Por: Rebeca Avila

Matar al candidato, el caso Colosio hecho novela gráfica

En el 2018, México vivió uno hecho histórico: por primera vez en mucho tiempo hubo un ejercicio democrático transparente, en el que el pueblo legítimamente tuvo la batuta. Pero para 1994 la realidad de las cosas era una sola: “Las puertas de los Pinos se abren desde adentro, no desde afuera”, como le dijeron al candidato del PRI a la presidencia, Luis Donaldo Colosio. Al poco tiempo, durante una vista que realizó como acto de campaña en la colonia Lomas Taurinas, Tijuana, el último revolucionario ideológico –político- del siglo XX en México que se atrevió a desafiar a su propia casa y a toda la clase política del país, fue atacado en pleno acto público con un tiro en la sien y otro en el estómago. Colosio murió y su asesino, Mario Aburto, fue procesado. Fin del cuento. El día de hoy sigue cumpliendo su sentencia en Almoloya de Juárez.

Matar al candidato, la más reciente publicación de Sexto piso, es una novela gráfica que nos remonta a un hecho con precedentes en la historia de México, el asesinato de un candidato a la presidencia. El libro del escritor F.G. Haghenbeck y el novelista gráfico Bef, da inicio con un crimen cometido hace 90 años: el asesinato del que fue candidato, Álvaro Obregón. Misma táctica, mismo “móvil”: el fanatismo. Un candidato, mismo final: un caso sin resolver y montones de teorías conspiratorias.

Esta breve novela más que recontar el asesinato de Colosio, trata, a modo de ficción, de reabrir el caso a 25 años desde el ejercicio periodístico. En ella, una escritora, por encargo de Dios sabe quién, realiza una investigación para escribir un libro acerca de la verdad sobre el caso de Colosio. A lo largo de cerca de 60 páginas, la protagonista guía al lector por esos misterios, conspiraciones, inconsistencias y cabos sueltos que, como lo dice la contraportada del libro, son “tan surreales como para hacer palidecer a la más descabellada novela policiaca”.

Con una narrativa fluida y concisa —que entreteje la vida personal de Elsa con los acontecimientos del 23 de marzo de 1994, las pueriles y manchadas pesquisas policiales y judiciales que bordan lo ridículo, y la investigación del presente que se plantea— Matar al candidato no busca ofrecer una resolución del caso, ni mucho menos señalar al culpable definitivo, sino señalar algunas cosas que quizá importan más que un asesinato sin resolver.

Las conclusiones de esta historia contada con creatividad, pero desde varias verdades, son claras: en México no se trata de encontrar al culpable, sino de culpar a alguien.

Esta novela gráfica nos acerca, nos invita, de manera breve, a no olvidar, no sólo la impunidad —que caracteriza a muchos otros casos que han quedado en el limbo— sino a no perder de vista las deficiencias del aparato de justicia mexicano, que obedece a muchos intereses, menos a ofrecer credibilidad y justicia social.

A 25 años del asesinato de Colosio, las dos preguntas clave siguen sin respuestas: ¿quién lo mató? Y ¿Por qué? Hay quienes dicen que fue el propio expresidente Carlos Salinas de Gortari. Otros que su hermano Raúl. Unos más que el narcotráfico. Y hay quién lo lleva más allá y señala a la CIA. Lo cierto es que esa fecha terminó con la vida de más de una persona, marcó la vida de dos familias y sacudió la historia de todo un país.