El Librero

Oh Navidad, trae la fantasía una vez más

Por: Frida Rosales V.
Gaceta Nº 225 - 16 de diciembre, 2024



La época del fin de cada año da para historias, canciones, anécdotas, contenidos de todos tipos, luces, colores y sabores. Hay quienes son conscientes de la baratija narrativa que eso es, una luz artificial romantizada, y para esas figuras tenemos historias de navidad ad hoc al espíritu, pero para los que este año, o cualquier año, han sentido que su alma se ha visto lo suficientemente corrompida por el mundo real y necesitan un breve suspiro que apapache y enternezca, en este Librero traemos una selección de clásicos de la fantasía navideña, aquellas historias que en el imaginario se cuentan a la luz del árbol, con villancicos de fondo y manos cálidas como consecuencia de una dulce taza de ponche.


Dr. Seuss y el Grinch se roban la navidad



Dr. Seuss va más allá de la nostalgia, sus palabras eran un reflejo del genio que se divertía con la simpleza de la lengua. En 1957, con la reciente publicación de The Cat in the Hat, Theodor Geisel (Dr. Seuss), estaba listo para sorprender con su siguiente historia. Probablemente si tuviéramos que imaginar al personaje detrás de la pluma que supo dibujar locos y curveados garabatos, no sería en lo absoluto cercana a la realidad, pues era un individuo con extremidades del todo normales que tenía una tranquila vida en California con su esposa. Aun así, su carrera, de más de 30 años, estuvo marcada por el humor sinsentido y fue el padre de toda una nueva mitología y de criaturas bizarras.

Las poco ortodoxas formas de sus figuras no se debieron del todo a la imaginación de Seuss, sino, como declaró en algún momento, simplemente nunca aprendí a dibujar; pero eso solo se volvió un sello personal inconfundible, y aunque los renos y los trineos ya habían sido tema de anteriores historias (And to think that I saw it on Mulberry Street), fue en garras de una horrorosa y peluda criatura verde que la navidad se hizo de una de las figuras favoritas de la época: el Grinch.

En diciembre de ese año, mientras Theodor cepillaba sus dientes, notó en el reflejo del espejo una cara bastante grinchish – algún término deformado del grouchy (gruñón) – esas fiestas habían sido difíciles; su esposa no gozaba de la mejor salud y simplemente se sintió abrumado por la frivolidad que se había apoderado de la navidad. Las primeras líneas fueron sencillas de armar, bastaba con reflejar su sentir y apegar sus palabras a una lista previamente armada de algunas 230 palabras que rimaran. El final fue lo difícil, le tomó más tiempo de lo que había promediado, pero finalmente, tras una reflexión sobre lo que realmente significaba esta época, fue que las últimas líneas quedaron marcadas:


"Maybe Christmas," he thought, "doesn't come from a store."
"Maybe Christmas...perhaps...means a little bit more!"
And what happened then? Well...in Whoville they say,
That the Grinch's small heart grew three sizes that day!
And the minute his heart didn't feel quite so tight,
He whizzed with his load through the bright morning light,
And he brought back the toys! And the food for the feast!
And he, HE HIMSELF! The Grinch carved the roast beast




De viaje a la montaña a pasar la Navidad



La tercera novela de Manuel Altamirano, La Navidad en las Montañas fue un respiro en medio del conflicto bélico que atravesaba México. Esta historia narra el encuentro entre dos personajes disímiles: un capitán y un cura español durante la Guerra de Reforma en plena Nochebuena. Cuando este cura le muestra al militar el pueblo que ha levantado entre las montañas, descubre una utopía social en un pueblo, mismo que sirve de lección para demostrar la verdadera esencia detrás de la navidad, así como para devolverle la fe en la espiritualidad. Costumbrismo y romanticismo son corrientes que construyen esta historia que representa las ideas liberales y las ideales, todo en el momento por excelencia que representa la paz. La narrativa explora constantemente la tensión entre la separación Estado e iglesia, así como la colaboración entre ministros religiosos, figuras civiles, la ética y la moral presente en ambos discursos, pero de alguna manera, ausente en la práctica.

La obra refleja en gran medida la vida de su autor, Altamirano provenía de ascendencia indígena y su trayectoria estuvo siempre marcada por la vida militar. Es, por el primer punto, que la novela evita el uso del símil y las metáforas, pues de alguna manera, había un rechazo al adorno verbal exagerado y a los juegos atormentados de la perífrasis.



Debajo del árbol están el Cascanueces y el Rey de los ratones



Ernst T.A Hoffmann fue uno de los grandes exponentes del género fantástico. Supo siempre dar frente a los estigmas convencionales bajo su indomable imaginación y México absorbió de manera significativa sus influencias para desarrollar el género fantástico en la segunda mitad del siglo XIX. Altamirano mismo fue fiel a sus convicciones y utilizó lo fantástico en su obra.

Esta obra tuvo gran presencia gracias a su adaptación en el ballet clásico que nos permitió conocer a Marie y Fritz, así como los límites de la imaginación y la magia que rodea a la navidad, un saco lleno de muñecas, castillos, dulces, jardines brillantes y cientos de hadas y personajes míticos.

La puesta en escena es bastante fiel a la historia, una emocionante batalla entre el Cascanueces y el Rey Ratón, solo que el libro le añade a este último seis cabezas más con sus respectivas seis doradas coronas. Tras una difícil victoria obtenida con ayuda de Marie, el Cascanueces, a manera de gratitud, la lleva a la Isla de las Muñecas. Cada página es una muestra de la diversión con la que el autor dibuja grandes escenarios oníricos, puertas de almendras, villas de galletas de mantequilla y un cálido aroma a naranjas y rosas.

Así es como Tchaikovski no tuvo dificultad en imaginarse un número completo basado en este mágico mundo y crear The Nutcracker Suite; la danza de las flores, el baile del hada de azúcar y los números del té o el café fueron pensados a partir de este mismo acto.

No todas las Navidades son fáciles y su significado puede ser itinerante, pero cual sea el caso de esta ocasión, Gaceta Veintidós te acompaña y agradece la fiel compañía de sus benevolentes lectores.



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