El azul no tiene dimensiones, va más allá de ellas, donde otros colores no lo están.
Un azul más intenso que el cielo o el mar, paisajes infinitos. Un color fulgurante e hipnótico. Ésa fue quizá la gran obsesión del artista francés Yves Klein (1928 - 1962), una meta que alcanzó hasta convertirse en uno de los más polémicos, pero fascinantes artistas europeos de la posguerra. Cuando Klein encontró aquel azul perfecto para sus obras, halló también la causa de su temprano fallecimiento.
La alta toxicidad de las sustancias que usaba para mezclar el pigmento original con el que conseguía el ahora famoso, y patentado, Azul Klein (International Klein Blue) le envenenó lentamente hasta sufrir un tercer y último infarto tan solo a los 34 años.
Sin embargo, para entonces Yves Klein ya había sido el protagonista de una fugaz pero intensa y fructífera vida artística que comprende más de 1,200 obras. En tan solo siete años de trabajo, revolucionó gran parte del arte que se gestaría en las décadas siguientes, desde el Arte Conceptual al arte de la performance. Con su azul intenso empapó esponjas que colocaba sobre grandes lienzos, lo usó en rodillos, esculturas y en el cuerpo de sus modelos, que usaba como pinceles vivos.
Pero el arte no fue siempre el camino de Yves Klein. Hijo único de dos artistas muy distintos entre sí —ella, reconocida pintora de arte abstracto; él pintor de arte figurativo, como pintorescos paisajes—, parecía destinado a elegir un camino u otro. En cambio, el joven Yves se volvió experto en yudo y hasta viajó a Japón donde obtuvo el máximo título que se concedía entonces a los europeos.
¿Cómo fue entonces que Klein cambió el yudo por la pintura? ¿Tuvo alguna influencia su arte de esa disciplina oriental? ¿Cómo se convirtió él en un artista tan revolucionario y experimental? La respuesta la podrás encontrar en la magna exposición Yves Klein que presenta el Museo Universitario de Arte Contemporáneo hasta el 14 de enero de 2018.
En esta, la primera muestra retrospectiva en América Latina, podrás encontrar más de 75 obras, organizadas de manera que abarcan en orden cronológico, las tres principales problemáticas presentes en el trabajo de este artista fundamental para el arte contemporáneo: la monocromía, la materialidad de la carne y el arte como campo inmaterial.
Pero además de las obras de Klein, encontrarás también un paseo por el desarrollo personal e ideológico detrás de cada etapa de su carrera, gracias a que se expone también una amplia selección de documentos, cartas, dibujos, fotografías y películas que construyen la vida y la obra de este hombre que vivió intensamente sus ideas, su arte y, por supuesto, el azul.
Si quieres más información de Yves Klein y esta exposición, puedes consultar la entrevista que realizamos al curador Daniel Moquay durante el montaje de ésta.
Yves Klein se exhibe en las salas 1, 2 y 3 del MUAC hasta el 14 de enero de 2018.
Curador: Daniel Moquay
Exposición coorganizada con Fundación Proa, Buenos Aires