Uno de los principales contaminantes de ríos, mares y lagos son los desechos plásticos. De hecho, representan al menos el 85 % de la basura que se encuentra en el mar. Cada año se producen más de 400 millones de toneladas de plástico y menos del 10 % se recicla.

Se estima que los millones de toneladas de plásticos que contaminan las aguas del planeta equivalen al peso de alrededor de 2200 Torres Eiffel y los microplásticos (partículas inferiores a 5 mm) también invaden los alimentos y el aire.

Por ello, el Día Mundial del Medio Ambiente 2023, que se conmemora el 5 de junio de cada año, tiene como objetivo crear conciencia sobre los problemas a los que se enfrenta la vida marina y terrestre. Diego y yo descubrimos que, como comunidad, podemos ayudar a aminorar la contaminación, reciclando y consumiendo menos plásticos.

Como el tema nos tenía muy sorprendidos decidimos navegar en aguas más profundas, por eso nos aventuramos a investigar más sobre las corrientes marítimas y su biodiversidad. Nos dio alegría saber que, a partir del 2008, el Día Mundial de los Océanos se conmemora el 8 de junio.

Intrigados, nos preguntamos si era verdad aquello que Jules Michelet decía cuando escribió que “Toda geografía conviene comenzarla por el mar”; entonces, llegamos a este dato: el 70% del planeta está cubierto por el océano, que produce al menos el 50% del oxígeno del planeta y alberga la mayor parte de los seres vivos.

A pesar de que el océano es nuestra fuente de vida, el 90% de las grandes especies marítimas están mermadas y el 50% de los arrecifes de coral destruidos. La humanidad está extrayendo del océano más de lo que se puede reponer.

Ante este panorama tan triste, recordamos que, por fortuna, a lo largo de la historia han existido personas que dedican su vida a explorar el mar para protegerlo, tal fue el caso del capitán Jacques-Yves Cousteau. Diego y yo nos sorprendimos al percatarnos que, como una maravillosa casualidad, este singular personaje nació el 11 de junio de 1910. ¡Ya casi es su cumpleaños!

La verdad es que cuando leímos más acerca del aventurero Cousteau nos asombró su vida, ¿a quién no le gustaría trabajar como explorador marítimo?, al menos a nosotros sí. Pero bueno, te cuento que Jacques fue cineasta, oficial naval, investigador, fotógrafo, escritor y oceanógrafo; aunque, yo agregaría que también fue inventor, pues gracias a él, el buceo pudo desarrollar mejores aparatos de exploración.

Jacques Cousteau se enamoró del agua tras practicar natación como terapia de rehabilitación, luego de un accidente. A bordo del Calypso, su invaluable barco, navegó por distintas mareas. Lo bautizó con ese nombre en honor a la ninfa del poema homérico La odisea.

Como toda aventura, aquella tarde en el mar también terminó. Pero los descubrimientos que hicimos en esa orilla nos permitieron llegar a uno de los legados más importantes del oceanógrafo, su serie El mundo submarino de Jacques Cousteau. Después de ver algunos capítulos me di cuenda que los pulpos no son tan temibles. Llegó el momento de salir de este universo acuoso.