Conversaciones Itinerantes

Luces, sombras y el movimiento de la vida: las anécdotas de Figueroa

Por: Ian Castelo
Gaceta Nº 219 - 17 de septiembre, 2024


Las nubes grises anunciaban chubascos y se ensanchaban rápidamente, preñadas de lluvia y rayos. Luces, cámaras, actores y actrices estaban listos para continuar con el rodaje de Pueblerina (1948), pero la realización de la secuencia del duelo final, en riesgo ante amenaza de tormenta, ponía nerviosos al director de la cinta, Emilio El Indio Fernández, y a Gabriel Figueroa, el cinefotógrafo, quien, a través del lente de la cámara, despojó a las nubes de su carácter amenazante y las convirtió en cuerpos regordetes de estatura pictórica, muralista. A través de su ojo, el paisaje nublado adquirió composiciones enmarcadas a la manera del Dr. Atl. Y Figueroa decidió arriesgarse: posicionaron las cámaras, dirigieron a Columba Domínguez en su carroza y a Roberto Cañedo en su caballo. La secuencia del duelo a pólvora entre jinetes se filmó en solo diez minutos. Inmediatamente después, la borrasca arreció fuertemente sobre el campo.

Anécdotas como la anterior son relatadas por el cinefotógrafo más consagrado de la época de oro del cine mexicano ante las cámaras del documentalista Luis Manuel Serrano, director de Me enamoré de todas perfectamente bien: Gabriel Figueroa (1990), un documental en el que Figueroa nos platica cómo fotografió diferentes escenas de las películas en las que participó, y la relación que tuvo con cineastas extranjeros y artistas plásticos mexicanos que ejercieron una influencia en su obra, y viceversa. En esta edición de Conversaciones Itinerantes, Luis Manuel Serrano nos comparte su experiencia dirigiendo este documental que se transmitió por primera vez en su historia en la señal de televisión abierta 22.2 de Mx Nuestro Cine.

Lo primero que me permito preguntarle a Luis Manuel Serrano es por qué llegó a querer hablar de Gabriel Figueroa (1907-1997) a través de un documental.

LMS -Resulta que un hermano mío que estaba viviendo en París me pidió que coordinara, aquí en México, lo que sería el homenaje a Don Gabriel Figueroa en la ciudad de Nantes, Francia, en el Festival de los tres continentes, donde se exhibe cine de Asia, África y América. Entonces cuando vino el director del Festival a México, las gentes de la Cineteca no lo fueron a recoger al aeropuerto, y un domingo me llama por teléfono y me dice: estoy aquí perdido, no sé si puedas recibirme. Le respondí que sí y nos hicimos amigos.

Luis Manuel comenzó a visitar constantemente al cinefotógrafo en su casa de Coyoacán, entablando una amistad con él mientras escuchaba anécdotas sobre los rodajes de las películas que fotografió. Hasta que un día a Serrano se le ocurrió preguntarle si esas historias se las platicaría a una cámara, petición a la que Figueroa accedió.

LMS -Yo soy egresado del CCC, por lo que me acerqué a la escuela para pedir apoyo; me dieron material para filmar en 16 milímetros, equipo de audio y las cintas de sonido. Y por tratarse de Don Gabriel Figueroa, Estudios Churubusco me prestó un foro donde se filmaron algunas de las escenas; me prestó el Museo del Cine, y Cineteca Nacional me prestó el stock de las diez películas que aparecen en el documental.

Las escenas que aparecen en Me enamoré de todas perfectamente bien: Gabriel Figueroa, corresponden a películas como Enamorada, Macario, La Perla, Pueblerina y María Candelaria, la cual, según le contó Figueroa a Luis Manuel, tuvo que ser filmada únicamente en agosto por la consistencia aborregada de sus nubes, razón por la que el poeta mexicano Xavier Villaurrutia la llamaba, ingeniosamente, María Calendaria. En dichas películas, aparecen estrellas como María Félix, Columba Domínguez, Dolores del Río o María Elena Marqués, actrices que, de algún modo, dan título a la película de Luis Manuel Serrano.

LMS -El documental se llama Me enamoré de todas perfectamente bien porque yo le pregunté a Figueroa: oiga maestro, ¿y usted no se enamoró de una de las mujeres tan hermosas que le tocó fotografiar? y me dijo ¡De todas!, eran tan hermosas que había que enamorarse de todas perfectamente bien. Él se enamoró de sus películas y se enamoró de las mujeres que fotografiaba.

Bien ha dicho Aurelio de los Reyes, importante historiador del cine en México, que Gabriel Figueroa y El Indio Fernández, apoyados por la edición de Gloria Schoemann, filmaron 23 películas que significaron la realización de las inquietudes de los iniciadores del cine argumental mexicano de difundir el paisaje, las costumbres, las canciones y la música de nuestro país alrededor del mundo, pero con el estilo fotográfico de Figueroa influenciado por la plástica de los muralistas mexicanos. Teniendo en cuenta estas cualidades pictóricas e ideológicas, le pregunto a Luis Manuel si, desde su punto de vista, Gabriel Figueroa fue el mejor cinefotógrafo de la época de oro.

LMS -Sí, indiscutiblemente, a pesar de que había gente muy capaz como Alex Phillips o Jorge Stahl. Lo que distingue al maestro Figueroa es que se aventuraba a hacer verdaderas composiciones en cámara. [Gabriel Figueroa] Me contaba que Diego Rivera decía que el verdadero muralista mexicano era él porque sus murales [sus películas] viajaban por todo el mundo.

- ¿Gabriel Figueroa vio el documental?

LMS -Sí, lo vio en Nantes cuando lo proyectamos. De alguna manera él hubiera querido que durara tres horas para poder contar todo lo que tenía en la cabeza. Me acuerdo que tenía un poco de preocupación porque el documental lo tuvimos que terminar en video ya que no nos daba tiempo de terminar la versión en 16 milímetros, como se había pensado originalmente.

Finalmente, Luis Manuel me cuenta que el documental estuvo perdido aproximadamente 22 años, ya que no contaba (ni cuenta) con el material original de la película en 16 milímetros por un robo del mismo que ocurrió después de su estreno en Nantes, Francia. Sin embargo, descubrió que existía una sola copia subtitulada al francés en formato Betamax, convertido después a DVD gracias a los técnicos del CCC, lo cual le permitió proyectarlo en el Festival Internacional de Cine de Morelia el año 2012 y en Docs MX.

Después se acercó a Guadalupe Ferrer, coordinadora de Mx Nuestro Cine, para transmitirlo por primera vez en televisión abierta mexicana. Además, expresó su deseo de que el documental pudiera exhibirse en escuelas de cine para que jóvenes fotógrafos conozcan el trabajo de Figueroa, quien dijo en su discurso al recibir el Premio Nacional de Artes en 1997 que, si algún mérito tenía, era el de saber hacer uso de mis ojos, que guían a la cámara en su tarea de capturar no solo colores, luces y sombras, sino el movimiento mismo de la vida.




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