El librero

El Comité Invisible: otros vínculos son posibles desde la amistad

Por: Diana Galán
Atenas, diciembre de 2008
Gaceta Nº 202 - 2 de enero, 2024


"A los que sienten que el final de una civilización no es el fin del mundo;
A los que ven la insurrección, sobre todo, como una brecha dentro del reino
organizado de la necedad, la mentira y la confusión;
A los que adivinan, detrás de la espesa niebla de «la crisis», un teatro de
operaciones, maniobras y estrategias —y por tanto la posibilidad de un
contraataque; A los que asestan golpes;
A los que acechan el momento propicio;
A los que buscan cómplices; A los que desertan;
A los que aguantan con firmeza;
A los que se organizan;
A los que quieren construir una fuerza revolucionaria,
es decir: revolucionaria porque es sensible;
Esta modesta contribución a la inteligencia de este tiempo".
Comité Invisible



A diario escuchamos por todos los medios existentes términos abstractos en el “ámbito de la política”, de esta manera parece que precisamente se trata de un espacio ajeno a cualquier persona, en el que los “ciudadanos” pueden participar gracias al favor de la democracia. Además, se vuelve un lugar al que es difícil acceder porque instituciones y personajes ocupan esta área desde los títulos del poder. “Lo que caracteriza al 1% es que están organizados. Se organizan incluso para organizar la vida de los demás”, dice el Comité Invisible respecto al consigna “Somos el 99%” en su libro A nuestros amigos (Pepitas de calabaza, 2015), que más allá de un libro es una carta o una invitación, y también suscita el encuentro entre aquellas personas que amistosamente se reconocen, pues uno de los triunfos más grandes del neoliberalismo es hacernos creer que lo correcto es seguir funcionando bajo un paradigma individualista y egoísta en el que las personas deben venderse lo más caro posible, para acceder a ese 1% que rige al porcentaje más amplio lleno de opulencia. Sobre esto, es necesario elaborar algunos apuntes para adentrarnos más en los acontecimientos que marcan nuestro siglo y contra los cuales se pronuncia este grupo.


¿Quiénes conforman el Comité Invisible?


Poitiers, baptisterio Saint-Jean, 10 de octubre de 2009


Este es el nombre de carácter anónimo, por lo tanto, no podemos hablar de autor o autores y autoras, bajo el cual se han publicado tres libros entre 2007 y 2017, que tienen entre sus temáticas principales el anarquismo y la izquierda radical, así como el anticapitalismo, el antiestatalismo, el comunismo, los movimientos de protesta global y la civilización del siglo XXI. El origen de los escritos de este comité se encuentra en las publicaciones del colectivo filosófico francés Tiqqun, el órgano consciente del Partido Imaginario, cuyo agente principal es la práctica, en la que cada una de las personas crea modos de resistencia, fuera de los establecidos por el capitalismo, produciendo estrategias al margen de la institucionalidad y de las imágenes oficiales. A estas manifestaciones también se les considera dentro de la teoría de la micropolítica, que propone una perspectiva intersticial y de los afectos.


La revista Tiqqun se publicó por primera vez en 1999. Desde entonces sus textos no fueron firmados con ningún nombre de autor, pues tanto Tiqqun como el Comité Invisible sostienen que “la verdad no tiene propietario”. Las publicaciones de Tiqqun terminaron en 2001, luego de los atentados del 11 de septiembre del mismo año. Sus influencias principales proceden de conceptos como el Imperio, desarrollado por Antonio Negri y Michael Hardt, Gilles Deleuze, Guy Debord y el análisis del biopoder de Michel Foucault, y por su parte Tiqqun ha influido en el pensamiento político del filólogo italiano Giorgio Agamben.

En 2007 aparece el primer libro del Comité Invisible titulado La insurrección que viene. La primera parte del libro se divide en siete círculos, utilizando como metáfora los nueve círculos del infierno, que estudian la alienación actual y las disfunciones de la sociedad moderna. La segunda mitad del libro sugiere un plan para la revolución, que se basa en la formación de comunas para terminar con las fuerzas gubernamentales, capitalistas y policiales existentes en el mundo y así generar un plan para las insurrecciones que vienen.

Siete años más tarde, aparece A nuestros amigos con la frase inicial “Las insurrecciones, finalmente, han venido”, que se refiere a las distintas movilizaciones militantes de inicios del siglo XXI, de esta manera este libro discurre sobre los dispositivos contemporáneos de poder, desde los cuales se produce la realidad turbulenta en la que nos relacionamos. A partir de eso, surge la siguiente pregunta:


¿Existe realmente una “crisis” y qué hacemos con ella?


