¿Hoy podrías resolver tus libros de texto de la primaria? Probablemente sí. Los problemas comenzarían, tal vez, con los de secundaria y seguramente con los de bachillerato. Sin embargo, no te sentirías culpable. Sabrías que es común y normal olvidar el conocimiento, si no lo practicas. Curiosamente, cuando cursaste la primaria, la secundaria y el bachillerato, el hecho de resolver los libros y luego contestar ejercicios similares en un examen y aprobar, te hizo sentir que ese conocimiento ya estaba asegurado por siempre.
La nueva propuesta de educación de la Secretaría de Educación Pública de la que forman parte los recién publicados libros de texto, busca cambiar esta forma de obtener el aprendizaje. Hasta ahora la enseñanza de la educación básica se había caracterizado por ser en asignaturas y estandarizada. Lo primero significa que el conocimiento se acomoda en materias: Español, Matemáticas, Ciencias naturales, Geografía e Historia. Lo segundo, que el conocimiento se imparte sin tomar en cuenta el lugar donde se enseña.
Ahondemos un poco más, en ambos aspectos. Las asignaturas producen una sensación de orden, donde las diferentes materias no se relacionan unas con otras. Los conocimientos de Matemáticas prácticamente no tienen nada que ver con los de Historia; los de Geografía no tienen que ver los de Español. Pero sabemos que las fechas del calendario, esenciales para la Historia, son mucha aritmética. Y que los nombres de los lugares están completamente vinculados a la ortografía y a la lengua.
En el caso de la estandarización, muchas veces habrá infancias que requieran una mayor profundización en temas geográficos, porque la orografía de su realidad así lo exige. Y habrá otras localidades, en que las Ciencias naturales sean de vital importancia, porque el alumno convive a diario con las especies que habitan una granja. La estandarización limita a las maestras y maestros a enseñar determinados temas sobre una asignatura y a las alumnas y alumnos a aprender temas que no tienen una aplicación directa en sus vidas cotidianas.
La nueva propuesta de educación de la SEP no deja de enseñar las asignaturas que conocemos; ellas están en un llamado Programa sintético que reciben las profesoras y profesores. Sin embargo, deberán adaptarlo a la realidad de su localidad y la vida cotidiana para obtener un Programa analítico, con los ajustes en las asignaturas que se requieran profundizar. De ahí, lo aplicarán a las alumnas y alumnos que recibirán un conocimiento interdisciplinario relacionado con su realidad. En ese momento, como el esquema más abajo lo señala, es cuando tendrían uso los nuevos libros de texto. El profesorado encontrará en estos libros un compendio de proyectos que le permitirán a las alumnas y alumnos aprender mediante la resolución de problemas contextuales, donde las asignaturas no están divididas.
Las ventajas de esta forma de enseñanza se enfocan en que las infancias recibirán un conocimiento con muchas áreas de aplicación; de esta manera, verán que las asignaturas funcionan en muchos aspectos de la vida y seguirán usando ese mismo conocimiento más allá del ejercicio que pudieran realizar en un libro de texto. Con ello es más probable que alumnas y alumnos no pierdan el aprendizaje adquirido con el tiempo.
Aparte de este cambio sustancial en las asignaturas y en los usos de los libros de texto, el cómo se agruparon los conocimientos de los libros, que ya no fue en materias, responde a los niveles sociales de la realidad de alumnas y alumnos. Así, tenemos 3 tipos de libros diferentes para todos los grados. Es decir, un libro de proyectos para el aula, otro de proyectos para la escuela y un tercero con proyectos para la comunidad. Además de estos, hay libros con contenidos específicos para fortalecer el aprendizaje de la fase en que las alumnas y alumnos se encuentren. En el esquema que a continuación se presenta, se pueden observar los niveles de los libros de primer grado, así como los libros de contenido específico de la fase, enfocados en fortalecer la lectura.
Toda esta nueva propuesta de la enseñanza en México puede significar un gran cambio en la vida social del país, pues incentiva en las infancias la preocupación por su entorno, señalándoles los niveles de acción en que sus decisiones afectan, y finalmente las involucra en una mayor participación con sus compañeras y compañeros. Además, impulsa la preocupación de profesoras y profesores por cada grupo que atienden. Tal vez sea el fin de “está a punto de acabarse el año, así que resuelvan todas las hojas que quedan del libro”.¹