Top Cine

¿Una botarga o una de las más crudas metáforas de la posguerra? 70 años de Godzilla, El Rey de los Monstruos

Por: Sergio Meza
Gaceta Nº 221 - 16 de octubre, 2024


En la ficticia isla de Oda un grupo de asustados aldeanos corren cerro arriba ante la alerta producida por la campana del pueblo; han vivido días de zozobra con el arribo de un grupo de supervivientes de un naufragio en la cercanía, los cuales refieren que su embarcación fue atacada por un monstruo gigante. Ante esto, la pequeña población de la isla reacciona con temor y superstición, existen leyendas de un antiguo gigante que, confundiéndose con una tormenta, atacaba barcos y aldeas. El arribo de científicos a la isla advierte altos niveles de contaminación radioactiva y la presencia de trilobites, animales prehistóricos que se creían extintos. En ese momento es cuando suena un poderoso rugido que anuncia al responsable tras la montaña, hace su aparición por primera vez en el mundo cinematográfico Gojira, o Godzilla en su anglización, indiscutible Rey de los Monstruos y quien este 27 de octubre cumple 70 años de existencia.

Pero antes de sacar las velas del tamaño de la Torre de Tokio, cabe preguntarnos, ¿Estamos simplemente ante el aniversario de una franquicia de entretenimiento? Sí y no. El origen de Gojira proviene del aspecto más serio del Japón de la posguerra, pero a lo largo de sus siete décadas, su concepción original ha mutado en las formas más variopintas, pero sin perder nunca el espíritu radioactivo que le vio nacer.

En 1954 la idea original del productor de cine Tomoyui Tanaka era realizar, bajo el sello cinematográfico de la productora Toho, una cinta de temática bélica que trataría de la ocupación del territorio indonesio por parte del Imperio Japonés durante la recién concluida Segunda Guerra Mundial. Al encontrarse con dificultades políticas, decidió un camino distinto, inspirado por la película norteamericana del año anterior The Beast from 20,000 Fathoms, se le ocurrió la idea de un monstruo que representase el desastre vivido en territorio japonés tras los bombardeos nucleares de Hiroshima y Nagasaki. Tanaka encontraría como los grandes aliados de su visión al director Ishiro Honda y al director de efectos especiales Eiji Tsuburaya. Los tres realizadores coincidirían con el propósito de la película, una cinta de desastre que, pese a lo ridículo que aún entonces pudiera parecer en términos de producción, se tomase con toda seriedad la trama, dándole el tono sobrio de un documental que relata un desastre natural. Porque en esencia eso es Gojira desde la visión japonesa, una fuerza de la naturaleza cuyo destructivo paso no puede ser detenido, así como no se puede parar un huracán, un terremoto, un tsunami, y, por supuesto, una explosión nuclear.

Sin embargo, Godzilla (nombre con el que se refiere universalmente al monstruo fuera del territorio japonés) no sólo es un referente del miedo a la guerra nuclear, surgido por supuesto desde el único país que ha sido víctima de ella, sino también es una de las mayores franquicias cinematográficas del país nipón. Esto, considerando su pasión por la memorabilia y el entretenimiento capitalizado, ha derivado en la aparición de Godzilla en un sinfín de productos que se alejan bastante de su intención original, llegando al punto de ser nombrado Embajador Oficial del Turismo Japonés.

El uso de su imagen en temas ligeros, sus pésimas adaptaciones originales fuera de territorio japonés, más el desdén que siempre ha sufrido la ciencia ficción y el cine fuera de Hollywood, ha provocado la errónea impresión de que el cine de Godzilla únicamente trata de personas en enormes trajes de látex destruyendo maquetas de Tokio, películas de cine B propias de un sábado por la mañana o episodios de los Power Rangers. Y aunque todo esto es cierto, de hecho, Godzilla es en cierta forma el “abuelo” de Super Sentai, la franquicia que emigró a Estados Unidos bajo el nombre de Power Rangers, la visión original de Gojira nunca ha quitado el dedo del renglón: la oscura historia de la humanidad enfrentándose a la consecuencia de sus propios actos, la ciencia fuera de control y el miedo ante la naturaleza tomando venganza de la forma más cruel posible.

Actualmente podemos considerar que se vive una segunda época de oro para el cine de Gojira, con varias versiones que abarcan los puntos anteriormente mencionados, desde la visión más cruda de las consecuencias de los desastres nucleares contemporáneos, las adaptaciones hollywoodenses que abrazan de gran forma la espectacularidad de monstruos enfrentándose en batalla y reinterpretaciones modernas del mensaje original. Por ello en este Top Cine enlistamos de forma cronológica cinco ejemplos que abarcan diferentes visiones de El Rey de los Monstruos, mostrando cómo sus estilos distintos pueden convivir entre sí sin que ninguno de ellos signifique sacrificar al aspecto cinematográfico en la búsqueda de su objetivo, sea este un mensaje pacifista, ambientalista, o la acción entretenida. Siendo además esta una invitación a celebrar la existencia de uno de los personajes más presentes y longevos en la cinematografía mundial.


