La chica de Ipanema que enamoró al mundo

Por: Rebeca Avila


Olha que coisa mais linda mais cheia de graça é ela menina que vem e que passa no doce balanço a caminho do mar. Moça do corpo dourado do sol de ipanema o seu balançado é mais que um poema é a coisa mais linda que eu já vi pasar…*

¿Quién no ha escuchado esta bella y emblemática melodía mientras sube o baja en un ascensor? (O visto en alguna película). Y no es que rebaje a la Garota de Ipanema a un simple acompañamiento de la trillada música de elevador, pero oírla nos remite a eso.

Esta pieza es un referente imprescindible de la Bossa nova, género que surgió en Brasil en la década de los 50, cuando un grupo de fantásticos músicos brasileños, hasta entonces desconocidos, utilizaron el jazz como base, lo fusionaron con ritmos originarios y crearon un concepto elitista que puso a este país en la mira de la gran industria discográfica, justo en el momento en el que Estados Unidos atravesaba por dificultades de creatividad.

Entre los compositores e intérpretes que difundieron la voz nueva están Antonio Carlos Jobim o Tom Jobim (considerado por muchos como su iniciador), el músico Joao Gilberto, la cantante Astrud Gilberto, el saxofonista que lo regó por todo el mundo, Stan Getz, y mucho más tarde el afamado artista Sérgio Mendes.

Todos estos artistas que llevaron el latin feel a diversas partes del mundo, crearon un ritmo que hoy es icono de Río de Janeiro y ha evolucionado fusionándose con otros géneros que actualmente podemos escuchar en recopilaciones de cualquier CD de latin jazz.

Evidentemente, como con cualquier clásico, a partir de su vertiginoso esparcimiento y hasta el día de hoy, han surgido covers de las más famosas composiciones del Bossa nova, desde la muy conocida interpretación de Frank Sinatra de The girl from Ipanema; pasando por Un pato (O pato) con el arreglo picarón de Natalia La Fourcade; hasta la mezcla de hip hop, samba y de más mezclas modernas de The Black Eyed Peas del tema Más que nada.

Aunque este género posicionó a Brasil musicalmente a nivel internacional, hay algo que nunca pudo opacar: el emblema típico que muestra la verdadera esencia de los brasileños, la samba, ese ritmo que corre entre las calles, sus carnavales llenos de color y gracia, así como en las venas de sus habitantes.

*Mira que cosa más linda, más llena de gracia, es ella la muchacha que viene y que pasa en un dulce balanceo, camino del mar. Señorita de cuerpo dorado por el sol de Ipanema, su caminar es más que un poema es la cosa más linda que yo vi pasar…