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El crisol de la fe: la variedad religiosa en México

Por: Sergio Meza
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Gaceta Nº 236 - 2 de junio, 2025



Si bien México no cuenta con una religión oficial, a diferencia de aproximadamente cuarenta naciones confesionales que sí establecen una desde su legalidad vigente, es imposible negar la profunda tradición católica con la que cuenta nuestro país. Desde la conquista española, y con el paso de más de tres siglos de imposición clerical, las raíces de México beben de una profunda fe católica, apostólica y romana.

Sin embargo, buscando la aguja en el pajar, ¿Cuál es el panorama de otros credos distintos al católico en nuestro país? Históricamente la evolución de la fe en México ha sido más abierta de lo que se podría creer: con la conquista española llevada a cabo una vez terminado el imperio de Al-Ándalus en la península ibérica, es decir, con los conquistadores ya influenciados por el islam, los judíos conversos que arribaron a la Nueva España con las primeras oleadas de migración, las tradiciones prehispánicas que se negaron a desaparecer, las reformas juaristas que redujeron los poderes clericales, la migración de ingleses y alemanes con la fe protestante a cuestas, la influencia de Estados Unidos y sus costumbres en la frontera norte, el combate abierto a la religión católica durante el periodo del Presidente Plutarco Elías Calles, y la posterior globalización de México con apertura a influencias de todo tipo.

El más reciente Censo de Población y Vivienda (2020) desarrollado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), expone que 14 millones de personas no se identifican dentro del catolicismo, y 13 millones más indican que no profesan credo de ningún tipo. Considerando las 126 millones de personas contabilizadas como el total de población en México durante el 2020, estas cifras pueden parecer menores, sin embargo, indican que el 21% de la población mexicana no se inscribe dentro del catolicismo. Que la quinta parte de los habitantes del territorio nacional no se consideren creyentes de la fe más profesada es un dato que no debe ser tomado a la ligera.

Para recabar su información estadística, el INEGI lanzó la pregunta abierta “¿Cuál es su religión?” dando pie a que la población censada indicase directamente la respuesta que mejor le pareció. Esto marca una diferencia notable con los censos anteriores, donde la pregunta era acotada a tres opciones: “ninguna”, “católica”, “otra”. El método actual permite recabar información de manera más transparente, ya que no se establece premeditadamente cuál puede ser la respuesta del habitante.


Tan numerosa como las estrellas del cielo y como la arena del mar


Las religiones y sus diferencias pueden ser tan variopintas y numerosas que diferenciarlas, con el fin de clasificarlas, puede volverse un ejercicio tan complejo como el de distinguir colores contiguos en un círculo cromático muy específico.

Para su ejercicio, la institución agrupó las respuestas en tres niveles de jerarquización: credo religioso, grupo religioso y denominación religiosa.

Con el fin de agilizar la explicación sírvase este ejemplo de un caso individual:

  • Credo religioso: cristiano
  • Grupo religioso: cristiano evangélico
  • Denominación religiosa: calvinistas

Sin embargo, aún con esta diferenciación, el INEGI resalta que, en el caso de las denominaciones, la clasificación puede llegar a ser compleja en su interpretación. De ahí la importancia de la pregunta abierta en el censo.

En la interpretación final, el INEGI agrupa tres credos religiosos (a partir de su población), catorce grupos religiosos y cuarenta y seis denominaciones religiosas. Sin embargo, agrega también el apartado de “sociedades religiosas” la cual se vuelve más específica, al punto de llegar a 249.

Este es el número que hay que recordar: el resultado total de sociedades religiosas enlistadas. Ante la pregunta abierta de ¿Cuántas religiones específicas se practican en México? 249 sería la respuesta más precisa.

En el conteo final el Censo de Población y Vivienda 2020 indica las siguientes cifras en cuanto a la población y su fe expresada en grupos religiosos:

  • Católicos: 97 millones de habitantes
  • Protestantes / cristianos evangélicos: 14 millones de habitantes
  • Sin religión: 10 millones de habitantes
  • Creyentes no practicantes: 3 millones de habitantes
  • Sin religión específica: 490 mil habitantes
  • Judaicos: 58 mil habitantes
  • Raíces afro: 40 mil habitantes
  • Otras religiones: 40 mil habitantes
  • Espiritualistas: 36 mil habitantes
  • Raíces étnicas: 33 mil habitantes
  • De origen oriental: 29 mil habitantes
  • Islámicos: 7 mil habitantes

Aquí varios datos interesantes. Si bien los grupos de raíces afro, espiritualistas o raíces étnicas parecen ser muy numerosos, es importante recordar que se trata de un conjunto agrupado por razones estadísticas, muchas de estas religiones pueden no estar estandarizadas entre sí, sin embargo, comparten características en común que les permiten ser clasificadas de esta forma.

Llaman la atención los tres millones de habitantes que se inscriben dentro de la creencia religiosa que no alcanza a ser practicada, sin mayor clasificación que indique cuál es esa creencia que profesan. De igual manera se destaca el hecho de la pequeña muestra que inciden dos de las mayores religiones del mundo: El judaísmo y el islam, al menos comparadas con, por ejemplo, los 33 mil habitantes que profesan algún tipo de creencia de origen étnico.

Dentro de su información el INEGI indica que, del total de población censada, el 41% de los matrimonios presentan una unión autorizada por alguna religión. Considerando la enorme importancia que la mayoría de las creencias otorga a la unión conyugal bajo preceptos de fe, este es sin duda un dato que llama poderosamente la atención.

En cuanto a otras variantes, apenas el 4% de los hogares censados indican que, bajo su techo, se profesa más de una religión considerando sus habitantes. A diferencia del 82% de hogares donde todos sus integrantes profesan el mismo credo.

Invitamos a consultar el análisis completo realizado por el INEGI en busca de información más específica. Quizá el ejercicio nos ayude a no dar por sentado las creencias de quienes nos rodean, y a través de ello, logremos un poco más de pluralidad y tolerancia entre todos.


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