Uno de los temas que más les ha quitado el sueño a los seres humanos a lo largo de la historia, es la idea de encontrar a su alma gemela; y si no, por lo menos a alguien con quien compartir momentos; así que no creas que las aplicaciones para conocer personas son la gran novedad, ya que, desde la antigüedad, han existido celestinas y casamenteras listas para actuar como intermediarias para, de este modo, facilitar que una relación llegue a buen puerto.
No obstante, en la actualidad, parecería que con la ayuda de la tecnología todo es mucho más sencillo. Pero, qué tan cierto es esto y de qué modo funcionan.
De acuerdo a datos de la Asociación Mexicana de Internet, en nuestro país, más de la mitad de la población tiene acceso a Internet, de ellos, el 83 % tiene en su celular una app para conocer gente (Tinder, Badoo, Meetic, OkCupid, Adopta a un chico, etc.), lo que equivale a más de 50 millones de personas.
Una de las primeras apps para conseguir el amor se hizo a mediados de los años 60, cuando Lewis Altfest se encontraba en la Feria Mundial de Nueva York y descubrió unos curiosos formularios que tenían como objetivo hallar a “amigos compatibles” a los cuales enviarles correspondencia. Esto lo llevó a idear, con el apoyo de su amigo y desarrollador de IBM, Robert Ross, el primer sistema informático para buscar pareja. Éste consistía en contestar una serie de preguntas que eran transferidas a un ordenador, el cual, gracias a un algoritmo previo, daba como resultado a cinco posibles prospectos.
Hoy en día, la situación no ha cambiado mucho, ya que, de igual modo, las aplicaciones funcionan a través de algoritmos que, aunque parecen muy sofisticados, la realidad es que tienen la misma esencia que tenía el proyecto de Lewis Altfest: encontrar a personas que sean afines a ti. Existen algunas más complejas que otras, por ejemplo, Tinder con sus 16 millones de swipes al día y un millón de conversaciones, ordena a sus usuarios según el número de veces que alguien le ha dado un like al perfil, además de la cercanía geográfica y el número de amigos en común que hay en Facebook.
Por otro lado, están las apps que se basan en preguntas precisas, con la intención de encontrar a personas con mayor afinidad gracias a un puntaje que se da a las respuestas, lo que a su vez da como resultado un porcentaje de compatibilidad entre usuarios. Tal es el caso de OkCupid, el cual cuenta con más de 40 millones de usuarios alrededor del mundo.
Si bien, el ritmo de la vida actual nos ha llevado cada vez a más a experimentar con este tipo de aplicaciones, la verdad es que no es tan alejado a cómo se da una relación en la vida real, ya que, aunque el inicio es de forma virtual, el resto depende de los dos individuos.
Primero se trata de físico, la foto te atrae; posteriormente, te acercas a su perfil para saber un poco más de él o ella (si es que tiene descripción, debido a que en la mayoría de los casos no la hay) y, finalmente, si se da el famoso match, comienza la acción. Hablas con la persona y poco a poco descubres si hay compatibilidad real o no, la cual, el doctor John Gottman la define como La forma en la que una pareja interactúa sobre temas importantes para ambos.
Ahora bien, una vez que se da esa compatibilidad de la que tanto se habla, tu cuerpo, específicamente la amígdala, ubicada en tu cerebro, comenzará a procesar una serie de emociones que provocará una descarga de hormonas y adrenalina que hará que tu corazón lata, incluso tres veces más rápido de lo normal, además de que, la sangre se desvía hacia tus mejillas provocando que te sonrojes. Es decir, las reacciones de tu cuerpo serán exactamente las mismas que si se hubieron conocido en el súper mercado mientras los dos tomaban la última caja de su cereal favorito.
En conclusión, diremos que las relaciones interpersonales siempre conllevarán riesgos que se deben de tomar y un proceso que tomará días, semanas o meses. Así que no importa cómo inicien, ya que al final del día, el rumbo lo decidirá muchos otros factores, por lo que da igual si eres de los clásicos que prefieren conocer a su futura pareja mientras compran en un súper o si quieres experimentar a través de Internet, ya que, lo único que cambia es el modo en que nos comunicamos e interactuamos.