Por: Alexis Puentes

Las madres almodovarianas

Una madre, y también diría una diosa, que sufrió al ver cómo le arrebataban el fruto de su creación arrastrándola al anonimato y quedando condenada al olvido por una sociedad que no la reconoció como la primera cineasta en la historia: Alice Guy Blaché. Una realidad bastante cruel y curiosa porque gracias a ella han emergido gran cantidad de creadores y creadoras que han dado vida y voz a un sinfín de historias interesantes; como es el caso de Pedro Almodóvar, que a propósito de este mes en el que celebramos a aquellas diosas: las madres, ha retratado de muchas formas a estas mujeres dándoles distintas características con personalidades maravillosas que las alejan de lo cuadrada que suele ser la moral o la forma de comportamiento de una madre, arquetipo que está aún más marcado en una sociedad como la nuestra en donde se espera que ellas lo soporten todo y sean sinónimo de perfección.

Madres convencionales, madres de pueblo, madres prostitutas, madres lesbianas, madres transexuales y hasta su propia madre son algunas de las mujeres a las que Almodóvar, película a película, les ha dedicado una fina representación que rememora su infancia a través de un tono nostálgico con versiones imaginadas que se entonan en la ficción y sirven como medio para conectarte con la realidad; algo muy característico de la filmografía del director español.

Así, con imponentes matices en donde predominan los rojos pasionales y los verdes del alma, la obra de Pedro Almodóvar posiciona a la maternidad en mundos alternos que, en muchas ocasiones, llegan a parecerse al nuestro -en donde ellas son cosificadas en símbolos de feminidad como las encargadas de la crianza de los hijos y del hogar- y en los cuales el rol de madre se revitaliza sin importar los contextos en el que la historia se desarrolle. Por ello, si hacemos un recorrido y nos detenemos en cada una de sus películas encontraremos que las figuras maternas difícilmente pueden pasar por desapercibidas, pues desde sus primeras obras, la maternidad -puesta como temática-, era más un factor que un estilo de vida; en el melodrama ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984) una madre que no es feliz es rodeada por sus hijos que ilustran la precariedad, un entorno que dibuja la falta de oportunidades y el calvario dentro de esos cuarenta metros cuadrados que habita junto con su suegra.

Otras son la clínicamente inestable Lucía en Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988) que, vestida de rosado, en moto y con una pistola en mano va detrás de Pepa, quien será una futura madre soltera primeriza; o una torera de profesión en Hable con ella (2002), que entró en coma y en este estado ha sido violada, por lo que lleva consigo un feto que se convierte en un factor decisivo para que ella, Alicia, salga del coma y se reincorpore en la sociedad. Pero ahora el cine de Almodóvar no se consolida sólo de la madre valiente, o enferma, o víctima sino también por madres tóxicas, controladoras, egoístas, adoptivas, biológicas o que pasaron de ser padres -en todo el sentido de la palabra- para convertirse en madres; al final de cuentas, con sus defectos -que las hacen perfectas-, son y serán grandes madres. Con mucho amor, en este Top #CineSinCortes les presentamos a otras madres fantásticas que, como musas, el director Pedro Almodóvar retrató en sus películas y está dedicado al sacrificio que ustedes mis diosas madres han hecho por nosotras y nosotros.


Todo sobre mi madre (1999)


En este filme, Almodóvar le canta a la maternidad libre, a la maternidad en todas sus formas. Manuela es una madre soltera que después de una función en el teatro tiene una charla con su hijo, Esteban, quien le pide que le cuente la historia de cómo conoció a su padre; lamentablemente, cuando la verdad estaba por ser contada él pierde la vida haciendo que ella entre en depresión; así se nos presenta el retrato de una madre sufriente que siempre es atormentada por el recuerdo de su hijo ausente.

Por otro lado, Rosa es la madre religiosa y primeriza que procura hacer el bien por los demás sin importarle lo mucho que puede arriesgar el suyo; ella está embarazada de Lola, algo para nada convencional. Su vida no es nada fácil ni feliz y la relación con sus padres se desarrolla en un contexto difícil, ya que su madre se apega a los prejuicios que impone la sociedad y esto las aleja, pero al final las une. Su desenlace es triste, pero el destino de su hijo queda en buenas manos; con esto Almodóvar exalta a la adopción en el rol maternal.

Las decisiones no nos hacen buenos ni malos, pero sí nos conviertenl en nuestros propios verdugos, esto le pasa a Lola -una madre trans- quien por sus propios actos decide alejarse de la vida de su futuro hijo con Rosa, al final se entera que también era la madre biológica de Esteban, su hijo primogénito con Manuela.


La piel que habito (2011)

Cuatro madres que no son las protagonistas de la historia, pero que sí son su eje y se convierten en la representación de la lucha, la resiliencia, la abnegación, el dolor y la esperanza. Marilia es una madre que muestra distintas facetas: la de sacrificio al mostrarse en disposición y beneficio de Robert pues siempre está al servicio de sus requerimientos, sin importarle si éstos son poco éticos o criminales; la de negación a ser madre de su hijo Zeca ya que lo rechaza y, por otro lado, Robert no sabe que ella es su madre biológica; y la de atormentada, porque carga con el peso de sus hijos y se culpa del mal que los domina por el simple hecho de haberlos parido.

Gal, una madre que revive por el cántico de su hija Norma tras haber sufrido un accidente que la dejó con graves quemaduras por todo el cuerpo, pero al ver su reflejo y detallarse en su aspecto físico decide suicidarse; sin embargo, en su memoria, su esposo Ledgard crea una piel sintética capaz de resistir a las quemaduras y a la malaria convirtiéndola en una figura fantasmal tras experimentar con Vera a quien la construye a imagen y semejanza de su difunta esposa.

Josefina, una mujer ausente y que no sabemos si decidió marcharse y renunciar a la idea de ser esposa y madre o si desapareció siendo víctima de la privación de su libertad; el caso es que el asunto no parece importarles a sus familiares. Y la madre de Vicente, que se mantiene esperanzada en el regreso de su hijo, rogándole a la policía para que le sigan buscando.




Dolor y gloria (2019)


En este relato autobiográfico sobre un director de cine, Pedro Almodóvar se desnuda mostrando con un ritmo pausado los acontecimientos que más lo han marcado en su vida; como la muerte de su madre. Lo interesante es que en paralelo narra la historia de ella desde su juventud -como una luchadora de carácter fuerte- hasta su muerte -como una entrañable mujer de costumbres- en donde se enfrenta en distintas ocasiones contra sí mismo por el hecho de no ser el orgullo de su madre.

Todos los detonantes en la película le reviven recuerdos con ella, como al inicio, que presenta a Salvador Mallo, el protagonista, sumergido en una piscina que lo lleva a un día de su infancia, uno lleno de felicidad, jugando junto al río de su pueblo mientras su madre y otras mujeres lavan la ropa; esto sirve de inspiración para la próxima película que decide rodar en honor a su madre. Dolor y gloria se desenvuelve alrededor de la figura materna y finaliza con la misma en modo de despedida dolorosa a su propia madre.