Por: Alexis Puentes

Violeta: la lucha de las abanderadas con discapacidad en la actualidad

La inseguridad, la disparidad, la impunidad, la desvalorización y las brechas en todos los ámbitos sociales son la muestra de que en nuestra sociedad se siguen fortaleciendo las barreras en materia de género y discapacidad, pues la misma historia es el referente que deja constancia de cómo muchas de las mujeres con discapacidad viven, o han vivido, su cotidianidad luchando contra los obstáculos y trabas que se encuentran en su día a día. Evidentemente el camino es muy largo y aunque hablemos de diversidad y disidencia, por naturaleza lo resumimos a diferencia; sin embargo, romper con sus estigmas y ver todo desde una perspectiva de género es inclusión, por ello es necesario que dentro de nuestras narrativas se nombren estos temas.

Lamentablemente la unión de los factores género y discapacidad genera una doble discriminación -conocida como discriminación múltiple- que no sólo se ha conformado con dejar un daño colateral, sino que también ha menguado a las grandes mentes jamás conocidas hasta desaparecer cualquier rastro que compruebe su existencia; por ello, en el anterior Con-Ciencia hicimos un recorrido en la historia y reconstruimos la vida de cinco mujeres que por ser antónimo de lo “normal”, es decir, por contar con alguna discapacidad que les “limitara” o “impidiera” realizar alguna actividad humana, fueron excluidas a tal grado de borrarles su identidad y su gran trabajo. Reflexionemos sobre esto, pues no hay nada más inhumano que te minimicen y obliguen a convertirte en fantasma.

Y aunque la discapacidad, ya sea congénita, reciente o adquirida, limite ciertas acciones en específico -como caminar, ver, escuchar, moverse, etcétera-, en realidad surge o está más presente como un fenómeno social que, de manera bastante marcada por las acciones que impone la sociedad, condena a la marginación sólo por considerarse que se está dentro del grupo de lo “normal”, limitando o anulando de esta forma el acceso a una vida digna con ejercicio de derechos, pues tengamos en cuenta que el concepto de dignidad es clave en el discurso y en la práctica de todos los derechos humanos; es aquí donde sucede la magia, porque la importancia de que las personas con discapacidad o familias de personas con discapacidad conozcan sus derechos radica en que de esta forma pueden exigir que se cumplan y se evite el fenómeno de la vulnerabilidad que recae, por ejemplo, cuando varios factores interaccionan al mismo tiempo, como vivir en condiciones de pobreza extrema, ser mujer con discapacidad, sin trabajo o acceso a estudio, sufriendo de maltrato o violaciones sexuales y con desconocimiento de sus derechos como persona.

Hoy podemos hablar de reformas como la de sancionar el abuso a personas con discapacidad y la que garantiza el acceso a un trabajo, pero se deben crear más políticas públicas que garanticen la libertad y seguridad de las mujeres con alguna discapacidad, como la accesibilidad a los lugares, contar con información en sistema de braille y audiodescriptible, al igual que divulgar los textos con interpretación de lengua de señas mexicana, el lenguaje simple y la escritura pictográfica a toda la población ¿por qué? Porque se habla de personas como tú o como yo, por ello es necesaria una educación inclusiva para fortalecer los lazos de la empatía que ha sido afectada a causa de la desinformación. Así que quitémonos de la cabeza esos estereotipos que nos han construido en el imaginario y que refiere a “incapaz”, pues ellas ¡siguen siendo mujeres, no algo, no un objeto al cual asistir!

Continuemos construyendo y nombrando referentes porque con estos muchas niñas y mujeres podrán identificarse y potenciar o empoderar sus vidas con mayor participación social, además podemos visibilizar el trabajo tan interesante que llevan a cabo como apasionadas, profesionistas, abogadas, educadoras, deportistas, fotógrafas, empresarias y en especial mujeres talentosas que se atrevieron a romper con los paradigmas encasillados dentro de la concepción de lo “común”. Las vidas de las mujeres que presentamos a continuación indudablemente son de utilidad para su difusión debido a que son las abanderadas actuales de la lucha feminista en México que por años se ha llevado a cabo en pro al derecho a la maternidad, a la adaptación de aparatos ginecológicos para mujeres con discapacidad, al derecho a la sexualidad, a la familia, al no maltrato, a la no violencia de género, a la autoestima y aceptación de la propia mujer. Con mucha honra dedicamos a todas ustedes la segunda parte de este Con-Ciencia.