Gojira (1954) | Dir. Ishirō Honda



Un antiguo monstruo despierta a partir de las constantes pruebas de la bomba de hidrógeno en altamar. Pese a los esfuerzos militares del gobierno japonés por detenerlo, la enorme criatura alcanza Tokio dejando un rastro de destrucción y contaminación nuclear a su paso, sobreviviendo inmutable a los constantes ataques para contenerlo y usando su aliento atómico para destruir las barreras eléctricas que buscaban impedir su acceso a la capital. Ante la aparente invencibilidad de Gojira, la única opción es un arma secreta desarrollada por el Dr. Serizawa, el Destructor de Oxígeno, sin embargo, el científico se resiste a usarla por el riesgo que significa revelarle al mundo la existencia de un arma de tal magnitud, generando así una nueva carrera armamentística, y peor aún, el advenimiento de nuevos monstruos.

El nacimiento de Gojira en la ficción dejaría muy en claro desde el primer momento su crítica directa ante los ataques nucleares cometidos por Estados Unidos en contra de Japón, el monstruo no sólo despierta como consecuencia de la evolución del armamento nuclear, sino que su propia naturaleza es radioactiva. Gojira sería así una metáfora para ilustrar los peligros del avance científico con propósitos armamentísticos y la imposibilidad de detener un ataque de ese poder. En esta cinta aparecen elementos absolutamente inamovibles de la mitología de Godzilla: su arma principal, el aliento atómico, su característico rugido, su diseño similar al de un dinosaurio; aunque en japonés la palabra Gojira aparece como una mezcla entre los términos gorila (gorira) y ballena (kujira), y su tema musical parte de la grandiosa banda sonora compuesta por Akira Ifukube.


Shin Gojira (2016) | Dir. Hideaki Anno & Shinji Higuchi



Un grupo independiente del gobierno japonés cuenta con la misión de detener un monstruo de enormes proporciones que, además de ser invencible, demuestra una capacidad de adaptación a gran velocidad, capaz de modificar su estructura por completo con el fin de mantenerse con vida. El monstruo arrasa con diversas zonas de Japón sin ser detenido, con la nación en crisis y con el riesgo de sufrir un ataque nuclear por parte de las naciones occidentales con tal de detener el paso del titánico ser. El grupo de expertos descubre que un denostado profesor japonés había descubierto tiempo atrás a una criatura de las profundidades marinas que, alimentándose de desechos nucleares, amenazaba con tocar tierra pronto, sin embargo, en venganza contra la humanidad, el profesor había decidido guardar silencio acerca del potencial peligro.

Tras más de sesenta años y treinta películas en las que Gojira había pasado de ser una amenaza al defensor del planeta Tierra de monstruos similares y amenazas provenientes de todas partes, desde robots hasta alienígenas, la mayor revolución para Gojira vendría en el 2016 de la mano de la mancuerna entre Hideaki Anno, legendario creador del anime Neon Genesis Evangelion, y Shinji Higuchi, director y diseñador de Kaijus, además de ser el responsable de adaptar el anime Shingeki no Kyojin al formato live action.

Shin Gojira es una readaptación de la historia original, pero sin tomar de base los ataques nucleares contra Hiroshima y Nagasaki, sino el desastre de la planta nuclear de Fukushima tras el terremoto y tsunami sufridos por Japón en el 2011. La cinta es una crítica a la excesiva burocratización del gobierno nipón, incapaz de reaccionar de forma adecuada ante un desastre de esa proporción, sin dejar de lado la metáfora del monstruo como aquel poder inmenso que no puede ser detenido por ningún medio. Esta sería la primera japonesa de Godzilla que dejaría atrás los aparatosos trajes para concebir en pantalla al monstruo, siendo sustituido por animación CGI, que bebería de las ideas de Anno e Higuchi, expertos en diseñar terribles seres de enormes proporciones como en sus anteriores trabajos.


Trilogía de Godzilla Earth (2017, 2018, 2018) | Dir. Kōbun Shizuno & Hiroyuki Seshita



La tierra se convierte en el campo de batalla de enormes monstruos que son derrotados uno por uno hasta que el más fuerte queda en pie: Godzilla. El daño provocado por este monstruo y su batalla contra los demás, orilla a la humanidad a casi enfrentar la extinción y la empuja a una migración forzada fuera del planeta en pos de su supervivencia. En este contexto un grupo militar busca regresar al planeta para enfrentar al monstruo y reclamar el planeta que alguna vez fue su hogar, sin embargo, se encontrarían con que el paso del tiempo no dejó a Godzilla ni al planeta sin alteraciones, convirtiendo una misión de venganza en una lucha casi imposible de ganar.

