Por: Everth Bolaños

La primera vez que votaron las mujeres en México

Dio nueva vida a las urnas la presencia de las mujeres se podía leer en la primera plana del periódico Excelsior el lunes 4 de julio de 1955, un día después de la jornada histórica en la que, por primera vez, las mujeres mexicanas adquirieron su condición de ciudadanas. Más adelante, dentro del mismo diario, señala el redactor: Mezcladas entre el pueblo votaron las aristócratas, las ricas y las pobres, las cultas y las ignorantes, las madres de familia y las chicas que trabajan; religiosas con hábito y aquéllas que contaron y confesaron haber cumplido los 21 años de edad, emitieron su voto.

Sorprende descubrir que hace algunos años, vivíamos en un país en donde el género femenino estaba pensado únicamente para las labores del hogar porque, como dijo ante el Senado de la República durante el debate por el derecho al voto el legislador Aquiles Elorduy La mujer mexicana maneja el dinero en el hogar. Influye extraordinariamente en su marido ¿qué más quiere? […]Todo esto las distrae de las ocupaciones hogareñas, tengo miedo, tengo pavor.

Y no creas que estas discusiones en donde se hablaba de si las mujeres éramos o no inteligentes, el tamaño de nuestro cerebro, nuestra capacidad para dejarnos influir, lo hormonales y sentimentales que podemos llegar a ser fueron exclusivas de México, ni que por ser tercer mundo fuimos de los últimos en reformar la Constitución a favor del sufragio femenino, basta con escuchar a los suizos, quienes en 1971, sí, casi 20 años después que México, señalaban ¿Conceder el derecho de voto a las mujeres? ¡Qué idea más ridícula! Las mujeres son menos inteligentes […] Y si las mujeres son elegidas al parlamento, ¡qué deshonra supondría esto para sus maridos! Éstos estarían obligados a cocinar en casa. Y ya mejor ni hablamos de Arabia Saudita, quienes votaron por primera vez en 2015.

Ahora bien, en contraste, hablemos de los primeros lugares en establecer la igualdad de voto, que no hay que confundir con el voto universal (en el que vota cualquier persona sin importar raza, credo, género o condición). En un primer y confuso lugar encontramos a Estados Unidos, pero sólo algunos estados del país, los cuales, contagiados de la fiebre independentista de 1776 quisieron otorgar el voto a todos (incluyendo a personas de color), sin embargo, cuando la euforia pasó, lo retiraron. Regresaría y esta vez para quedarse, hasta 1920. Otros pioneros fueron Nueva Zelanda en 1893, Australia en 1902 y Finlandia en 1906.

Regresemos a México, es probable que tengas dudas sobre por qué si en 1917 se promulgó la Constitución Mexicana, no se incluyó ahí, es decir, estaríamos celebrando los 100 años y no fue por falta de iniciativa, porque sí hubo. De hecho, tendríamos que remontarnos hasta 1824, cuando por primera vez las mujeres reclamaron su derecho al voto, luego de haber participado activamente en la lucha de independencia.

Posteriormente, Hermila Galindo, una férrea defensora de los derechos de las mujeres, mientras era secretaria particular del entonces presidente de la República Venustiano Carranza, presentó una propuesta para que fuera incluida en la Constitución de 1917, pero fue rechazada bajo el argumento de que sólo algunas son “excepcionales”, además de que somos fácilmente influenciables, por lo que podemos tomar malas decisiones porque claro, ¿dónde se ha visto que una mujer tenga decisión propia?

En 1937, Lázaro Cárdenas presentó la iniciativa para darle la calidad de ciudadana a la mujer, misma que fue aprobada. Seguro te preguntarás, entonces por qué se votó hasta 1955, pues porque dijeron “usted disculpe, pero se nos olvidó hacer público el veredicto” y es que a todos nos puede pasar un pequeño descuido como ése. Finalmente, 16 años después, el 17 de octubre de 1953, no sólo se hizo la reforma al artículo 34 durante el mandato de Adolfo Ruiz Cortines, sino que, ahora sí, fue publicada en el Diario Oficial de la Federación.

Lo anterior no se hubiera conseguido sin años de lucha por parte de importantes mujeres que no debemos de olvidar, entre ellas Hermila Galindo; Laureana Wright quien fue fundadora de la primera revista feminista en México, creada en 1887 y Elvia Carrillo Puerto, una de las primeras mujeres que formó parte de un congreso en su natal Yucatán en 1923 (donde se le otorgó al género femenino el derecho al voto a nivel municipal y estatal a partir de ese año).

Así, después de un largo recorrido, el 3 de julio de 1955, las mujeres de todo el país pudieron emitir por primera vez su voto, uno de los derechos más importantes que otorga la Constitución y que, hasta hace no mucho, no teníamos. Aún quedan varios temas sobre la mesa a tratar, pero sin duda, cada vez nos acercamos más a la tan deseada igualdad.