Disfruta, come y bebe que la vida es breve

Por: Nitzia Reséndiz Mondragón

La ofrenda del Día de Muertos es una manera de honrar y recordar a aquéllos que ya no están entre nosotros, cuyos orígenes prehispánicos y españoles dan muestra del mestizaje cultural que aún existe en México. Algunos de estos elementos son platillos que se han vuelto indispensables para dicha celebración.

Pan de muerto

El protagonista del Día de Muertos es, sin duda, el pan de muerto, ya que popularmente se dice que su forma redonda simboliza el círculo de la vida; la bola en el centro representa un cráneo y las cuatro vertientes que brotan de él, los huesos de las extremidades del difunto.

Una de las historias acerca de su origen se remonta a la época de La Conquista, ya que antes de que llegaran los españoles a América, se realizaban sacrificios humanos en los que se ofrecía el corazón palpitante de los guerreros a los dioses. Los españoles al ver esta acción quedaron desconcertados, por lo que se prohibió realizar esta acción y se sustituyó por un alimento que muestra la unión del acto del sacrificio con la aportación europea del trigo.


Calabaza en tacha

Otro representante de esta fecha y de la temporada otoñal, es la calabaza en tacha. Su nombre se debe a que antiguamente, se colocaba la calabaza para confitar dentro de una mancuerna de tubos de hoja de palma, que se usaban para generar azúcar de caña: uno se llamaba melera y el otro tacha. Se colocaban junto a una caldera y la mezcla generaba un jarabe dulce. La original se cocina con canela, piloncillo y miel de abeja en piib, el cual es un horno de tierra que utiliza leña para la cocción.



Calaveritas de azúcar

Para dar más color y sabor a la celebración, no pueden faltar las calaveras de azúcar, cuya tradición se remonta a la época prehispánica, durante la cual se realizaban calaveras de barro o piedra para representar a los muertos, sin embargo, con el paso de los años se ha modificado la manera de hacerlas: en un inicio con moldes de barro llenos del dulce hecho con azúcar y clara de huevo. Posteriormente se perfeccionó con alfeñique (mezcla de azúcar, clara de huevo, limón y goma chaucle) y colorantes vegetales. Actualmente se utilizan moldes de metal o plástico, además, existen otros ingredientes con los que se hacen las calaveras como chocolate y amaranto.