La propuesta del Comité Invisible en A nuestros amigos comienza por decir que la crisis actual no es un evento transitorio dentro de la sociedad, sino que es un discurso que opera como método político de gestión de poblaciones; es decir, es una técnica de gobierno y, por lo tanto, no vivimos una crisis del capitalismo: el triunfo del capitalismo es hacernos creer que hay una crisis ecológica, económica o política que superar. Esta afirmación proviene de la frase lapidaria de Milton Friedman, uno de los fundadores del neoliberalismo: “Si quieres imponer un cambio, desata una crisis”, desde la cual el estado de emergencia perpetuo justifica los aparatos de vigilancia, los recortes, los programas de austeridad y la militarización de la sociedad, medidas que parecen ser necesarias para resolver las crisis que el propio sistema genera.

Sin embargo, si se tratara de dilucidar una “crisis” su naturaleza es otra: la de la presencia. Pues la humanidad rechaza todo contacto con lo vital y entonces quienes estamos perdidos somos nosotros. De esa tormentosa verdad, el hombre occidental, dice el Comité Invisible, busca divorciarse mediante fiestas deprimentes, distracciones idiotas o mediante el uso masivo de drogas, por ende, la vida está efectivamente y afectivamente. Lo real con sus características de inestable, irreductible, palpable, corporal y pesado genera fatiga y entonces hemos decidido protegernos arrojando todo eso a un plano ideal, visual, distante, digitalizado, sin fricción, olor ni lagrimas: al Internet. Por lo tanto, el mundo no está perdido, sino que es la propia humanidad la que está acabada, convulsa, a punto de un estallido que produzca las ruinas desde las cuales se puede construir otra manera diferente de relacionarnos.


¿Cómo la amistad permite otros vínculos?


Oaxaca, 2006


Debemos traicionar la especie, en un sentido estricto, debemos renunciar a la idea de que aquello que consideramos parte inminente del ser humano, como el egoísmo, es la norma natural bajo la cual deben regirse las sociedades. En este contexto, solo hemos aprendido a relacionarnos con nuestro entorno científicamente, en cantidades, sumas y ratings, tanto para saber cuántas especies animales están extintas, hasta para comparar la calidad de vida y lujos que posee “el otro”.

Por lo anterior, se vuelve urgente pensar cómo habitamos y cómo nos relacionamos con el entorno, ¿qué pasaría entonces si en vez de generar una teoría más del fin del mundo conocemos las especies de aves con quienes compartimos el espacio?, ¿si aprendemos a reconocer las especies de los árboles que vemos a diario mientras transitamos las calles?, ¿podríamos aprender a relacionarnos de una manera menos desastrosa? De esta manera el Comité Invisible invita a situar a la Tierra en el centro y declararle la guerra al Hombre, cuya naturaleza es el individualismo, para llegar entonces a ser personas que se relacionan desde la comunidad, la cooperación, los afectos y la amistad.

Cuando comprendemos cómo nos vinculamos con nuestro entorno y con el todo del que no somos más que una parte, entonces podemos generar presencia. Esto es, sin duda, una de las mayores aportaciones de A nuestros amigos, proponer y hacer visible que cualquier comportamiento que rompa con la utilidad personal es una acción antisistema y es una expresión de una realidad distinta que se construye colectivamente, la posibilidad de cambio de paradigma. Finalmente, la paradoja del neoliberalismo como sistema hegemónico es que incluso aquellos que viven en la opulencia y que se han enriquecido también viven en un estado de ansiedad perpetua y que son incapaces de distinguir cuáles de sus relaciones, incluso las más cercanas, no se fundamentan en el interés; anestesiados también bajo la esperanza de conquistar otros mundos porque en este cualquier excentricidad no es suficiente y otras formas de vivir son condenadas.

Como enuncia el Comité Invisible “Escribir es una vanidad, cuando no es para el amigo. Para el amigo que no se conoce aún, también”, por ello, que las palabras sean un primer acercamiento a quienes se consideran como tales.


Referencias


Comité Invisible. A nuestros amigos. Pepitas de calabaza ed., 2015. 258 pp.

Algunos textos de la revista Tiqqun y las publicaciones del Comité Invisible pueden ser consultadas en: tiqqunim.blogspot.com

Fernández-Savater, A. (2015, enero 23). Reabrir la cuestión revolucionaria (lectura del Comité Invisible). elDiario.es. https://www.eldiario.es/

Rabasa, E. (2016, mayo). “La amistad como subversión”. Reporte SextoPiso.

La Pinacoteca Radio. (2021, febrero) B-analizar fanzines. “Tiqqun y el Comité Invisible”. Spotify. https://open.spotify.com/


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