This day, I was especially tired.
Tired from my work as a seamstress, and tired from the ache in my heart.
- Rosa Parks
El cómo se volvió un modelo en contra de la injusticia racial es ya una leyenda que se cuenta con soltura. Un 1º de diciembre de 1955 en Alabama, Estados Unidos, Rosa Parks se negó a ceder su asiento en el autobús a un hombre blanco. Su negativa le valió una multa de 14 dólares y fue declarada culpable en el juicio. Sin embargo, el resto de la historia es aún más familiar... Cientos de personas salieron a caminar, en sus autos o en buses en un boicot que duró 381 días con un Martin L. King de 26 años como el líder. Dos mujeres antes de Parks ya se habían reusado con anterioridad a ceder sus asientos; sin embargo, Rosa se convirtió en el rostro del Montgomery Bus Boycot que, eventualmente, daría vida al movimiento por los derechos civiles.
El nadir en la historia de los afroamericanos estaba enraizado por el Ku Klux Klan, quienes aterrorizaban a la gente, incendiaban sus iglesias y mataban gente, todo, porque los soldados afroamericanos regresaban de la I Guerra Mundial después de haber servido a su país, justo al igual que el resto de los soldados.
Rápidamente, Rosa entendió la realidad que la rodeaba y la incoherencia de las reglas que la asechaban. No salir en la noche, y de hacerlo, guardar absoluto silencio; no confrontar a ninguna persona blanca, porque podría acabar con ella linchada; y por último, el negro es inferior y el blanco superior, una regla que las escuelas para niños afroamericanos aleccionaban a muy temprana edad. Pero Rosa tenía claro que quería cambiar aquello que la hacía sentir que era necesario protegerse.
En este año conoció a Raymond Parks, un afroamericano de piel clara que no logró cautivar a Rosa en un inicio. Sin embargo, fue el caso de los Scottsboro Boys lo que los unió. Ocho adolescentes y un niño viajaban ilegalmente en un tren de mercancía para buscar trabajo; kilómetros adelante se desató una pelea racial entre los pasajeros. Victoria Price y Ruby Bates, dos mujeres blancas que también viajaban en el tren, enfrentaban cargos de vagancia y actividad sexual ilegal, por lo que, para evitar los cargos, acusaron falsamente a los jóvenes de violación. Toda una lucha se desató a partir de este momento, y para 1943, Rosa se unió oficialmente a la NAACP (Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color).
Una guerra tan grande no puede pasar sin cobrar vidas en el camino, y el 31 de agosto de 1955, Emett Till, un adolescente de 14 años, se convertiría en el símbolo que terminaría de dar fuerza a la lucha de los derechos civiles. Como muchas personas, jóvenes, niñas y niños de aquella época, Emett se enfrentó a los crímenes de odio de una sociedad condenada por la ignorancia.
Aquel verano, Till estaba de visita en Money, Mississippi y una noche fue con sus primos al Bryant Grocery and Meat Market. La esposa del dueño, blanca, estaba atendiendo la tienda esa noche y sin mayor recato, afirmó que Emett la había acosado repetidamente, pero Emett pagó su mercancía y salió tranquilamente de la tienda. El 28 de agosto, a las 2:30 de la madrugada, el dueño, acompañado de dos personas más, fue a la casa de Emett y lo acosó, ordenándole que se vistiera y saliera mientras amenazaba al resto de sus familiares. Dos días después, el cuerpo de Till fue encontrado flotando en el río Tallahatchie con un ventilador de una máquina de algodón de 34 kilos atado a su cuello con alambre de púas. Su rostro estaba desfigurado hasta casi no poder ser reconocido. Ninguno de los culpables fue obligado a cumplir condena por el delito, pero tres meses después, el rumbo de la historia cambiaría para siempre.
Rosa Parks tuvo algo claro, su batalla no era una batalla de blancos contra negros, sino una batalla entre lo correcto y lo incorrecto. De día, trabajaba como costurera, de noche, investigaba y documentaba múltiples casos de derechos civiles, desde disputas políticas locales, hasta asesinatos y crímenes de odio de primea plana; hoy su rostro y figura son mundialmente conocidos y recordados, aún en una realidad en la que los discursos de odio en contra de las minorías parecen seguir llamando a una comunidad que presuntamente, tiene una muy mala memoria.