Top Cine

El catalejo del mundo moderno: Julio Verne y sus adaptaciones al cine

Por: Sergio Meza
Gaceta Nº 228 - 4 de febrero, 2025


Francia, 1839, un pequeño niño de apenas 11 años de edad es bajado a regañadientes por su padre del bergantín Coralie, el cual se disponía a zarpar rumbo a las Indias. La intención del niño: hacerse con un collar de coral para su prima Caroline, de quien estaba enamorado. Pierre Verne, el padre del frustrado infante marinero, le hizo prometer a su hijo que “limitaría” sus viajes a su imaginación. Y eso fue precisamente lo que hizo el pequeño Jules Gabriel, imaginó tanto que el contenido de su mente se desbordó hasta permear a la ficción y a la ciencia de los siguientes dos siglos.

La obra de Julio Verne (como conocemos al autor en hispanoamérica) debutó en su natal Francia en 1863, con Cinco semanas en globo, texto que arrancaría la vasta colección que sería conocida posteriormente como Voyages extraordinaires, es decir, Viajes Extraordinarios, la cual compila la enorme mayoría de sus escritos. La obra de Verne presenta un estilo que se delimita a la perfección entre la investigación científica y las historias de aventuras, por ello, es que su bibliografía no fue carente de críticas durante la época de mayor éxito, encasillando al escritor como un autor “de género” incapaz de salir de historias de temática similar.

Pero hay quien puede decir que Verne estaba precisamente fundando un género. Y es que no se trataban de viajes al estilo de Robert Louis Stevenson y su Isla del Tesoro; las novelas de Julio Verne siempre estaban acompañadas de algún elemento fantástico, o mejor dicho, científico/futurista, ya fuesen submarinos imposibles, balas que llegaban al espacio o seres fantásticos viviendo bajo la tierra. La discusión por la paternidad, o maternidad, de la ciencia ficción no se verá resuelta en este artículo, pero no son pocas las voces y las plumas que se la han atribuido al francés. Si bien a Verne no le gustaba este crédito, llegando al punto de decir “no he inventado nada”, ya que su ficción era únicamente sobre aventuras, si esa historia requería de algún elemento científico o futurista era únicamente como medio y no como fin. Pero como ocurre con un sinfín de artistas que menosprecian el camino que inicia con sus trabajos, podemos obviar un poco lo expresado a través de la explicación verbal del autor y quedarnos con el notorio resultado de su obra, que es en este caso, una innegable influencia en el mundo que le siguió.

Gracias a los Viajes Extraordinarios existen un sinfín de aventureros, científicos y artistas (abarcando así los tres pilares de su género literario) que, inspirados por las obras de Julio Verne, encontraron propósito en su respectivo quehacer. Casos como el de Alberto Santos-Dumont, uno de los primeros aeronautas del mundo, los tripulantes del Apollo 8, el astrónomo Edwin Hubble, los espeleólogos Édouard-Alfred Martel y Norbert Casteret, quienes trazan su amor por las profundidades a partir de Viaje al Centro de la Tierra, los escritores Antoine de Saint-Exupéry y Georges Perec, los cuales mencionan a Verne como una pluma fundamental en su infancia, y gigantes de la escritura, cumbres en sus géneros, como J.R.R. Tolkien, Ray Bradbury y Arthur C. Clarke. Además, la comunidad científica ha demostrado su profundo amor al escritor a través del nombramiento de cráteres lunares, embarcaciones, naves espaciales y premios por circunnavegación global.

Esto muestra que, pese a que el propio Verne no se tuviese en consideración como una piedra fundacional de la ciencia ficción en la literatura, su nombre está indisolublemente ligado al género, tanto como el de Mary Shelley o H.G. Wells.

Pero, saliendo de las letras, Verne también es responsable indirecto, dentro de toda su influencia, de detonar no sólo el género literario de la ciencia ficción, sino un medio completo, el cinematográfico. En 1902, en la mismísima tierra natal de Verne, el mago, inventor y a la postre histórico cineasta Georges Méliès estrenó Le voyage dans la lune, Viaje a la luna, filme silente basado en las novelas De la tierra a la luna y Alrededor de la luna. La película pasó a la historia como la pionera de la ciencia ficción dentro del mundo audiovisual, tanto por su diseño de producción, sus efectos especiales y, por supuesto, la historia de la cinta. Con el paso del tiempo el filme por sí mismo lograría un estatus de culto, influiría en una interminable fila de películas y Méliès pasaría a la historia como uno de los directores más importantes de todos los tiempos.

Muchos directores de todo el mundo siguieron los pasos de Méliès adaptando a Verne y enriqueciendo el género de la ciencia ficción. Es por ello que, en este Top Cine, haremos un breve repaso a algunas de las adaptaciones más célebres realizadas a las obras de Julio Verne para la gran pantalla, demostrando así que la fascinación por los viajes, el futurismo y las grandes aventuras es tan apasionante que no se limita por época o medio narrativo.


Le Voyage dans la Lune - Viaje a la Luna (Georges Méliès, 1902)



Un pintoresco grupo de científicos se reúne a escuchar la propuesta del Profesor Barbenfouillis: Una expedición lunar. Los astrónomos se lanzan al satélite en una nave con forma de bala disparada desde un enorme cañón. Una vez en la luna, tendrán conflictos con los selenitas nativos del cuerpo celeste.

