Por: Rebeca Avila

De la añoranza al romance y a la fogosidad: 5 canciones francesas para enamorar

"Je t'aime mon amour". Algo tiene ese “te amo, mi amor” que en francés parece tener un efecto ridículamente provocador, como la lengua gala en general. Ya sea con sus infinitas películas de la nouvelle vague, la galantería de los hombres, el encanto de las chicas francesas, su literatura romántica (con minúscula y mayúscula) y/o erótica, o su llamada ciudad del amor, París, Francia aparece siempre como una inevitable causa y consecuencia del sentimiento más caótico de todos, aquel que causa lo mismo guerras que alegrías.

Ya sea por la bohemia y la nostalgia que enreda algunos de sus periodos modernos; por la escandalosa revolución moral y sexual que han levantado desde el siglo XVIII; por la esperanza del amor en medio de las luchas sociales, Francia siempre estará ligada por votación popular al amor. Y su idioma, con ese sonido nasal y la gesticulación necesaria para su correcta pronunciación, es siempre un deleite al oído de los enamorados y apasionados.

En la búsqueda del porqué el francés es el idioma del amor (algunos dirán que es el italiano), aparecen más trivialidades que respuestas reales, pero entre los lugares comunes se asoman otras inquietudes, como el que los franceses poco dicen Je t’aime, en realidad. La resolución es que son más de hechos que de dichos, y que el amor puede ser muchas cosas además de articular letras, son gestos sutiles con el otro, pero también son atrevimientos y arrebatos. Sin embargo, no abandonan la palabra, ya sea con sus novelas, su poesía o sus canciones. En este Pantalla sonora, hicimos una breve selección de piezas musicales donde estas francofonías son una añoranza o una provocación a los placeres del amor.

La vie en rose

Reinterpretada hasta la actualidad y versionada en varios idiomas hasta convertirse en cliché, La vie en rose de Édith Piaf, el pequeño gorrión, fue en aquel lejano 1947, además de su canción insignia -lírica compuesta por Piaf y música de Louis Guglielmi- el epítome del amor inconmensurable, una celebración a los sentimientos a flor de piel cuando se está con el ser amado. Y todo en medio de una Francia que aún sufría los estragos de la guerra.

Aline

En 1965, un hombre rubio y ojos azules de nombre artístico Christophe cantaba desesperado Aline, uno de los hitos de la canción francesa durante los 60: “Et j'ai crié, crié, Aline! / Pour qu'elle revienne..." (y yo grité, grité, ¡Aline! para que volviera). La letra, escrita por él mismo, es como una triste historia de amor de verano, en la que ella y él se conocen y pasan la tarde en la playa, un flechazo del que él recuerda su dulce rostro, pero de pronto todo, junto con su estampa, desaparece para siempre.

Le temps de l’amour

El pop francés ha dado varias estrellas mujeres, como la mismísima Bardot. Las llamadas también chicas ye-ye, que formaron parte de la variete francesa de los 60, tenían un encanto que rayaba en la naturalidad y el misticismo de la sensualidad femenina. Pero hubo una en especial que perduró con su música y su imagen delicada e incansable, sin ser una femme fatale: Françoise Hardy. A su primer sencillo, Tous Les Garçons Et Les Filles Quelqu’on m’a dit, le siguió Le temps de l’amour, una oda a la embriaguez del amor veinteañero.

Je T’aime,…Moi non plus

Con todo y su nariz aguileña, ojos saltones y estructura raquítica, un seductor hombre parisino, Serge Gainsbourg, estrenaba en 1969 la canción más escandalosa, prohibida en los lugares más conservadores como Italia, España y al otro lado del Atlántico, en los Estados Unidos; vendedora de un millón de copias en Francia y altamente consumida en Inglaterra. Compuesta para el objeto de deseo -y amor, según él- de Serge, la despampanante -y casada- Brigitte Bardot, Je T’aime,…Moi non plus no decía mucho líricamente (Te amo, yo tampoco) sí lo decía con gemidos, y he ahí es escándalo. La canción, compuesta y pensada a dueto, tuvo su primera versión por Bardot, pero tardó más en grabarse y ver la luz que en ser retirada de las emisoras de radio, a petición de ella. Un año después, Serge había encontrado a otra musa para interpretar su lasciva canción, la británica delicada, esbelta y de icónico flequillo, Jane Birkin. Je T’aime,… Moi non plus, llamada “el más maravilloso himno que se le ha hecho a hacer el amor”, exalta el deseo y el acto carnal como una forma de materializar el amor.

Quelqu'un m'a dit

Entre ser actriz, modelo y primera dama, Carla Bruni ha sido también cantante y compositora. Con una voz dulce y a la vez grave, la nacida en Turín tomaba su guitarra en 2002 para honrar a la chanson y evocar con feminidad y elegancia el olvidado romanticismo a la francesa con su Quelqu'un m'a dit, que versa sobre la esperanza y la posibilidad de saberse amado todavía.