Por: Mariana Casasola

Los Coen. Dúo consentido del cine

Su trayectoria es el sueño de cualquier cineasta independiente: sus películas se vuelven de culto entre el público, cosechan excelentes impresiones entre los críticos de cine, además de los más altos premios internacionales y por si fuera poco, son éxitos en taquilla.

¿Cuál es el secreto de los hermanos Coen? ¿Cómo hacen para mantenerse como creadores originales en medio de una industria estadunidense donde el cine de autor pertenece a otros tiempos? Y, aparte, se salen con la suya, con todo el aplauso.

Los estadounidenses Ethan y Joel Coen, originarios de Minnesota, comenzaron su filmografía en la década de los ochenta y desde entonces han construido un universo muy particular de historias crudas pero disparatadas e irónicas, plagadas de humor negro y autoparódico. Son meticulosos controladores de su obra por completo, pues aunque han colaborado con grandes estudios hollywoodenses, ellos presentan la historia, el guion, el presupuesto y su reparto. Y el estudio siempre se los compra.

Han creado también una sólida familia con los actores más recurrentes en su obra, varios de los mejores talentos del cine norteamericano. Jeff Bridges, George Clooney, John Goodman, Steve Buscemi y John Tuturro para muestra. Y qué decir de Frances McDormand, quien obtuvo su primer Oscar gracias a estos cineastas y que además es esposa de Joel Coen desde hace más de tres décadas.

Es así como los Coen pueden considerarse de los dúos más queridos en la historia del cine. Desde su filme debut, Simplemente sangre (1984), se convirtieron en los consentidos de la crítica y quizá llegaron a la cima de su reconocimiento cuando se llevaron tres Palmas de Oro en Cannes con Barton Fink (1991). Pero fue hasta 1996 que se consolidaron en el gusto de público (y la taquilla), festivales y especialistas por igual, con el estreno de Fargo.

Ésta, la genial sexta película de los Coen, una mezcla perfecta de relato sangriento y la comedia más negra, se estrena en la cartelera de Canal 22 el próximo 22 de julio a las 23:00 horas. Para celebrar este estreno, quisimos recordar otros filmes esenciales en la carrera de estos genios del cine, tres ejemplos de la combinación preferida de los Coen: gente común y corriente envuelta en crímenes disparatados, criminales mediocres, pero también algún temible psicópata y mordaz humor que aun así no deja de profundizar en lo más oscuro y mezquino del ser humano.


Arizona baby (1987)

Sí, por difícil que sea creerlo, Nicolas Cage llegó a ser uno de los actores más interesantes de su época, y este filme de los Coen quizá sea uno de sus mejores trabajos. Aquí el actor interpreta a un anodino exconvicto que decide hacer feliz a su esposa estéril secuestrando al bebé de una familia que acaba de tener quintillizos (¡semejante injusticia!), además ¿cómo notarán su ausencia teniendo tantos hijos? Lo que sigue es una serie de personajes y enredos absurdos en la extraña búsqueda de esta pareja por ser padres.


El Gran Lebowski (1998)

El protagonista de esta historia, interpretado por el gran Jeff Bridges, The Dude, es sin lugar a dudas el personaje más entrañable de todo el cine de los hermanos Coen. La trama de esta comedia de culto es un completo delirio: confusión de identidades, un supuesto secuestro, extorsión, una extraña banda que quiere aprovecharse del rapto; y en medio de semejante enredo está Jeff Lebowski, The Dude, un ultra relajado tipo desempleado que disfruta sus días jugando a los bolos, tomando rusos blancos y fumando marihuana en la soleada California. Se trata de una comedia desternillante, pero nada simplona, llena de múltiples referencias al cine negro y a la estructura de las novelas detectivescas de Raymond Chandler; además de una exorbitante cantidad de groserías.


¿Dónde estás, hermano? (2000)

Y entonces, el mundo descubrió que además de todo, George Clooney sabía cantar muy bien. Basada “muy libremente”, como los propios Coen declaran, en la Odisea de Homero, ésta es la historia de un trío de presos que escapan liderados por Ulises (George Clooney) para llegar a detener la próxima boda de su esposa Penny (Holly Hunter – Penélope). Sobra decir que el viaje que emprenden se encuentra lleno de los obstáculos más disparatados, todo en plena Depresión de los años 30. Lo que resulta es una gran comedia negra que autoparodia a la sociedad estadounidense (sobre todo a sus estados sureños), su racismo, su política, la fascinación que tienen por los medios de comunicación masivos, el fanatismo religioso protestante y a quienes lucran con él.