Por: Arody Rangel

Tlatelolco, El Chopo y San Carlos para arrancar el año


¿Qué inicia cuando inicia un nuevo año? Para unos, el comienzo del año trae consigo la posibilidad de plantear y llevar a cabo nuevas cosas en la vida, de ahí los famosos propósitos de Año nuevo; para otros, detractores e inconformistas, el “inicio” de un “nuevo año” no es más que una arbitraria convención social que bien podría ocurrir de otro modo, sirva de ejemplo la calendarización china, y así, el plantearse propósitos podría funcionar igual de bien o mal en cualquier otro momento del año.

Sea como fuere, lo cierto es que el particular modo como está organizado nuestro calendario incide en las agendas de muchos sectores: algunos, como las escuelas y ciertos recintos culturales, cierran sus puertas por las vacaciones de fin de año; y otros, como los comercios o la industria turística viven sus mejores fechas. Y la verdad es que, pasado el furor de escaparse a ver los alumbrados públicos, ir a algún desfile navideño o festival gastronómico, luego del 6 de enero las opciones Para dar la vuelta escasean un poco.

En esta ocasión, no sin arbitrariedad, te planteamos un recorrido para un fin de semana de museos en la zona Centro de la Ciudad, el cual puedes iniciar desde el CCU Tlatelolco, pasar luego al Museo Universitario del Chopo y terminar en el Museo de San Carlos, o viceversa. Este plan funciona tanto si eres un optimista de los propósitos de Año nuevo y uno de los tuyos es visitar más museos y exposiciones, tanto como si eres un desertor de las vibras nuevoañeras pero igual te gusta el arte y visitar los recintos donde se encuentra; total, a todos nos gusta dar la vuelta.


Renombrar al mundo

En el mismo cuadrante donde se encuentran la Zona Arqueológica de Tlatelolco, la Plaza de las Tres culturas y la Unidad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco se ubica la Torre de Tlatelolco, ícono de la arquitectura moderna de nuestro país, diseñada por el gran Pedro Ramírez Vázquez; este edificio, que fue la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores a partir de los años 60, alberga desde el 2007 al CCU Tlatelolco, un espacio dedicado a preservar la memoria, la cultura y el arte.

En este recinto se exhibe Renombrar al mundo: expediciones botánicas de la Nueva España, una exposición que parte de dos momentos de la historia documental y visual mexicana: por un lado, la expedición de Francisco Hernández de Toledo (1570-1577), considerada la primera expedición científica al Nuevo Mundo; y por el otro, la Real Expedición Botánica de la Nueva España, realizada por el naturalista José Mariano Mociño y el médico Martín Sessé en el siglo XVIII. Ambas expediciones tuvieron la impronta de estudiar la variedad de plantas del territorio que hoy es México y Renombrar al mundo busca exponer cómo, a partir de ellas, cambió la forma de entender el entorno natural de la visión cultural prehispánica tras la injerencia de la mirada cientificista occidental, cuyos estudios implicaron una nueva relación con el mundo botánico y también nuevas formas de nombrarlo.


Gritos, susurros y guiños

Un Palacio de cristal de estilo Jugendstil (el Art Nouveau alemán) enclavado en Santa María la Ribera alberga al Museo Universitario del Chopo. Se trata de un modelo para armar que fue diseñado por el arquitecto alemán Bruno Möhring. El edificio llegó a nuestro país en la primera década del siglo pasado, durante el gobierno de Díaz, el cual pasó de ser un Pabellón japonés para exposición de arte industrial a Museo Nacional de Historia Natural, y luego de años de abandono, fue remodelado por la UNAM para albergar el actual museo dedicado al arte contemporáneo.

En El Chopo se presenta la exposición Gritos, susurros y guiños, la cual reúne obra plástica de la artista mexicana Teresa Serrano, quien se sirve de medios como la pintura, la escultura, el dibujo, la instalación y el video para encarnar el lema feminista de “lo personal es político” y producir, a partir de su autobiografía y su experiencia como mujer relacionadas con temas e imágenes del contexto social mexicano e internacional, piezas que evocan la subjetividad femenina por medio de símbolos, objetos, palabras y gestos; a la par que retratan y representan la persistencia de formas de violencia institucionalizadas e incorporadas en las vidas y las consciencias; todo esto con un cariz crítico y autocrítico que responde a la condición de lucha y resistencia de la propia artista.


Miradas ideales

Se cree que fue proyectado por el arquitecto valenciano Manuel Tolsá, el genio detrás de los Palacios de Minería y del Marqués del Apartado, que se encuentran también en la zona Centro de la Ciudad. Este edificio, que se ubica en la actual colonia Tabacalera, fue ideado también como un Palacio, el cual iba a ser ocupado por el Conde de Buenavista, pero su prematura muerte lo impidió. Conocido por esto como el Palacio del Conde de Buenavista, este ejemplar de la arquitectura neoclásica ha sido sede de la Tabacalera Mexicana, la Lotería Nacional y la Escuela Nacional Preparatoria no. 4, pero desde 1968 es la casa del Museo Nacional de San Carlos, en el que se preserva y difunde la colección de arte europeo de los siglos XIV al XX de la Academia de San Carlos, la primera dedicada a la enseñanza de las artes en México.

Este otrora palacio expone Miradas ideales. La construcción del paisaje mexicano, una muestra que pone en diálogo obras del acervo del propio museo con piezas de la colección privada Sura México. A través de óleos, dibujos, fotografía e impresos, la exposición hace un recorrido por la historia de la pintura de paisaje en México, desde 1830 hasta 1960, y su relación con la invención de la identidad nacional. Miradas ideales es también la oportunidad perfecta para conocer a los imprescindibles del arte pictórico mexicano, como Rosario Cabrera, Fermín Revueltas, Gerardo Murillo Dr. Atl, Rufino Tamayo, Jorge González Camarena, Federico Cantú, Germán Gedovius y José María Velasco, entre otros pinceles reunidos en esta exposición.