Me pregunto si soy el único que se da cuenta de que nada de eso importa. Que no tiene sentido. Que todo el esfuerzo va dirigido a una infinita espiral que lleva hacia la completa y absoluta nada […] hoy voy a terminar mi obra maestra; que en algún momento de este día voy a ponerle el punto final a mi biografía […] porque nunca nada importa es que he decidido que hoy es un buen día para morir
El anterior es sólo un fragmento de la carta suicida que ha escrito Emiliano Rivera del Pozo con la cual da inicio este libro, donde el título es el perfecto resumen de lo que será una densa lectura, hecho que el narrador señala como advertencia desde las primeras páginas. No obstante, si logras cruzar este umbral, te aseguro que valdrá la pena, ya que es un texto cargado de matices contemporáneos que te llevará a reflexionar sobre ti y tu propia familia, tema recurrente en la autora Gisela Leal.
¿Cuántas veces te has puesto a pensar en la razón que te ha llevado a estar en donde estás justo en este momento, tanto en tu vida personal como profesional? ¿En serio crees que eres un caso aislado? ¿Alguna vez te has preguntado hasta qué punto la historia de tu familia ha influido directa o indirectamente en ti? Bien, pues de esto va Oda a la soledad, de esto y de un poco más.
El intento de quitarse la vida que ejecuta el protagonista, es el pretexto que nos permite hacer un recorrido por el árbol genealógico de los Rivera del Pozo, entendidos dentro un contexto socio-histórico-cultural en el que todas y cada una de las decisiones tomadas a lo largo del tiempo, han afectado a sus integrantes, dando como resultado un presente caótico, cargado de culpas y patrones repetidos, por una especie de reacción similar al famoso efecto mariposa.
De este modo, es posible conocer más sobre ellos. Por un lado, su madre, la ambiciosa y decidida María Helena del Pozo, quien disfruta de los lujos; por el otro, el patriarca, Leonardo Rivera, un hombre lleno de frustraciones, quien nunca fue capaz de enfrentarse a su propio padre para poder defender sus objetivos y, finalmente, Renato, un consentido, malcriado y poco productivo, hermano mayor del protagonista. Pero eso no es todo, ya que la autora va más allá, por lo que decide que también es buena idea conocer las vidas de los tíos, abuelos e, incluso, bisabuelos.
Sin embargo, la descripción no se queda sólo en lo superficial, ya que a Gisela le interesa conocer la psique de sus personajes, adentrarse a sus traumas, miedos, complejos y deseos no cumplidos, para, de este modo, analizar a cada uno de ellos con la intención de llegar a una posible respuesta sobre por qué Emiliano Rivera del Pozo siendo un creativo cineasta, psicólogo y guionista de 26 años, es un hombre psicosomáticamente asmático con tendencias suicidas.
Aunque Oda a la soledad podría parecer el viaje interior que hace la autora Gisela Leal, quizá con la intención de sanar su propio pasado, la verdad es que se convierte en un paseo catártico que te hace repensar tu propio presente e historia familiar, con el afán de encontrar una mirada existencialista respecto a esto que llamamos vida.