El debut de Gojira en el formato animado, al menos en el japonés, nos daría al monstruo en su versión más destructiva. Aprovechando de gran manera las ventajas proporcionadas por el medio, las trilogías de películas (Godzilla: Planet of Monsters; Godzilla: City on the Edge of Battle; y Godzilla: The Planet Eater) nos muestran el intento de venganza del protagonista, el Capitán Haruo Sakaki, contra un monstruo que, por primera vez en esta lista, no tiene relación alguna con la guerra o la contaminación nuclear, sino que se trata de la especie más poderosa del planeta que, sencillamente, reclama a la Tierra como su hábitat exclusivo. Este es quizás el mejor ejemplo del Gojira japonés donde el mensaje se relaja en pos de la espectacularidad y hasta el terror.


Godzilla: King of the Monsters (2019) | Dir. Michael Dougherty



Tras el enfrentamiento del monstruo llamado Godzilla contra los MUTOs años antes, la humanidad se ha hecho a la idea de la existencia de su antihéroe protector, sin embargo, un grupo de eco-terroristas buscan reequilibrar el delicado balance de la naturaleza terrestre despertando a otros monstruos que se encontraban dormidos para provocar su enfrentamiento con Godzilla, sin importar las consecuencias que esto traiga para la humanidad, pero, en su ambición, despiertan también a un monstruo extraterrestre que podría significar el fin de la vida en la Tierra.

Tras varios intentos fallidos por adaptar a El Rey de los Monstruos, el cine estadounidense encontraría la fórmula adecuada para traerlo a la pantalla de Hollywood mediante un paso fundamental: respetar la esencia destructiva e invencible del monstruo. Esta película, que sirve como secuela de la estrenada en el 2014, se trata quizá de la mejor película de Godzilla que no es producida por Japón. Dejando de lado el mensaje pacifista, la cinta se centra en la espectacularidad de ver monstruos combatiendo entre sí, lo cual puede significar un retroceso, pero en comparación de los propios ejemplos japoneses donde era difícil asimilar lo que aparecía en pantalla por lo falso de la producción y el montaje, King of the Monsters arroja toda la carne al asador en cuanto a producción y efectos especiales para brindar una película titánica a la altura, no por nada el llamado Monsterverse es una de las franquicias más saludables y esperadas por los amantes del cine de acción, con cintas que no han hecho más que crecer, en especial tras enfrentar a Godzilla con su “homólogo” en la ficción occidental: King Kong.


Godzilla Minus One (2023) | Takashi Yamazaki



Regresando a sus orígenes, la más reciente producción de Toho parte de nueva cuenta con el mensaje enclavado en la posguerra. En esta ocasión seguimos la historia de Kōichi Shikishima, un fallido piloto Kamikaze caído en deshonra por no poder cumplir con su deber de militar. Tratando de sobrevivir en los primeros días del Japón recién derrotado, Shikishima encuentra una posibilidad de vengarse a sí mismo, a sus compañeros y a su propio honor, ante la aparición de un misterioso monstruo que mutó a partir de la contaminación radioactiva y que amenaza con destruir lo poco que había quedado en pie de Japón tras la guerra.

En esta película, así como en la primera, el mensaje es perfectamente claro, pero en lugar de enfocarse en el peligro del poder nuclear, la historia se individualiza en la figura de Shikishima, el cual no encuentra la forma de seguir con su vida después del trauma dejado por la guerra, la derrota del Imperio y su propio fracaso personal.

Para muchos esta se trata de la mejor película de Gojira en sus 70 años de existencia, con un magnífico equilibrio entre drama, acción, mensaje y espectacularidad.


Tras los ejemplos anteriormente citados, a los cuales podrían agregarse varios más, podemos ver por qué Gojira, o Godzilla, va más allá de trajes de látex, efectos especiales que han envejecido mal, o la visión nacional de una de las peores desgracias en la historia de la humanidad. Gojira es a la vez acción y advertencia, crítica y espectáculo, el mejor ejemplo de la fascinación humana por seres y fuerzas más poderosas que nuestra especie; parafraseando a la coprotagonista de Shin Gojira, no por nada se insiste en el prefijo “God” del nombre del monstruo. El mayor de los titanes cinematográficos suma en más de 70 años un total de 38 películas japonesas, 5 norteamericanas, varias series de TV, 20 videojuegos y diversas canciones inspiradas en él. Sea que se busque un blockbuster o la visión de un país deshonrado por la derrota y que sigue llorando a sus víctimas, Gojira, en su esencia más pura, permanece como un recordatorio contemporáneo de las consecuencias de despertar a gigantes destructivos que estén más allá de nuestro control, llámese guerra, armamento, genocidio, o contaminación. En el mundo actual, por desgracia, son muchos los monstruos que merecen ser derrotados, pero para nuestra buena o mala suerte, no contamos con un gigantesco protector que vea por el bien del planeta antes que por él mismo, solo nos tenemos a nosotros. ¡Larga vida al Rey!


COMPARTE