Por: Arody Rangel

InterVenciones: arte e innovación en el CENART

Al sur de la ciudad, sobre Churubusco haciendo esquina con Tlalpan se erigen los colosos que proyectó el genio arquitectónico de Ricardo Legorreta, Teodoro González de León, Enrique Norten, Luis Vicente Flores, Javier Calleja, Alfonso López Baz y Javier Sordo Madaleno. Ese gigante de 12 hectáreas es un elemento singularísimo, sinigual, del paisaje urbano, así como un verdadero motivo de orgullo chilango y nacional pues es una de las expresiones artísticas contemporáneas más importantes del país. Por si fuera poco, dentro de esa gran muralla de piedra custodiada por dos altísimos vigías de color morado y naranja se encuentra una verdadera polis de las artes y la cultura.

El CENART es sin duda uno de los espacios que más se echan de menos durante estos largos meses de confinamiento ‒que no cesan de acumularse‒, tanto por los jóvenes estudiantes como espacio académico, como por el público en general como sede de las más diversas actividades de entretenimiento y esparcimiento. En los tiempos que corren no hay un solo ámbito de la vida individual y colectiva que no se haya trastocado y transformado; la cultura y las artes han sido las compañeras indiscutibles para sortear el miedo, la tristeza, la ansiedad y la incertidumbre que nos atraviesan, y sus recintos e instituciones también han enfrentado los retos que implica el distanciamiento social para llegar hasta nuestros hogares y estar con nosotros en la distancia.

Para muestra, InterVenciones, un proyecto interdisciplinario de artes vivas y tecnología que potencia la colaboración entre el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) y el Centro Nacional de las Artes (CENART), del cual han surgido tres obras en las que la música, la danza, el teatro y la innovación tecnológica se conjugan con la mágica arquitectura del CENART.

Se trata de producciones breves en las que participaron bailarines del Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac), actores de la Compañía Nacional de Teatro e integrantes de los Concertistas de Bellas Artes, agrupaciones del INBAL que fueron invitadas por la Dirección de Programación Artística para interpretar una obra en los espacios abiertos del CENART, la cual fue grabada por la Dirección de Educación a Distancia y posteriormente intervenida por creativos del Centro Multimedia. A continuación, te contamos de qué va cada una de ellas.

Disco Tocatta

El chelista Adolfo Ramos Reynoso y el clarinetista y primer concertino Manuel Hernández Aguilar, ambos de la agrupación Concertistas de Bellas Artes, interpretan esta pieza musical breve compuesta por el francés Guillaume Connesson. Tras la grabación de la obra, el ingeniero en sistemas y jefe del Laboratorio de Realidad Virtual y Videojuegos del Centro Multimedia, Luis Romero Ramos, intervino el video con un fondo de lienzo y un algoritmo que responde a la música para generar un gráfico blanco que se desplaza por la pantalla.

¡Pronto nos volveremos a ver!

En esta cápsula participan Fernando Bueno, Jorge León, Nara Pech y Roberto Soto, actores y actrices beneficiarios del Programa Compañía Nacional de Teatro del Sistema de apoyos a la creación y a proyectos especiales (Fonca), quienes encarnan a cuatro personajes shakespearianos que nos incitan a ser fuertes e impetuosos para enfrentar las adversidades que pone la vida. Este video fue intervenido por el artista visual y jefe del Laboratorio de Imágenes en Movimiento del Centro Multimedia, David Camargo, quien animó a los personajes para resaltar su carácter.

16 puntos cardinales

Esta grabación fue intervenida por la diseñadora gráfica y jefa del Laboratorio de Diseño y Publicaciones Digitales del Centro Multimedia, Amanda Lemus, así como por Montserrat Escobar Santiago y Miguel Ángel Ramírez Díaz, diseñadores gráficos y colaboradores de esa área, quienes proponen un ejercicio lúdico en el cual los colores del entorno de los bailarines cambian a partir de sus desplazamientos e incluyeron líneas animadas para enfatizar sus movimientos. La pieza musical, Cuerdas, es autoría de Alejandro Preisser y la coreografía, de Rafael Rosales; los bailarines Aileen Aguilera, Heleni Castro, Paulino Medina y Luis Neri son beneficiarios del Programa de Residencias Artísticas en Grupos Estables Ceprodac/Fonca 2019.