Por: Arody Rangel

Manual de sobrevivencia para el 2030

En la actualidad, 7600 millones de personas habitamos el planeta y se prevé que para el 2030 seamos 8600 millones, ¡y 9800 millones para el 2050! Además del claro diagnóstico: superpoblación, las estadísticas señalan que poco más del 50% de la población mundial habita las zonas urbanas y que en algunas décadas aumentará al 60%. A las complicaciones que supone el crecimiento acelerado de la mancha urbana, se ligan otros problemas: la desigualdad, la inequidad, los conflictos bélicos, la sobreexplotación de los recursos naturales, el cambio climático y la crisis ambiental.

Cada 11 de julio, desde 1989, la ONU celebra el Día Mundial de la Población con el objetivo de crear conciencia entre las personas y los gobiernos del mundo sobre la urgencia de trabajar para mejorar nuestras condiciones de vida y proyectar un mejor futuro para los que están por venir; con esta celebración, en concreto, se busca promover la planificación familiar: un derecho humano -como la salud- y a la que no tienen acceso 225 millones de mujeres en el mundo debido a la falta de información y de servicios de salud, la desigualdad y la inequidad. En nuestro país, por ejemplo, 3 millones de mujeres quieren utilizar métodos anticonceptivos y no pueden hacerlo.

En lo que concierne a los problemas globales, la agenda internacional actual tiene como meta lograr los llamados Objetivos del Desarrollo Sostenible para el año 2030; son 17 y, en resumen, buscan poner fin a la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia, y hacer frente al cambio climático sin que nadie quede rezagado. Esta agenda no es obligatoria, pero los países miembros -el nuestro entre ellos- se han sumado a la causa y de este modo, se comprometen a darle seguimiento.

Aunque parezca que los problemas rebasan nuestro espectro de acción, cada día y cada vez con más urgencia, es necesario que nos sumemos a ser agentes del cambio, que asumamos nuestro papel y responsabilidad como ciudadanos del mundo, que cuidemos las condiciones que hacen posible nuestra vida y la de las demás especies con las que habitamos este planeta.

¿Qué hacer? ¿Cómo empezar? A continuación, una lista de acciones sencillas para generar un cambio, las de siempre, el asunto es que van dejando de ser sólo recomendaciones y bien podrían compilarse en un manual de supervivencia, pues es eso lo que está en juego.

● Ahorra electricidad: desconecta los electrodomésticos cuando no los uses y apaga las luces que no utilices; si usas lavadora, asegúrate de no olvidar ninguna prenda en la carga y opta por el sacado al aire libre; comienza a sustituir los electrodomésticos viejos y opta por focos ahorradores.

● Cuida el agua: al bañarte, lavarte los dientes, lavar los trastes, en cualquier ocasión, no la desperdicies.

● Pon atención a tus desechos: el reciclaje de papel, plástico, vidrio y aluminio ayuda a no desbordar los basureros; no imprimas salvo lo necesario y pide que los recibos y estados de cuenta lleguen a tu correo electrónico, en la medida de lo posible deja de usar papel; lleva tu bolsa para las compras, evita las bolsas de plástico; usa contenedores reutilizables para el agua, el café y la comida, no generes basura.

● Consume de forma responsable: averigua si los productos que compras son amigables con el medio ambiente; no compres más de lo necesario, así evitas generar basura; consume productos locales.

● Desplázate en bicicleta, a pie o en transporte público. Si tienes coche, asegúrate de tenerlo en buen estado y busca el modo de compartir tus trayectos.

Además:

● Ejerce tu derecho a elegir a tus representantes y exige que trabajen en pro de las personas y del medio ambiente.

● Mantente informado y comparte con los demás, también para eso sirven las redes sociales. No olvides verificar la información que compartes.

Como verás, no se trata más que de un cambio de hábitos, está en tus manos.