Proveniente del espacio exterior, al que tuvimos la fortuna de conocer durante su estancia en la tierra, el camaleón llamado David Bowie compartió con el mundo a través de su obra una constante puesta en escena en la que emanaba esa misteriosa habilidad para desafiar normas sociales, para abrir camino no sólo en la música sino también en la moda y los medios.
Reinventándose a sí mismo de decadente a psicodélico, de glam rock a apoteosis pop, nadie como David Bowie ha sido capaz de innovar y experimentar tanto con las posibilidades de la música y de su propia imagen entretejiendo una con la otra en una carrera que siempre ha desafiado las convenciones.
Bowie nació como David Robert Jones en Brixton, al sur de Londres, en 1947. Para la década de 1970 ya era el gran pionero de las tendencias musicales y la moda pop. Después de ser un artista de mimo y cabaret a finales de los 60, se convirtió en cantante y compositor, precursor del glam rock, luego se desvió hacia lo que él llamaba "alma plástica" antes de mudarse a Berlín para innovar en la música electrónica. En las décadas posteriores, su influencia se hizo menos dominante, pero permaneció creativamente productivo, inquieto y constantemente transformador en otros medios en los que también es un ídolo, como el cine y el teatro.
Siempre ha sido tarea compleja el tratar de definir la voz de este fabricante de tesituras. ¿Barítono?, ¿tenor? Quizá la única característica distinguible es el falsetto. Lo que sí es más que claro en la obra de David Bowie es que a la par de sus odas al espacio, a las drogas y el flotar sobre el mundo, él creaba personajes a los que encarnaba tanto en sus producciones musicales como en sus presentaciones en vivo, alter egos que cambiaba constantemente conforme la transformación de su música, estilo y su propia vida personal, ¿o acaso eran los personajes los que cimbraban la vida de Bowie?
En torno al aniversario del nacimiento y muerte de la estrella genialmente fugaz, esta Pantalla Sonora la dedicamos a esos fascinantes rostros que inmortalizó, enumerando tan sólo los más conocidos. Lo cierto es que cada uno de los personajes que creó Bowie desafiaron las convenciones de su tiempo y todos le ganaron una larga vida al camaleón de camaleones.
“For here
Am I sitting in a tin can
Far above the world
Planet Earth is blue
And there's nothing I can do”
Si bien es indudable que Ziggy Stardust es el alter ego más conocido de David Bowie, no fue el primero. Antes, Major Tom fue mencionado en varias de las canciones de Bowie, especialmente en Space Oddity, que se estrenó en 1969. En su video, el cosmonauta perdido en el espacio lleva casco y un ajustado mono plateado. Tenía las mismas adicciones que el propio Bowie, un hedonista ambicioso —algo notable en todos los temas que compuso durante este período— pero con la ventaja adicional de ser menos un alter ego y más una personalidad autobiográfica directa. Bowie volvería a este personaje en su canción de 1980 Ashes to Ashes cuando nos regaló una actualización sobre Major Tom: "Sabemos que el comandante Tom es un drogadicto, colgado en lo más alto del cielo, tocando el punto más bajo", dice la letra.
“Making love with his ego Ziggy sucked up into his mind
Like a leper messiah
When the kids had killed the man I had to break up the band”
Como vimos, la fascinación de Bowie por los viajes espaciales y la ciencia ficción ya había latido en canciones como Space Oddity y Life on Mars, pero la apoteosis estaba por llegar en su encarnación más famosa: Ziggy Stardust. Pelirrojo, de bota de plataforma y absolutamente fantástico, un semidiós sexualmente ambivalente; promiscuo y en deuda con el exceso, al igual que el artista en ese momento de su carrera. Bowie presentaba a Ziggy diciendo que se trataba de una estrella de rock alienígena omnisexual, enviada a la Tierra como mensajero. La trama de Bowie, en términos generales, era que la humanidad estaba en sus últimos cinco años de existencia, y Ziggy fue enviado a entregar un mensaje de esperanza. Una figura salvaje y hedonista, pero al final dedicado a comunicar paz y amor. Ziggy se alzó como la estrella de rock definitiva, y al final es destruido por sus propios excesos y por sus fanáticos.
El ascenso y la caída de su alienígena se trazan en el álbum homónimo y Bowie lo eliminó gradualmente hacia el final de la década de los 70.
“Hey babe, your hair's alright
Hey babe, let's go out tonight
You like me, and I like it all
We like dancing and we look divine”
El siguiente personaje que creó fue Halloween Jack, quien a primera vista se parece un poco a Ziggy pero con algunos cambios claros. Mantuvo el peinado puntiagudo de Stardust pero teñido de un rojo impactante. Bowie se calzó nuevamente los tacones de plataforma, bufandas y atuendos que luego inspirarían a los innovadores del punk rock. El debut de esta figura llegó con el álbum Diamond Dogs, que incluía el éxito Rebel Rebel. En la canción homónima del disco, Bowie describió a Halloween Jack simplemente como "un tipo realmente genial".
“The return of the Thin White Duke
Throwing darts in lovers' eyes
Here are we, one magical moment, such is the stuff”
Los salvajes y coloridos atuendos fueron reemplazados por la simpleza de un chaleco entallado a su delgadez. El fabuloso hombre espacial había sido sucedido por una esquelética y pálida figura ataviada regularmente de blanco y negro. El personaje más oscuro se había apoderado de Bowie al convertirse en Thin White Duke. El álbum Station To Station, lanzado en 1976, surgió en momentos personales igualmente oscuros para Bowie. Estaba luchando contra la adicción, su interés por lo oculto y la vida en Los Ángeles. En ese escenario desarrolló al pálido y drenado de emociones Delgado Duque Níveo para su actuación en la película ahora de culto The man who fell to Earth (Nicolas Roeg, 1976), pero el personaje se quedó en su carrera durante el año que siguió. Al final, Bowie no era muy aficionado a esta persona, admitiendo que era un personaje desagradable y que este fue el período más oscuro de su vida.
“You know, I'll be free
Just like that bluebird
Now, ain't that just like me?”
Hasta el final de su vida, David Bowie siempre fue capaz de generar sorpresas con su arte. Su último disco, Blackstar, apareció en su cumpleaños 69, para demostrar que jamás agotaría su capacidad de hacer declaraciones dramáticas, así como música desafiante y perturbadora. Diagnosticado con cáncer de hígado, David Bowie decidió dejar un regalo de despedida. Colaborando con el jazzista neoyorquino Donny McCaslin y su banda escribió Blackstar, pero no se detuvo en eso. También creó un personaje final que aparece en dos videos que filmó para los singles del álbum: Blackstar y Lazarus. El personaje identificado por sus fanáticos como The Blind Prophet usa un atuendo negro tipo kimono, una venda sobre sus ojos y dos botones negros cosidos a la tela en lugar de ojos. Su última creación simbólica que, como siempre, encaja perfectamente con la música y las letras,cumplió la misión de cerrar el círculo de su vida, explicando su tránsito a la muerte, que en realidad es una transfiguración más del más fascinante camaleón.