Por: Arody Rangel

Soda, el sueño Stereo

Un joven estudiante de publicidad de la Universidad del Salvador pasaba sus días entre el aula y tocando su guitarra, emulando a sus ídolos El Flaco Spinetta o Andy Summers, sólo o en casa de algún amigo, compartiendo sus sueños estereofónicos de hacer música. A Zeta lo conoció en clases, hicieron clic de inmediato desde el humor y la pasión por sus instrumentos, para él la guitarra y para Bosio el bajo; uno y otro tocaban por aquí y por allá como invitados de alguna banda emergente de la escena rockera de su ciudad, ahí el rock había abanderado la denuncia aún en tiempos de la dictadura y con el regreso de la democracia era uno de los grandes síes que esa sociedad se daba a sí misma desde sus jóvenes, era la promesa de libertad, auguraba futuro, y no eran otros los aires que los insuflaban a él y a Zeta. Un día Charly llamó a su casa, buscaba a su hermana Laura, pero fue él quien respondió el teléfono, quizás para hacer tiempo empezaron a charlar y resultó que ese Charly tenía un espacio estupendo en casa para ensayar y además tocaba la batería… No bien habían colgado y él ya estaba quedando con Zeta para ir a casa de Charly, entonces comenzaron los ensayos y el bullir de ideas, eran esos los primeros pasos de la mejor banda de la historia del rock en español.

Ese joven, que entonces tenía 23 años, no es otro que Gustavo Adrián Cerati y aquella banda, hoy legendaria, es Soda Stereo. Este 11 de agosto Cerati cumpliría 61 años y en esta ocasión, queremos dedicar esta Pantalla sonora a algunas de las canciones del power trio que formó junto a Zeta Bosio y Charly Alberti en 1982. Detrás de la mayoría de las canciones de Soda Stereo está el genio de Gustavo, tanto en lo que toca a la música como a la letra de las canciones; para él, uno de los mejores guitarristas del rock en español, era más sencillo componer, tomaba de aquí o de allá algún sonido, lo transformaba e imantaba con él la partitura y aparecían los arreglos, cada tema es resultado de una exploración sonora lúdica y genial; la escritura de las letras era algo más complicado y fortuito, una idea dándole vuelta en la cabeza que no lograba aterrizar hasta que alguna palabra o una frase llegaban de golpe, a través de la radio, la tele o tras abrir un libro al azar, y entonces ya estaba. Soda Stereo es un conjunto de sueños estereofónicos, sus dos canales: el sonido de esa música que es la búsqueda incesante de la creación y sus imágenes poéticas que son de las más bellas de la música en español.


Un misil en mi placard

De niño pasaba horas escuchando a Hendrix hipnotizado por su guitarra y en clases dibujaba tapas de discos de bandas de rock imaginarias, ya adolescente sacaba canciones de Vox Dei y Pescado rabioso, todo a su alrededor le decía que tenía que formar una banda. Aquellos sueños forjados frente al ventanal de la sala de su casa, mientras practicaba con sus primeras guitarras, adquirieron forma y materia aquella vez que llegó con Zeta a casa de Charly, en ese primer encuentro hablaron de sus bandas y discos favoritos, e inmediatamente pasaron la segunda mitad de aquel año 1982 desentrañando la música de The Police y aventurándose a crear sus primeras canciones. Al tiempo, Gustavo y Zeta jugueteaban con palabras para hallar el nombre de la agrupación, hasta que Zeta dio con la fórmula perfecta: Soda Stereo. El disco debut (1984), de nombre homónimo, fue efervescente como auguraba el mote, las ideas melódicas de esos tres jóvenes representaban una vanguardia y un aligeramiento del rock, con notas bailables y estrofas como eslóganes publicitarios; pero hay un tema que no tanto, más conocido en la versión del disco Unplugged que hiciera Soda con el extinto MTV, pero que en su versión original es un reggae-rock de una letra bastante compleja: aquí también vos creías que estabas lejos.



Estoy Azulado

Antes del primer contrato con una disquera, los Soda empezaron a tocar en fiestas de amigos y pequeños billares o bares, de a poco aparecieron en la escena underground bonaerense y entre el proceso de creación de su segundo disco y su posterior lanzamiento, Gustavo, Zeta y Charly pasaron en poco tiempo de los shows locales a las giras nacionales y de éstas a la escena sudamericana. En el camino, abandonaron el look de jeans y playeras remangadas hasta los hombros, tenis y cabellos desalineados, por la oscuridad propia de la década: los cabellos en crepes imposibles, maquillaje en ojos y boca, blazer negro, camisas con mangas abombadas y borceguíes. Nada personal (1985) viene de esa oscuridad, con su sonido más cercano a grupos como The Cure, Siouxsie And The Banshees, Echo & the Bunnymen o Depeche Mode, y un cambio en la composición de las letras, Gustavo dejó las fórmulas publicitarias y se avocó a la sonoridad y el color de las palabras: Estoy azulado.



