Por: Redacción Gaceta 22

Palas Atenea de Rembrandt, últimas semanas en el MUNAL

Entre la larga lista de descendientes de Zeus, figura la que quizá es la más importante de todas, por ser entre otras cosas, su hija predilecta: Atenea, producto de su amorío con Metis, la titán hija de Océano y Tetis. Después de devorar a Metis mientras está encinta de Atenea, para no tener rival alguno en poder y sabiduría, Zeus manda a llamar a Hefestos para que le cure de un hachazo un dolor de cabeza insoportable. De ese golpe certero que le abre el cráneo, nace Atenea, pero no como una bebé, sino como una mujer adulta envestida en una armadura.

Con su peculiar nacimiento, Atenea muestra el primer atisbo de su destino, ser la diosa de la sabiduría. A su inteligencia se sumaron otras características y “virtudes”, como la valentía, la estrategia, el raciocinio y la virginidad. Como la mayoría de los personajes de la mitología, esta divinidad ha sido representada en el arte pictórico a lo largo de la historia moderna como es el caso de Palas Atenea del neerlandés Rembrandt, uno de los máximos exponentes del arte barroco.

Desde febrero de 2022, por primera vez en México, esta obra llegó al Museo Nacional de Arte (MUNAL) con la exhibición La diosa de la casa de Rembrandt, que, además de la pieza principal de Palas Atenea, procedente de una colección particular europea, incluye dos dibujos y una estampa del pintor pertenecientes a su serie de mendigos, así como un retrato de Rembrandt atribuido a su discípulo más destacado, Gerrit Dou.

En esta obra, Rembrandt utilizó como modelo a Hendrickje Sttofels, compañera sentimental, madre de su hija Cornelia, así como musa de sus retratos. Pintada para el connotado Festival del Gremio de pintores de San Lucas de Ámsterdam hacia 1654 –y cercana en iconografía al cuadro de Alejandro de Macedonia que conserva el Museo Calouste Gulbenkian de Lisboa– se trata de una espléndida pieza en la que Hendrickje aparece de tres cuartos con yelmo, armadura y escudo de exquisitas tonalidades metálicas. La capa de vivo rojo, muy probablemente pigmentada con la grana americana, contrasta con el fondo en penumbra.

La diosa de la casa de Rembrandt, continúa exhibiéndose en la sala Jorge Alberto Manrique del MUNAL, hasta el 29 de mayo, con apego a las medidas de protección sanitarias correspondientes.