“It’s the only place where you can find a giant vat of peeled garlic, because it’s the only place that truly understands how much garlic you’ll need for the kind of food your people eat. Is freedom from the single-aisle “ethnic” section in regular grocery stores.”
Crying in H Mart, Michelle Zauner
Marc Augé define el no-lugar como un espacio impersonal, de circulación, un lugar a donde uno va para no quedarse. En su libro Los no lugares. Espacios del anonimato, Marc menciona una serie de espacios que coinciden con las características del no-lugar, en su mayoría son lugares por donde estamos obligados a pasar, pero no a permanecer.
Antropológicamente el no-lugar se vive desde el anonimato, carece de identidad, aunque no son lugares abandonados y mucho menos vacíos. El aeropuerto, las estaciones de metro, las autopistas, el metrobús, los centros comerciales y los supermercados son algunos espacios donde una gran cantidad de personas suelen coexistir pero sin sentirse en casa.
El supermercado, según Marc, es uno de estos no-lugares de paso, de simple intercambio comercial. Pero más allá de un lugar donde nos surtimos de nuestros productos de necesidad básica, los supermercados pueden ser un lugar de intercambio cultural. Gracias a la globalización podemos tener acceso a productos y alimentos de muchos lugares del mundo y a través de ellos acercarnos los unos a los otros porque, como nos enseñó Anthony Bourdain, la gastronomía es una forma de conexión y expresión cultural.
Muchas personas han encontrado en algunos supermercados parte importante de su identidad, desde comida que los conecta con su infancia, con la música que les gusta, con su nacionalidad, hasta alimentos que eligen consumir por sus beneficios. En este Para dar la vuelta, visitamos cuatro supermercados muy peculiares en la Ciudad de México.
A una cuadra de metro Juárez se encuentra un espacio que te aleja por completo de la Ciudad de México, en la planta baja de un edificio alto se encuentra un supermercado chino. El espacio se divide en tres, en un lado podrás encontrar arroz, mucha variedad de fideos como udon, somen, hiyashi-chuka, shirataki, kishimen, especias y sazonadores, té, snacks sabor kimchi, huevos y hongos empaquetados al vacío, woks y utensilios para cocinar, una gran variedad de algas y más, mucho más. Del otro lado se encuentra el área de refrigeradores, podrás encontrar fideos frescos congelados, gran variedad de verduras, carne, embutidos y tofu, además de su amplia gama de bebidas.
Lo más interesante de este lugar es que después de comprar tus productos puedes pasar al restaurante que es un pedacito de China escondido en la ciudad, es un espacio amplio y muy iluminado donde sólo uno de los empleados habla español y el menú está escrito en cantonés. Algunos días tienen buffet. Sin duda, Nuevo Día es un lugar que ha conservado su identidad y uno de los lugares donde puedes encontrar auténticos productos orientales.
Humboldt 56, Colonia Centro, Centro, Cuauhtémoc, 06000 Centro, CDMX
En la colonia San Rafael se encuentra un espacio con productos importados desde el mediterráneo, Delitalia fue desarrollado por la Cámara de comercio Italiano en México con el fin de traer un poco de la tradicional gastronomía italiana a nuestro país.
Este espacio se divide en dos, en un lado puedes encontrar venta de productos al mayoreo, cafeteras italianas, pastas, vinos y mucho más, que está pensado para venta a negocios, principalmente. Del otro lado puedes encontrar gran variedad de carnes frías, vino, café, pasta fresca, galletas, mermeladas y chocolates. También cuentan con comida ya preparada, berenjena a la parmesana, cannelloni di ossobuco con salsa bianca, gnocchi al gorgonzola, lasagna y tiramisú. También imparten clases de cocina italiana y cuentan con un apartado de utensilios de cocina. Es un lugar donde puedes estar en contacto con la cultura italiana real y llevarla a tu mesa.
C. Jose Rosas Moreno 32, San Rafael, Cuauhtémoc, 06470 Ciudad de México, CDMX
En el ya conocido barrio coreano de la ciudad de México, ubicado en la Zona Rosa, se encuentra este supermercado, el lugar es amplio y muy llamativo, es muy cercano a un supermercado de cadena: al entrar encuentras un congelador enorme con helados muy peculiares, helado sabor elote con chocolate, sándwich de helado con forma de pez relleno de frijol dulce y chocolate, helado sabor yakult, paletas heladas de melón y mochis de varios sabores.
Este supermercado cuenta con gran variedad de ramen y ramyeon, los famosos buldak con sus sabores extra picantes, fideos de arroz algunos con carne, langosta y tteokbokki instantáneo. También tienen a la venta gran variedad de bebidas frías, boba y café helado. Además, cuentan con todo lo necesario para que prepares tus fideos y bebidas y un espacio para que puedas disfrutarlos ahí y sentirte en un dorama.
Nápoles 33, Juárez, Cuauhtémoc, 06600 Juárez, CDMX
Un súper más chido, YEMA surgió de la necesidad de crear productos honestos, querer cuidarse y cuidar al planeta puede sonar poco accesible para algunos, pero no es imposible. En Miguel Ángel de Quevedo se encuentra YEMA un supermercado con gran surtido de productos de origen natural y sin aditivos artificiales. Tienen gran variedad de verduras orgánicas, pan artesanal y por muy raro que suene, a un precio bajo.
YEMA cuenta con sus propios productos como chips de betabel, chicharrón a base de plantas, bebidas, yoghurt, artículos para el cuidado de la piel, shampoo, acondicionador, productos de limpieza, entre otros y todos con envases reciclados. Aunque tiene poco tiempo de existir y sólo dos sucursales, YEMA es una comunidad apasionada por el consumo consciente y 100% mexicano.
Av. Miguel Ángel de Quevedo 279, Oxtopulco, Coyoacán, 04310 Ciudad de México, CDMX
Estamos en 1990, no las ni los conozco, pero quiero invitarlas e invitarlos a situarse en esa década, sea que, como yo, la hayan vivido, o sea que hayan llegado a este planeta después. Quiero que nos situemos ahí y miremos las procedencias de un montón de cosas que hoy damos por hecho, como el internet y esta computadora portátil en la que les escribo esto. Quiero que vayamos ahí a conversar con un hombre que aún está entre nosotras y nosotros. Su nombre es Michel Houellebecq. En 1994 publicó su primera novela, Ampliación del campo de batalla, y en 1998 reunió una serie de escritos en los que amplía su premisa: el mundo que habitamos es un supermercado.