Bien dicen que la moda es cíclica, que lo que deja de estar de moda siempre vuelve, años o décadas después; que hay tendencias que revolucionan la indumentaria como lo fue la liberación del maltratado cuerpo contraído por el corsé, el uso de pantalones y la escandalosa llegada de la minifalda, hablando de la indumentaria femenina. La moda significa más de lo que pensamos, porque invariablemente, pese a creer que somos libres de elegir qué vestir, la realidad es que sucumbimos, por voluntad propia o no, a lo que hay en los aparadores. Sin embargo, hay otros tipos de revoluciones que van más allá de lo que “sienta bien”, de las tendencias y de los aspectos que están a la orden de una industria capitalista voraz, y es el arte y la innovación detrás del diseño. No nos referimos a estos trajes de alta costura, lujosos, con las mejores telas y miles de detalles cocidos a mano, que sólo visten en eventos importantes artistas y modelos, tan costosos que muchas veces son sólo prestados.
Más bien hablamos de aquella moda que no precisamente se viste; trajes estructurales y esculturales como los de Comme des Garçons, una firma japonesa creada por la diseñadora Rei Kawakubo y en la que han colaborado también Junya Watanabe y Noir Kei Ninomiya, quienes destacan por desafiar una y otra vez las premisas del mundo de la moda, ignorando su función tradicional y jugando con las formas, la escala, los procesos creativos y su ejecución. 26 diseños, entre prendas y accesorios son presentados en el Museo Franz Mayer en colaboración con la Colección Matter Matters, en una exposición montada para mostrar el trabajo de estos tres creadores que continuamente exploran ideas, las destruyen y las re-construyen; permitiendo al cuerpo habitar las formas y descubrir posibilidades insospechadas.
La exposición titulada Cuerpos y universos. Formas de la moda alberga estos diseños pertenecientes a la llamada Japanese Avant-Garde, que deconstruyen las ideas de belleza, así como los límites de la moda en busca de reformular el papel de la moda en el arte y la cultura contemporánea, y que están delimitadas en tres núcleos temáticos:
El primero muestra parte de la colección de Otoño-Invierno 2016-2017 de Kawakubo, en la que el artista presentó una interpretación a partir de las siluetas textiles usadas en el Siglo XVIII combinadas con la estética y el espíritu punk. Las prendas de este núcleo dan cuenta del proceso creativo de Kawakubo quien no hace bocetos, ni cose, depende de su equipo de patronaje el interpretar sus conceptos y trabajar creativamente para encontrar la solución a sus ideas. Kawakubo se identifica con el espíritu punk, pues desde sus diseños nunca ha seguido las tendencias ni las directrices de la industria de la moda, busca que sus prendas sean contrasistema al replantear los límites de la figura y contraponerlas a los cánones de belleza eludiendo a la complacencia.
El segundo está enfocado en ciertas etapas de la carrera de Junya Watanabe, que dan cuenta de un lenguaje casi arquitectónico de patronajes volumétricos y geométricos que son característicos en su carrera. Podrán observarse varias piezas de la temporada Otoño-Invierno 2015, la cual se centró en el deseo del diseñador por representar la dimensionalidad a través de la ropa, por lo que jugó con texturas que evocan patrones geométricos y hacen referencia a la arquitectura orgánica que despliega la naturaleza. Además, las piezas de la colección Otoño-Invierno 2016, muestran el uso de medios tecnológicos como el láser para obtener cortes exactos a través de fórmulas matemáticas, haciendo visible la obsesión del diseñador por la precisión.
Por último, el tercer núcleo presenta el trabajo de Kei Ninomiya, quien ha elegido el color negro como tema de su concepto artístico y del cual devino su nombre como diseñador: Noir (negro en francés). La elección de este color le permitió concentrarse en la técnica, detalles y formas. Ninomiya evita coser, su especialidad es la construcción de estructuras conformadas de pequeños módulos que se multiplican obsesivamente y se ensamblan unos con otros para crear piezas escultóricas. Dentro de las piezas en este núcleo, sobresale el vestido perteneciente a la colección Primavera-Verano 2020, conformado por copos transparentes de nieve hechos de acrílico unidos por metal, que dan la sensación de estar suspendidos en el aire y recuerdan la forma de un candelabro.
La exposición Cuerpos y universos. Formas de la moda, forma parte de las actividades para celebrar el 35 aniversario de este espacio museístico y está desde 12 de noviembre y hasta el 13 de marzo de 2022.