La infancia tiene una pasajera amistad con el presente, guardándole con mayor lealtad y devoción, un espacio perpetuo a la nostalgia. Así, cada día que pasa, se vuelve un poco más fácil dejar atrás a esa niña o niño que con realmente poco, alimentaba su felicidad y cada vez más difícil, saciar nuestros anhelos.
Fue desde el siglo pasado, que la ONU decidió rendir un día del calendario a los derechos de las infancias, procurando su felicidad y su desarrollo integral, y es con ese mismo objetivo que, en este Para dar la vuelta, te invitamos a visitar tres museos que creemos, pueden cubrir los diversos intereses que, tanto los modelos de infancias más recientes o más clásicos, puedan tener.
¿Te acuerdas de la Pájara Peggy, la Familia Telerín o tus Polly Pockets? El Museo del Juguete Antiguo México, es una cápsula de tiempo en donde cada esquina, cada rincón, incluso cada puerta y cada escalón, son memoria viva de aquellos días, en donde nuestros problemas eran terminar la tarea para poder salir a jugar, ocultar las macetas rotas por balonazos o convencer a nuestros padres de que los pantalones estaban rotos por todas las casualidades, menos las ocasionadas por nuestros amigos, porque genuinamente, parecían romperse con gran facilidad.
Si los necesitas, lleva tus lentes, pero de cualquier forma, afila la mirada, porque en este mosaico de colores, tamaños y texturas, es fácil omitir detalles. Esta colección, que comenzó siendo tesoro privado del arquitecto mexicano Roberto Shimizu y que, tras percatarse de la magnitud de su amplio repertorio, decidió hacer de su casa, un museo que hoy día, cuenta con más de 200 mil piezas puestas en exhibición y cerca de un millón de objetos si se cuentan los que permanecen en bodega, es uno de los legados más grandes de la cultura popular mexicana.
Un juego en sí mismo entre el arte urbano y la memoria de un país que si de algo sabe, es de contrastes; crisis financieras, mundiales, movimientos estudiantiles y juegos olímpicos, son parte importante de lo que construye este museo que podrás visitar en Doctor Olvera 15, Colonia Doctores. Se encuentra abierto al público de lunes a viernes de 9 a 17 horas, y sábado y domingo de 9 a 16 horas. Pro tip: tu experiencia será aún más completa y divertida si van en grupos de niños millenials, baby boomers, zentenialls, y demás edades mezcladas.
Foto: Facebook MUJAM
Ubicado en la II Sección del Bosque de Chapultepec, el Museo de Historia Natural abre sus puertas a la ciencia, al origen de la vida, a la megadiversidad en México y a la magnitud del universo.
En la primera de sus cuatro bóvedas, Evolución de la vida, se alberga una colección de animales y fósiles, así como murales y maquetas que dan un vistazo a la magnificencia del universo y de aquellos pensadores que, a través de sus teorías, exploraron el origen de la vida y dieron respuesta a las preguntas que nos conforman.
En Diversidad biológica hay un vasto número de especies representadas que comienzan por los linajes evolutivos, pasan por pantallas interactivas que ayudan a comprender el parentesco entre especies y sus ancestros comunes, culminando con maquetas realmente sorprendentes de dinosaurios. Por último, la sala México Megadiverso recorre los ecosistemas en nuestro país, su gran riqueza biológica y la responsabilidad que recae en nuestras manos de procurar el equilibrio en nuestro planeta; es una gran experiencia para disfrutar con los pequeños y los no tan pequeños, aprender y dejarse asombrar por la vida que nos rodea y que, a su vez, nos conforma. Todas las especies están dispuestas a tomarse una selfie, y te esperan de martes a domingo de 10:00 a 17:00 horas en Circuito Correr es Salud, Av. de los Compositores s/n, Bosque de Chapultepec II Secc.
El antiguo Colegio de Cristo, construido en 1750 con el aspecto actual, y utilizado por Arturo Ripstein para El castillo de la pureza en 1972, alberga el Museo de la Caricatura, un espacio que se encarga de preservar, resguardar y difundir las obras realizadas por caricaturistas mexicanos, así como la historia de la caricatura misma, comenzando por su llegada y su razón de ser: el pintor y litógrafo italiano Claudio Linati, imprimió el periódico El Iris en 1826 con la primera caricatura que llevaba por título La Tiranía; con el paso de los años, las publicaciones continuaron con la sátira caricaturesca, llegando así, el primer valiente en firmar sus publicaciones: Gabriel Vicente Gahona “Picheta”. Presidentes pasaron y en las manos de Porfirio Díaz se da fin al periodo que consolidó la caricatura mexicana; hoy sabemos que dicha censura pereció. Debido a los daños ocasionados por el terremoto del 19 de septiembre de 2017, dicho recinto cerró su exposición permanente y desde entonces, los caricaturistas trabajan en la parte frontal del edificio, pero si estás paseando por el Centro Histórico, no dejes de visitarlos y apoyar a la caricatura mexicana que mucho ha documentado de la historia de nuestro país. Están ubicados en Donceles 99, Centro Histórico, de lunes a domingo de 11:00 a 19:00 horas y la aportación es voluntaria.