La cinta dirigida por el artista e ilusionista Georges Méliès fue pionera en casi todos los sentidos, desde su uso de efectos especiales, trucos de cámara, duración del filme y temática. Por esta razón, Viaje a la luna se ha convertido en uno de los pilares cinematográficos mundiales. La trama, por cierto, no sólo cuenta con los elementos de dos novelas de Julio Verne, sino con influencias de otro texto, Los primeros hombres en la Luna, de H.G. Wells. La escena de la nave estrellándose en la cara de la luna, papel interpretado por cierto por el propio Méliès, es una de las estampas más famosas del cine.


Around the World in Eighty Days - La vuelta al mundo en ochenta días (Michael Anderson - 1956)



El aristócrata inglés Phileas Fogg apuesta la mitad de su fortuna con sus compañeros de club a que es posible realizar una vuelta completa al mundo con 80 días como límite. Acompañado de su fiel sirviente Passepartout, Fogg se lanza a una travesía que lo lleva a recorrer más de 16 países en más de 10 formas de transporte diferentes. En el camino conocerá a la Princesa Aouda, de quien se enamorará. La terna es permanentemente perseguida de cerca por el Detective Fix, quien cree a Fogg y a sus amigos como los autores del robo de un banco.

La película fue, en su momento, una de las superproducciones más caras en la historia de Hollywood, utilizó más de 210 km de cinta, 112 locaciones, 130 sets, casi 8 mil animales y un aproximado de 68 mil extras. El filme fue dirigido por Michael Anderson y producida por Michael Todd, principal responsable del proyecto, y fue protagonizada por David Niven y Mario Moreno “Cantinflas” en su debut Hollywoodense, el cual le hizo acreedor a un Globo de Oro.

Estamos ante la película que inventó el término Cameo, ya que más de 40 superestrellas participaron en pequeños papeles secundarios o prácticamente como extras, entre quienes destacan Cesar Romero, Frank Sinatra, Buster Keaton y Peter Lorre.


Vynález zkázy - Una invención diabólica (Karel Zeman, 1958)



El Profesor Roch ha descubierto un nuevo explosivo, lo suficientemente destructivo como para inclinar la balanza del poder mundial. El científico y su pupilo, el ingeniero Simon Hart son secuestrados por un grupo de piratas junto con una joven llamada Jana. Los criminales los transportan vía submarino a una base secreta, oculta en una isla volcánica hueca, hogar del malvado Conde Artigas, quien busca hacerse con el mortífero explosivo para alimentar sus planes de dominación mundial.

Como otro gran ejemplo del gran despliegue técnico que ensalza la visión cinematográfica de las obras de Verne, basada libremente en la novela Ante la bandera, Una invención diabólica se trata ni más ni menos que del mayor hito fílmico en la historia de Checoslovaquia. Estrenada en 1958, contó con el animador Karel Zeman como director. La película es única por su combinación de animación tradicional, stopmotion y presencia de actores reales en pantalla de forma simultánea, pero como un recurso usado de forma diferente en comparación a otras cintas de la época, por ejemplo Simbad y la princesa estrenada el mismo año, dónde la animación se usa para proyectar imposibles, como esqueletos reanimados al combate; Zeman usa la animación para todos los vehículos de la película, sean fantasiosos o no, además de usar un gran diseño de producción que convierte al filme en un espectáculo visual. La singular fotografía de la película logra emular los grabados que ilustraban los ejemplares de Verne, por ello es que se decidió mantener el metraje en blanco y negro, en una época en donde el color ya era un recurso normalizado.


20,000 Leagues Under the Sea - 20,000 leguas de viaje submarino (Richard Fleischer, 1954)



El misterioso Capitán Nemo mantiene prisioneros a tres náufragos en su fantástico submarino Nautilus, mientras viven diversas aventuras bajo el agua los protagonistas aprenderán a convivir con la tripulación de la embarcación, de la cual ahora forman parte, lo quieran o no, mientras descubren juntos los secretos subacuáticos a los que solo el Nautilus tiene acceso.

Producida por Walt Disney, y protagonizada por grandes estrellas como Kirk Douglas, James Mason y Peter Lorre, esta película es la responsable de regresar la fiebre cinematográfica de las historias de Julio Verne a las salas de todo el mundo. Con las concesiones esperadas de una película de Disney, la trama se suaviza en ocasiones, pero recupera tensiones propias de su época, como el miedo atómico. Los efectos especiales de la película la hicieron ganadora de un Premio Oscar en esa categoría, y otro más en montaje. Esta es quizá la adaptación cinematográfica más equilibrada en lo que refiere a las grandes aventuras imaginadas por Verne.

El boom de las películas inspiradas en novelas de Julio Verne fue en las décadas de los 50 y 60, con el tiempo las adaptaciones a su obra han disminuido en cantidad y calidad, pero el legado de su creación permanece, desde Star Trek hasta Interstellar debemos agradecer la vívida imaginación de aquel joven francés que buscó, alguna vez, hacerse a la mar en pos de sus propias aventuras.



COMPARTE