Si estos días te has encargado de comer y beber en exceso, no pasa nada, de vez en cuando se vale dejarse seducir por los placeres, sin embargo, tu cuerpo no está acostumbrado a recibir esa cantidad de calorías y puede que tengas resaca e indigestión. Aunque disfrutamos estos días de los ricos platillos y desde luego de las bebidas que componen la cena y el recalentado, no olvidemos que todo en demasía es malo.
Consumimos más grasas, proteínas, carbohidratos, alcohol y azúcares de las que comemos en nuestra dieta diaria, por lo que nuestro sistema sufre fatiga, deshidratación, indigestión, desorientación, entre otros achaques, de los que nos debemos reponer los días siguientes. No es difícil, lo que lleva más trabajo es comer de manera balanceada el resto del año, pero para los días siguientes a la noche de excesos no es necesario consumir medicamentos, ni brebajes milagro, sino alimentarte bien con frutas y verduras ricas en vitaminas como lo son el plátano, jitomate, espinaca, naranja, mango, jengibre y toronja; por otra parte, hay evitar alimentos picantes y muy ácidos, en verdad tu estómago lo agradecerá. También debes hidratarte constantemente tomando agua y electrolitos, al igual que descansar y hacer ejercicio para ayudar a eliminar tanto calorías como toxinas.
Olvídate de al día siguiente ir por los chilaquiles más picosos, consomé, birria o cualquier otra cosa picante y grasosa, incluso si lo acompañas con una cerveza, sólo empeorará tu situación. Lo que puedes hacer en vez de eso, es prepararte un jugo de naranja, espinacas, mango y jengibre, que además de hidratarte, te dará la energía para empezar tu día, asimismo, lo puedes acompañar con un pan tostado untado con jitomate y huevo estrellado, o unos hot cakes que te vendrán de maravilla, ya que la leche y el huevo contienen proteínas que te recuperarán rápidamente.
Para la comida lo ideal es algo más líquido como un caldo de pollo, un jugo de carne, ramen o sopa de verduras, dependiendo de tu gusto. Te hidratará y te dará un golpe de vitaminas y minerales que es lo más necesitas.
Al terminar tu día procura cenar al menos tres horas antes de acostarte y que sea algo ligero, en este caso puede ayudar unas tostadas de maíz horneadas con ensalada y tomar un té verde helado. Al final del día te sentirás mucho mejor, le habrás dado a tu cuerpo los nutrientes necesarios para recuperarse y listo para seguir con el resto de los días del año.