Jen Mullini

Nació en Ahuatitla Orizatlán, Hidalgo, y a la edad de 20 años, por el 2009, tuvo un accidente automovilístico en donde perdió la movilidad en sus piernas, pero su alma caminante la llevó a estudiar comunicación en la UNAM y a convertirse en una talentosa periodista y fotógrafa. Cuando este incidente sucedió, ella era adulta, por lo que adaptarse al cambio e incorporarse a la sociedad en silla de ruedas fue bastante complejo; en sus redes sociales @jenmulini comenta que antes de dejar de caminar no se había imaginado sobre la importancia de la accesibilidad de los espacios y el goce de los derechos humanos en igualdad de condiciones debido a que esto representó un giro en su vida y le regresó su dignidad.

El trabajo más reciente de esta fotógrafa y activista con discapacidad motriz se denomina Metas, pasiones y retos, el cual muestra a 25 mujeres con distintas discapacidades, pero como ellas quieren ser vistas, resaltando sus metas y pasiones, dando de esta forma un rol protagónico a quienes nadie ve y escucha; cabe resaltar que este proyecto le tomó más de un año prepararlo, sin embargo, menciona que esta exposición revela cómo las grietas de la vida van abriendo caminos que dejan huellas. En su ardua labor como fotógrafa ha identificado que los derechos de las personas con discapacidad, específicamente de las mujeres, son negados, por lo que actualmente es integrante del movimiento Personas con Discapacidad.

Considera que la pavimentación, el acceso a las calles sin complicaciones, las rampas y las banquetas libres, en especial la sensibilización social sobre los usos y los cuidados de estos espacios, entre otros, ayuda a que se minimicen los riesgos y no se vulnere el derecho a la accesibilidad que todas y todos deberíamos de poseer sin discriminación alguna.


Yareni Pérez Vega

“Es la primera vez que estoy en un concurso de debate nacional. Estoy nerviosa, pero gané la estatal y representaré con orgullo al estado de Michoacán. Soy la única persona sordomuda y también es la primera vez que compite alguien con discapacidad auditiva”.

Yareni Karla Pérez Vega nació en Morelia, Michoacán, es una joven de 19 años perteneciente a la comunidad sorda, quien ganó el primer lugar de la categoría A del Concurso Juvenil de Debate Político en el 2016; además fue reconocida con el Premio Nacional de la Juventud en 2017 el cual recibió en la Ciudad de México. Esta activista, que desde niña se ha abanderado en la lucha por los derechos humanos, se dedica a colaborar en talleres -presenciales y en línea- para difundir el lenguaje de señas y fomentar mayores espacios de inclusión para este sector de la población.

Karla imparte muchas conferencias, y con la ayuda de su intérprete, siempre resalta la importancia de que el gobierno genere más políticas públicas de inclusión e invita a todos los jóvenes a luchar por causas sociales con perspectiva inclusiva, ya que en México existe una población de personas que no cuentan con el apoyo ni las herramientas para valerse por sí mismas, por lo que se convierten en una población vulnerable sin voz ni voto.

Tras enfrentarse al dilema en que su escuela no contaba con una persona interprete de señas, la moreliana planteó la Iniciativa Ciudadana de Ley que propone lenguas de señas mexicana obligatoria en escuelas regulares como materia, desde edades tempranas, para una inclusión real y así apoyar a personas con discapacidades auditivas. Al igual, hace parte de la Asociación Michoacana para Sordos y también de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), ha escrito el primer libro de preescolar para sordos que ella misma diseñó y capacita a padres que tienen hijos sordos y sordas analfabetas, así como a maestros que atienden a niños con esta discapacidad.


