Por: Everth Bolaños

El pueblo soy yo

El pueblo soy yo es el más reciente libro de Enrique Krauze, en el que hace un compendio de ensayos que giran alrededor de cuatro ejes focales: el poder, el populismo, Donald Trump y, finalmente, la demagogia como destructora de la democracia.

A lo largo de sus páginas, el autor intenta responder una serie de preguntas como son: ¿por qué el poder recae sobre una sola persona?, ¿a qué se debe que América continúe siendo un lugar de “caudillos” y “líderes carismáticos” ?, además de ¿cuál es la “genética” de las revoluciones?

Es así como, a través de la historia, las conversaciones que ha tenido con amigos y su propia visión crítica de la política en América (pasando brevemente por España), hace un recorrido que comienza en Atenas, cuna de la democracia, para terminar, probablemente de modo deliberado, en Donald Trump.

De este modo, Krauze reflexiona acerca de una de las palabras que tan de moda ha estado, pero que no ha tenido una definición exacta o, al menos, una que deje satisfechos a todos: populismo; el cual, para muchos es positivo, para otros negativo, por lo que el escritor habla desde su propia experiencia, no sólo desde la teoría, para realizar un viaje, tanto histórico como geográfico, en el que aterriza en puntos estratégicos con el afán de reiterar el miedo que le da la idea de que el poder recaiga en una sola persona. Y es que, justamente de ahí proviene el título de este libro, de una oración dicha por Hugo Chávez en la que asegura que él ha dejado de ser él para convertirse en el pueblo.

En conclusión, yo sé que las elecciones pasaron hace muy poco, que muy probablemente los ánimos sigan encendidos de alguna forma, pero, siempre me gusta citar una frase, cuyo autor desconozco, que dice se debaten las ideas, no las personas, es decir, más allá de tus inclinaciones políticas, si eres de izquierda, derecha, centro, arriba o abajo, si realmente quieres tener una visión crítica de la realidad, es necesario leer desde diferentes sitios para poder sacar tu propia conclusión y sin duda Enrique Krauze es un referente indispensable.