En las últimas semanas el programa infantil chileno, 31 minutos ha sido tendencia debido a Museo 31, la exposición que desde el pasado 20 de junio abrió sus puertas al público en el Museo Franz Mayer. En ella, se encuentran exhibidas marionetas, objetos, maquetas y material de backstage con el fin de acercar a la audiencia los diferentes procesos que implica la producción del programa. En la conferencia de prensa, José Délano, curador y museógrafo, platicó parte del proceso de montaje y la relevancia que tiene esta exposición, la cual debutó en el Centro Cultural La Moneda en Chile a inicios de 2024 y resultó ser todo un éxito.
México es el país con más fans de 31 minutos fuera de su país de origen y es por ello, que en este Para dar la vuelta te invitamos a ser recibido por Tulio Triviño en las puertas del Museo Franz Mayer.
El origen de 31 minutos remite a un desastroso primer programa piloto El gabinete del Doctor Mojado, en el que un pez da las noticias de manera nada seria, incluyendo una breve sección de poesía, la sección El club de los alegones y abren paso a su reportero estrella, Juan Carlos Bodoque, una marioneta de rana verde. ¿Por qué eso resultaría desastroso? Bueno, no contaban con la muerte del Doctor Mojado, detalle que influyó enormemente en el rumbo que tomaría el programa, pero en el que con la experiencia de ese primer reportero descubrieron un punto que resultó fundamental: todo es títere.
Ese descubrimiento abrió un mundo de posibilidades al explorar que cualquier objeto con ojos, y no necesariamente con boca o viceversa, puede dar vida a un personaje; además de que las marionetas funcionan como una extensión humana, un aspecto que los creadores de 31 Minutos, Pedro Peirano y Álvaro Díaz aprovecharon para dar vida a Tulio Triviño y Juan Carlos Bodoque, respectivamente, personajes principales de este programa. Es así como en 2003 se lanza el primer episodio por el canal TVN en donde vemos, como los conocemos hoy en día, a Tulio Triviño, Juan Carlos Bodoque, MICO el micófono y otros personajes que integran 31 minutos.
Museo 31, dividido en 18 capítulos, hace un recorrido desde los inicios del programa hasta un apartado dedicado a mostrar que 31 minutos es de todxs. Más allá de mostrar algunas marionetas, cuadros, dibujos, guiones, utilería, entrevistas con los realizadores y todo aquello que el equipo de 31 minutos comparte con nosotros, tienen un espacio dedicado a la apropiación que la gente ha tenido para con este programa, no sólo en muestras artísticas mediante técnicas de dibujo, serigrafía o pintura, sino incluso como medio de protesta.
Un aspecto que destacó José Délano es que esta exposición - al igual que el programa - es completamente artesanal, es decir, muchas de las piezas son hechas a mano, desde los títeres, sus vestuarios, los sets, los carteles, etc. Incluso, el montaje propio de la exposición lo es, ya que, por ejemplo, hay una representación de Don Quijote que funciona bajo mecanismos que van desde entender cómo proyectar el movimiento que debe de tener el caballo en el que va montado Tulio y la mula en la que lo va siguiendo Juanin.
Creatividad es lo que vemos a donde sea que se voltee en esta exposición; debido al impacto que tuvo este programa chileno en la infancia de muchos, en ella se reviven recuerdos, no sólo con sus personajes, sino también con la música, un factor fundamental de 31 minutos, en el que se incluyen grandes colaboraciones con numerosos artistas.
Museo 31 estará hasta el 29 de septiembre, de martes a domingo en un horario de 10:00 a 17:00 horas, el costo del boleto es de $180 por persona, y aunque sabemos que gran parte de los boletos en línea están agotados, puedes tener suerte en taquilla, pero así como Vídeo, el personaje, ¡corre por ellos!