Cecilia Guillén

Vive con discapacidad psicosocial y es una activista defensora de los derechos humanos. Fundó la ONG En primera persona, A.C., la cual es la primera organización feminista enfocada en el acceso a la justicia de personas con discapacidad. Realiza investigaciones sobre los derechos humanos de la diversidad psicosocial desde la experiencia en primera persona y con el interés en el derecho a la ciudad, también trabajó como investigadora en la Dirección de Estudios, Promoción y Desarrollo de los Derechos Humanos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y escribe columnas sobre discapacidad en distintas plataformas. Tiene una fuerte y consolidada vocación por el trabajo social mediante la colaboración con diferentes organizaciones y colectivos en donde trabaja para sensibilizar y eliminar todas las barreras legales y sociales que emergen a las personas con discapacidad; por ejemplo, trabajó en la SCJN como investigadora en derechos de las personas con discapacidad adscrita a la Dirección de Estudios Promoción y Desarrollo de los Derechos Humanos.

Esta activista es egresada del posgrado en Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México y cuenta con un diplomado por el Lincoln Institute of Land Policy, actualmente es la Secretaria Técnica de la organización regional Redesfera Latinoamericana de la Diversidad Psicosocial que cuenta con presencia en nueve países como Colombia, Chile, México, Nicaragua, Perú, Argentina, Ecuador, Paraguay y Uruguay en donde brinda apoyo a personas con discapacidad psicosocial o de psiquiatría. Menciona que las personas de la diversidad psicosocial enfrentan discriminación en el acceso, condiciones, permanencia, formación y promoción en el empleo, por ello su trabajo se enfoca a estimular que se generen políticas públicas y armonización legislativa que garanticen las libertades de todas las personas.

Imparte muchas conferencias y ha sido oradora para la Organización Mundial de la Salud con motivo de la reunión en Ginebra, Suiza, sobre la Iniciativa Especial de Salud Mental: WHO Special Initiative for Mental Health; además es la autora del capítulo Sin olvidar que sólo son molinos de viento para el libro Sin Locxs no hay revolución. Activismo en primera persona desde América Latina de la Editorial Locooperativa, Chile. Esta fantástica mujer obtuvo el reconocimiento a la labor social en el contexto de la emergencia sanitaria por COVID-19, en la categoría de defensa de Derechos Humanos otorgada por la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México.


Gabriela Audelo
Foto: Diana Caballero

“Explicar cómo veo es algo complejo, pero ahí voy: con el ojo izquierdo sólo tengo percepción de luz sin definición de figuras; en mi ojo derecho, el funcional, perdí contraste, la visión periférica y además convivo con una pequeña mancha amarilla en la parte superior, secuela del desprendimiento de retina. ¡Ah!, y la cereza en el pastel: tengo ceguera nocturna”.

Gabriela es una periodista egresada de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García que vive con discapacidad visual a causa de una enfermedad que se conoce como el síndrome de Stickler, pero también es la cofundadora de Trazando lo invisible, una asociación comprometida en concientizar sobre las enfermedades raras y discapacidades invisibles. Además es una mujer con gran dominio de palabra, pues imparte conferencias, escribe artículos en Malvestida y ha realizado prácticas en Mega Radio Chihuahua fungiendo como reportera al igual que en la Cineteca Nacional; su gran pasión es el deporte, el pole fitness y el activismo.

Apoya con el asesoramiento a personas con discapacidad para que les hagan valer sus derechos como ciudadanas y ciudadanos, pues considera que cuando ella era joven no tuvo el acompañamiento y le hubiera encantado que empatizaran con ella; además, cuenta las historias sobre mujeres que han sido vulneradas a través de la invisibilización de la sociedad. Comenta que culturalmente estamos acostumbrados a encasillar estos temas en algunos casos específicos porque es común que al hablar sobre discapacidades se asocie a un hombre con bastón, una mujer en silla de ruedas o un niño con parálisis, pues es el referente que todos tenemos debido a las imágenes que nos han construido socialmente, pero una discapacidad va más allá de lo que se puede observar -de lo evidente- por esa razón denomina discapacidades invisibles a aquéllas que rebasan la obviedad y que por lo general se pueden esconder por el hecho de que no caben en la definición estereotipada de la palabra “discapacidad”.

A raíz de su experiencia personal viviéndola desde el lado del vacío informativo que existe acerca de las discapacidades invisibles, en noviembre del 2020 y al lado de su amiga Diana Velarde -quien vive con hipoacusia neurosensorial bilateral-, fundó su asociación en donde apoya e informa a otras personas que lo necesitan y sensibiliza a la sociedad mediante campañas que muestran los diferentes tipos de discapacidades que existen, pues su premisa es que “informar es vital”.