Jean Paul Sartre y Albert Camus o Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa.


Iniciemos con lo ocurrido entre el autor de la obra cumbre de la literatura en español, Miguel de Cervantes Saavedra y el creador de Fuenteovejuna, Félix Lope de Vega.

Dicen que hay que tener cuidado de que tu amigo se convierta en tu enemigo y éste es el caso. Los dos personajes habían sostenido una relación de amistad por muchos años, en los que ambos escribían líneas alabando el talento del otro, de ahí que Cervantes llamara a Lope “Monstruo de la naturaleza”.

No obstante, de repente la situación cambió, por qué, no se sabe exactamente. Hay quienes aseguran que quien inició el conflicto fue Cervantes, debido al celo que le generaba saber que el literato estrella de la época era Lope de Vega, creador de un estilo que se había convertido en el estándar de la escritura, un estándar que Saavedra no quiso cumplir.

Hay que agregar también, la portada del libro de Lope de Vega El peregrino en su patria (1604), donde aparece el grabado de una estatua de la Envidia y unas líneas que decían “Quieras o no quieras, Envidia, Lope es o único o muy raro”, la cual es una de las primeras muestras públicas que hubo de este enfrentamiento. Debido a lo anterior, hay quienes llegan a afirmar que uno de los motivos que tuvo Cervantes para escribir El Quijote (1605) fue justamente esta rivalidad, ya que existen diferentes pasajes dentro de la novela en la que hace alusión a Lope de Vega e, incluso, se ha llegado suponer que el burro de Sancho Panza fue creado pensando en su enemigo.

El problema llegó a tal nivel que se dice que el llamado Quijote apócrifo o El Quijote de Avellaneda (1614), firmado bajo el pseudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda, fue en realidad hecho por el propio Lope de Vega, en parte por hacer enojar a Cervantes y en parte por los celos que le provocaba saber que, aunque fuera un gran escritor, nunca podría escribir una novela como El Quijote. Esta acción orilló a su autor original a realizar finalmente, después de diez años, la prometida segunda parte, la cual apareció un año después, en 1615.

Al final, no hay manera de saber exactamente qué los llevó a enemistarse a tal grado, ni podemos decir quién ganó, ya que por un lado tenemos al creador de la comedia moderna y por el otro al creador de la novela moderna. Si bien, durante esa época Lope de Vega era el autor preferido, la historia le ha hecho justicia a Miguel de Cervantes, quien en sus años de vida no tuvo ni la fama, ni el reconocimiento de su archirrival.
A diferencia de Cervantes y Lope de Vega, Góngora y Quevedo nunca fueron amigos, ni intentaron serlo. Cuando Quevedo llegó al Barrio de las Letras, Góngora ya era un escritor consagrado. Entonces, ¿cómo inicia el conflicto entre ellos si no se conocían? Aquí también hay varias teorías, la primera parece nota de espectáculos, ya que asegura que Quevedo decidió atacar al poeta con la intención de hacerse notar en este lugar.

Asimismo, también se ha mencionado que la diferencia tan grande de estilos literarios es lo que llevó a confrontarlos, ya que cada uno está en un extremo diferente. Recordemos que Góngora es el máximo representante del Culteranismo, corriente que se resume como: no importa qué tan difícil sea entender un verso, lo importante es que sea lo más rebuscado posible. Es el barroco en todo su esplendor. Por otro lado, está el Conceptismo, cuyo principal exponente es Quevedo, aquí menos siempre es más.

Pronto, la situación se salió de control, a tal grado que Quevedo compró el edificio donde vivía Góngora, sólo para tener el placer de desalojarlo. Sin embargo, más allá de lo que se pueda decir al respecto; lo mejor que nos dejó esta rivalidad, fueron los versos que se escribieron entre ellos, los cuales son una divertida batalla de palabras de la que te dejamos algunos fragmentos.

De Quevedo a Góngora
Yo te untaré mis obras con tocino/porque no me las muerdas, Gongorilla/perro de los ingenios de Castilla/ docto en pullas, cual mozo de camino.

De Góngora a Quevedo
Anacreonte español, no hay quien os tope/Que no diga con mucha cortesía/ que ya que vuestros pies son de elegía/que vuestras suavidades son de arrope.

Y cómo olvidar el famoso soneto de Quevedo que parodia la nariz de Góngora:
Érase un hombre a una nariz pegado/ érase una nariz superlativa/ érase una nariz sayón y escriba/ érase un peje espada muy barbado.

Como puedes observar, estos grandes de las letras nos demuestran cómo gracias al ingenio es posible llevar un chisme de barrio a otro nivel, uno que hace que sea recordado 400 años después.