Por: Arody Rangel

Más de seis décadas de odisea espacial

Sería poco asegurar que tan pronto como nos pusimos en marcha sobre nuestras dos piernas y pudimos mirar hacia arriba quedamos prendados del cielo, del rojo vivo de la aurora, de los volcánicos y púrpuras atardeceres, del profundo cielo estrellado. Es poco decir que de mirar arriba hicimos descender de los cielos a nuestros dioses, que nos hicimos de palabras y poesía para alcanzar la luna y las estrellas, que con nuestros propios colores hemos trazado en lienzos noches estrelladas y que hasta nuestra música creemos escucharla en la danza de los planetas alrededor del sol. En este romance pasamos de creernos el centro de nuestro limitado universo a estamparnos con el hecho de que somos apenas un gránulo de este universo infinito que nos ignora.

Pero rebeldes de nuestra insignificancia, hemos puesto nuestra ciencia y tecnología al servicio de nuestros más arcaicos sueños: desvelar los misterios del cosmos y viajar hasta las estrellas. Aunque en el camino hemos trocado el amor por la ambición de colonizar nuevos mundos y explotar sus recursos, no deja de ser fascinante lo que hemos alcanzado a aprehender, por poco que sea, de esa vastedad circundante gracias a la astronomía. Este 2019 la NASA cumple 61 años y 50 de habernos llevado a la Luna, a propósito de estas fechas nos dimos a la tarea de enlistar las cosas que hemos logrado con las misiones espaciales —no sólo de la NASA— y cuál es el rumbo de la actual exploración espacial.


De la Tierra a la Luna

Las primeras misiones espaciales surgieron como parte de la Guerra Fría, la carrera entre Estados Unidos y la URSS por ver quién se hacía con el dominio del mundo… y del espacio exterior. La primera audacia fue la puesta en órbita del Sputnik 1, el primer satélite artificial de la historia, por el programa espacial soviético en 1957; para no quedar atrás, EEUU creó su propio programa y agencia espacial, la NASA, cuyo primer prodigio fue lanzar el satélite Explorer 1. Por mucho tiempo, la URSS llevó la ventaja en esta carrera: en 1961 Yuri Gagarin se convirtió en el primer hombre en viajar al espacio y en 1963 Valentina Tereshkova fue la primera mujer en hacerlo, además, el primer paseo fuera de una nave espacial lo realizó Alexey A. Leonov en 1965. Estas conquistas se vieron parcialmente opacadas con el alunizaje de los estadounidenses Neil Armstrong, E.E. Aldrin y M. Collins en 1969, sólo parcialmente porque los soviéticos fueron también los primeros en montar una estación espacial, la Saliut (1971) y antes del alunizaje, los programas Venera (1961) y Mars (1962) lanzaron las primeras sondas interplanetarias hacia Venus y Marte respectivamente.

El dato: existe un Tratado internacional sobre el espacio exterior, que entró en vigor en 1967 -sí, en plena carrera espacial- y que actualmente rige el derecho internacional acerca del espacio. Estipula, entre otras cosas, que ningún Estado deberá colocar armas nucleares en la órbita de la Tierra o en algún objeto celeste, ni crear bases militares ultraterrestres, que el espacio exterior es patrimonio de la humanidad y ningún país puede apropiarse de los objetos celestes, y que las misiones espaciales deben ser pacíficas y beneficiar a la humanidad.


De la Luna al vecindario solar

A pesar de que otros países se sumaron a la conquista del espacio desde la década de los setenta, la NASA llevó la delantera hasta entrado el presente siglo. La sonda Pioneer 10, lanzada en 1972, llegó a Júpiter en 1973 y a Urano en 1983; le perdimos el rastro en 2003, pero sabemos que se dirige hacia la constelación de Tauro y lleva consigo una placa con información sobre nuestra especie, nuestro planeta y nuestro sistema solar, es el primer mensaje en una botella que lanzamos al universo. Lanzadas en 1977, las Voyager 1 y 2 exploran los límites del sistema solar: la Voyager 1 llegó a Saturno en 1980 y la Voyager 2 alcanzó Urano en 1986 y Neptuno en 1989; también llevan un disco, el suyo contiene saludos en 55 idiomas, música del mundo, sonidos de la Tierra e información sobre nosotros y nuestro sistema solar.

