Fue mito desde su nacimiento, algo inexistente. Fue mito en el auge de una carrera de cantor inigualable. Carlos Gardel ya era personaje de leyenda para los iniciados en esa voz que transportó el tango desde los arrabales de Buenos Aires al resto del mundo.
Era llamado Zorzal criollo, por esa ave que acompaña con su canto al amanecer. Tenía sólo 44 años cuando el avión que lo llevaba de regreso a Buenos Aires se preparaba para despegar en un aeropuerto de Medellín, Antioquía, Colombia, chocó en la pista contra otro, se incendió y él y los demás pasajeros murieron.
Ese 24 de junio de 1935 acabó la vida del intérprete más importante en la historia del tango, pero al mismo tiempo se perpetuaba el mito Gardel, un personaje extraordinario que continúa suponiendo más incógnitas que respuestas, y que permanece encantador.
Más de 80 años de mito no bastan. Aquí nos propusimos recordar algunos de los momentos y esos misterios que distinguen a Carlos Gardel como el tanguista universal, la voz perfectamente ejecutada y el inamovible ícono del imaginario colectivo rioplatense que aún extiende su influencia no solo en el tango sino en el folklore e incluso en el rock de habla hispana.
Correspondiendo al mito, tanto el lugar como la fecha de nacimiento del Zorzal criollo siguen siendo polémicos. Se disputan su nacionalidad Argentina, Uruguay y Francia y entre el embrollo se especula que habría nacido entre 1883 y 1890. Los uruguayos juran que nació en Tacuarembó, en el centro de su país, los argentinos dicen que era de Toulouse (Francia). También se dice que, por conveniencia, él mismo había aprovechado distintas identidades. De lo que no cabe duda es que se crió en Argentina.
El tango nació como folklore urbano en los conventillos, vecindarios rioplatenses en que se hacinaban los criollos desplazados del campo por las nuevas formas de explotación rural, además de los inmigrantes fracasados que comenzaban a descubrir que la América no era la tierra prometida imaginada. Esa melancolía germinada entre la miseria fue el nutriente del tango-canción, un estilo que nadie como Carlos Gardel (el arquetípico porteño) supo sintetizar gracias a su técnica vocal única, transformando así al tango en más que un género musical, en todo un arte interpretativo. Su legado: 997 discos grabados y otras doscientas primeras tomas no comercializadas, como esta obtenida de master original por coleccionistas:
En 2012 un grupo de investigadores argentinos publicaron en el diario porteño Página/12 un trabajo en el que atribuyen el pasado misterioso de Gardel a su deliberada intención de borrar de su historia un supuesto pasado de estafador. En su investigación sostienen que en su juventud el tanguero había vivido de timar con el cuento del tío, una estafa bastante habitual en aquella época. Tal vez por eso, la identidad del cantante es una mentira permanente.
Uno de los aspectos menos profundizados de la historia de Gardel es su vasta carrera como actor y productor de cine. Fue partícipe central de los primeros cortos con sonido que se filmaron en 1930 en Argentina, en los cuales se aprecian los rasgos básicos que identificarían más adelante su personalidad como actor-cantor.