Somethin' filled up, My heart with nothin'
Someone told me not to cry
Now that I'm older, My heart's colder
And I can see that it's a lie
Wake up, Arcade Fire
“¡Cállate!”, “¡No llores!”, “¡El adulto aquí soy yo!”, “No te metas en conversaciones de adultos”, y más, son claros ejemplos de la condescendencia con la que se trata a las infancias en el mundo adultocentrista. El adultocentrismo es el concepto sociológico que explica que las relaciones sociales entre infantes y adultos son asimétricas. Las prácticas adultocentristas son poco cuestionadas, y en la vida de muchas niñas y niños, normalizadas. Minimizar sus ideas y sentimientos, descalificar sus necesidades emocionales, no escucharles, normalizar la violencia física y emocional como parte de su educación o limitar los espacios de juego y recreación, son prácticas que tienen consecuencias negativas en el desarrollo del autoestima, identidad, e independencia de las infancias, además de afectar directamente los derechos humanos básicos de la niñez.
Como adultos, pensamos que la edad y experiencia nos dotan de poder para influir en el pensamiento y toma de decisiones de los infantes, pero es necesario cuestionar la perspectiva autoritaria con la que adquirimos estas responsabilidades y promover la comunicación equitativa entre niñas, niños y adultos.
Con motivo del día de las niñas y los niños, en este Top Cine, hablaremos de tres películas que ayudan a conocer más de las inquietudes infantiles y promueven la apertura de comunicación y protección infantil fuera del adultocentrismo.
Más allá de ser una comedia protagonizada por Jack Black y el increíble soundtrack, es una película más profunda de lo que parece, fue dirigida por Richard Linklater y escrita por Mike White. La cinta nos muestra la vida en un colegio privilegiado de Estados Unidos, en donde las exigencias académicas están ligadas a su acceso a una universidad de la Ivy League y no precisamente al bienestar de sus alumnos.
Con engaños, Dewey Finn, un músico no muy hábil pero apasionado, entra como profesor suplente a esta institución, lo más interesante de este personaje, además de cuestionar el sistema educativo con el poder del rock, es que trata a sus alumnos, quienes casualmente son virtuosos musicales, a la par, escuchando sus ideas y dándoles el respeto que merecen. Dejando de lado la trama donde Dewey y su grupo escolar entran a un concurso de bandas, es interesante ver cómo cada uno de los infantes tiene un cambio de actitud. Ellos nunca se habían atrevido a cuestionar a la autoridad dentro de la escuela, y menos, fuera de ella. Dewey rompe con la única estructura social que las niñas y los niños conocían y poco a poco desarrollan su identidad y autoestima. Tal y como dice la canción que escribió Zach, uno de los alumnos de Dewey:
Baby we was making straight a's
But we was stuck in a dumb daze
Don't take much to memorize your lies
I fell like I've been hipnotisized
And then that magic man he come to town
Woo-wee! He done spun my head around
He said: Recess is in session
2 and 2 make 5
And now baby I am alive, oh, yeah, I am alive
School of Rock plantea una forma realista de crecer, de aceptar los cambios y fracasos, ya que, (spoiler) The School of Rock no gana la guerra de bandas pero ayuda a los niños a encontrar su lugar en el mundo y a Dewey a reconocer que, lo que es raro o particular del no pertenecer a un lugar, ayuda a encontrar espacio en otro. Prácticamente de eso se trata la vida.
La tristeza, el enojo y la soledad son emociones poco exploradas en el mundo infantil, esta cinta es una adaptación del libro del mismo nombre escrito por Maurice Sendak, escrita y dirigida por Spike Jonze. La película, nos muestra los sentimientos con los que muchas veces conviven las infancias de una forma muy pura y honesta. Tiene un soundtrack liderado por Karen O. - vocalista de la banda Yeah Yeah Yeah’s - quien se acompaña de todos los niños que participan en la película, desde los actores, hasta los hijos de camarógrafos y productores.
El protagonista es Max, un niño de nueve años que además de atravesar por el divorcio de sus padres, tener pocas habilidades sociales y falta de atención, tiene una particular preocupación por la muerte del Sol.
Estas inquietudes desconocidas y complejas se reflejan en el comportamiento de Max de una forma salvaje, después de morder a su mamá huye a un mundo desconocido donde conoce a un grupo de monstruos: Carol, Ira, Judith, Alexander, Douglas, the Bull y KW, quienes experimentan las mismas emociones que él. Max encuentra en los monstruos el reflejo de sí mismo y el grupo de amigos que siempre quiso.
El viaje de Max al mundo de los monstruos no fue sólo para escapar del mundo real, sino para conocerse y para aprender a tratar sus emociones salvajes y las de los demás desde la empatía.
Esta película es compleja, hermosamente dolorosa, tachada de oscura e incomprendida, muy parecida a las emociones humanas que no siempre llegamos a entender.
El duelo, es un tema complicado no sólo para las infancias. Tótem es un largometraje escrito y dirigido por Lila Avilés que explora el duelo desde distintas perspectivas, pero principalmente, desde la infancia. La cinta transcurre en un día en la vida de Sol, una niña de siete años que visita la casa de sus abuelos para celebrar el cumpleaños de su papá. Tona, el papá de Sol, tiene una enfermedad terminal y aunque la cinta no se centra en la tragedia, Tona no tiene fuerzas suficientes para convivir con su hija el día de su cumpleaños.
Con una impresionante sutileza narrativa, la cinta sigue a Sol pacientemente a lo largo del día mientras sus tías hacen los preparativos de la fiesta y conviven con la enfermedad de su hermano.
Este falso documental es un reflejo muy íntimo de la vida de muchas familias mexicanas, de las inquietudes y la forma de ver las complejidades de la vida desde una perspectiva fresca e inocente.