Con ayuda del transbordador espacial Discovery pusimos en órbita el telescopio espacial Hubble en 1990, como resultado de la cooperación entre la NASA y la Agencia Espacial Europea, gracias a su ubicación ha logrado tomar más de 500 fotos de gran resolución óptica que han enriquecido nuestro conocimiento del universo. Otro gran ejemplo de cooperación entre agencias espaciales es la Estación Espacial Internacional, su construcción inició en 1998 y hoy por hoy orbita alrededor del planeta cada 93 minutos con una tripulación de seis astronautas pertenecientes a las agencias de EEUU, Rusia, Japón, Canadá y Europa. Por su parte, el transbordador Columbia puso en órbita en 1999 el observatorio Chandra, que copta los rayos X que no llegan hasta nosotros porque son absorbidos por la atmósfera, con su ayuda hemos conocido más sobre supernovas, nebulosas, agujeros negros y galaxias.

Otro de los grandes logros de nuestra astronomía ha sido la exploración de la superficie marciana con los astromóviles Spirit, Oportunity y Curiosity; los dos primeros llegaron a Marte en 2004 y Curiosity en 2012, con ellos descubrimos que Marte tuvo atmósfera y un clico hidrológico, y con las muestras de suelo tomadas por Curiosity buscamos determinar si el planeta rojo es capaz de alojar vida.


De regreso a la Luna y las misiones interestelares

A 50 años de la llegada del hombre a la Luna, algunas de las actuales misiones espaciales tienen como blanco nuestro satélite natural, baste mencionar el todoterreno Yutu 2 que recién lanzó China hacia la cara oculta de la Luna y el Chandrayaan 2, de la India, con destino al polo sur lunar. También las empresas aeroespaciales tienen por destino la Luna, la israelí SpaceIL lanzará el Beresheet con ayuda de SpaceX de Elon Musk, la primera empresa del rubro desde que se anunció en 2010 una nueva política espacial que permite la entrada de empresas privadas en los proyectos de exploración espacial. A propósito, SpaceX lanzará este año una Dragón-2 con astronautas a bordo hacia la Estación Espacial Internacional, un paso más para alcanzar el sueño del turismo espacial.

El furor lunar se materializó en un premio convocado por Google llamado LunarX que incentivaba la competición entre privados para hacer llegar un vehículo a la Luna y con él enviar fotos de regreso a la Tierra, si bien el premio quedó desierto en su entrega el año pasado, algunas empresas siguen trabajando en la misión. Además, este año da inició el proyecto de construcción de una estación espacial en la Luna, un nuevo esfuerzo conjunto entre las agencias espaciales del mundo y ahora también del sector privado; el propósito de la estación será coadyuvar a la exploración de la superficie lunar, los viajes selenitas y ser una escala para los viajes hacia Marte.

Podría decirse que tenemos los ojos bien puestos en nuestro vecindario solar, con la New Horizons explorando el cinturón de Kuiper, en el límite del sistema solar, o el InSight de la NASA en Marte y BepiColombo de la ESA en Mercurio. Y que nuestras miras se dirigen al espacio interestelar, no sólo por cuanto alcanzamos a apreciar gracias al CHEOPS de la ESA que busca exoplanetas o el James Webb de la NASA que suplantará al telescopio Hubble y promete revelarnos más sobre el origen del universo; tenemos las miras puestas a alcanzar las estrellas o al menos es lo que se proyecta para el 2069, a cien años de nuestra hazaña lunar iremos en la primera misión interestelar hacia Próxima Centauri, donde presumiblemente hay un planeta habitable del tamaño de nuestra Tierra.