El rito

Lanzado en noviembre de 1986, Signos contiene temas emblemáticos de los Soda Stereo, como Prófugos, Persiana americana o la homónima Signos; el hecho peculiarísimo detrás de este disco es que Gustavo no pudo escribir las canciones hasta el último momento, ya sobre los tiempos de la grabación en el estudio, de pronto en una noche las palabras tomaron su curso y ya estaba: Soy un profanador / Estoy desafiando al tiempo…



En la ciudad de la furia

Luego de una sobredosis de éxitos, estadios repletos, festivales como Viña del Mar o la entrada al mercado mexicano, los Soda deambulaban entre esa irrealidad de viajes en avión o autobús, entrevistas y hordas de fanáticos; tras ese primer fogueo en las grandes ligas apareció en 1988 Doble vida. En su infancia, Gustavo dibujaba superhéroes e inventó algunos, como Argos, un hombre alado salvaguarda de la ciudad; imposible no reconocerlo en el tema de temas de la banda, esa oda a la ciudad que los vio despegar, remanso de calma y urbe fúrica de noctámbulas calles que sume a todos en el anonimato, con todo: un hombre alado extraña la tierra.



Languis

El tema apareció en Doble vida, pero hay algo en él, un magnetismo como el de los vampiros, una seducción irremediable e irresistible que llevó a los Soda a grabar una segunda versión con sonidos de sax, piano y una estridente orquesta que hacen de él una verdadera fiesta dionisiaca; la canción dio nombre al primer EP de la agrupación (1989), que incluyó remixes de En el borde y Lo que sangra, además de la inédita Mundo de quimeras. Los languis, seres lánguidos, son dráculas contemporáneos con el tiempo contado para lograr saciar su sed: Solo una hora más en silencio / El tiempo para firmar / Mi nombre en tu cuello.



Séptimo día

Disco definitivo, el mítico Canción animal (1990) ‒que cumple 30 años este 7 de agosto‒, es una compilación de éxitos radiales como De música ligera, Entre caníbales y la homónima Canción animal. Era una época de transición, con el cambio de década los Soda eran ya estrellas innegables del rock latinoamericano, en el interior las tensiones entre Gustavo y Charly se acrecentaban ‒por mujeres o por personalidad, o ambas‒ y la vida daba esos pasos terribles sin marcha atrás; época de cuero, piel y metal, carmín y charol, pero también de pérdidas como da cuenta la entrañable Té para tres. Tantas otras historias hay detrás de Canción animal, como la presencia e influjo de Daniel Melero, llamado el cuarto Soda, quien incrementó la tensión instalada ya dentro del grupo y escribió la letra precisamente de Canción animal, inspirado en la relación de Cerati con su novia de entonces, Paola Antonucci; o el significado de los elementos de la tapa del disco, cada integrante está representado allí: Charly es la volátil veleta, Zeta el equilibrado tensegrid y Gustavo, según señaló en una famosa entrevista, es los leones apareándose, ambos. Este disco es uno de los clásicos del rock en español y catapultó a Cerati como músico y letrista a las alturas de dioses como Spinetta y Charly García; hecho curioso, porque la primera canción es un grito de rebeldía contra la divinidad: Solo Dios sabe que es el séptimo día / El abismo y la luna en el séptimo día / ¡No descansaré!



Luna roja

Para 1992 Cerati se había probado por primera vez que él era un ente independiente a Soda Stereo, con intereses musicales y creativos propios, al colaborar con Melero en el disco Colores santos, de un sonido electrónico y experimental. Sobre esta línea está el sexto álbum de estudio de Soda: alternativo, electrónico, un referente del shoegazing en español, pero profundamente incomprendido. Dynamo es un fenómeno astronómico inusual para una carrera estratosférica que recién en su clímax ya presentía su final: Él salió y dejó la cama vacía / Se entrego al suave aire del desierto / Y entonces la vio / La luna roja / Sobre el mar negro.



Disco eterno

Se decía entonces que no, que Amor amarillo (1993) respondía más a una necesidad creativa personalísima y al momento vital que atravesaba ‒Gustavo se había casado con Cecilia Amenábar y habían concebido al primero de sus dos hijos, Benito y Lisa; era el tiempo de los cuerpos de luz corriendo en pleno cielo, cristales de amor amarillo‒, pero que Cerati no arrancaba una carrera de solista, que Soda seguía. La realidad es que el ánimo les dio para hacer un álbum de remixes, Zona de promesas (1993) que incluye la bella canción del mismo nombre, así como su séptimo y último disco: Sueño Stereo (1995). Cierto que aún hicieron el tremendo Comfort y música para volar (1996) y ese adiós que no tiene paragón, El último concierto (1997), pero es este el grupo de canciones que cierra la etapa gaseosa de la carrera musical de Gustavo y el final de la mayor banda de rock en español de todos los tiempos, el final del Sueño Stereo: “Oye la frecuencia decaer / Cada vez que me dejas / Te perseguiría hasta el sol / Pero hoy es solo inercia”, Efecto Doppler; “Que ahora es hora y no fue ayer / Mis amigos / He cambiado, pero aún mi corazón / Permanece intacto, tan intacto como ayer / Nada más para decir / Hasta Mañana”, Paseando por Roma.

Abrir el sueño stereo / Crear la dimensión…



Bonus track

Este conteo no podría terminar sin mencionar el mejor momento del sonido en directo de la carrera de Soda Stereo, el Comfort y música para volar y esa estupenda versión de Entre caníbales, un canto a Eros que es a la vez vida y muerte: