El jazz, democrático y flexible por excelencia, es un universo lleno de posibilidades que se encuentra en expansión constante hacia territorios cada vez más sorprendentes. Sin embargo, —y esto es algo en verdad inquietante— la idea más generalizada que se sigue teniendo acerca del jazz concibe este tipo de música como aburrida, vaya, algo para escucharse únicamente en el elevador; o que es incomprensible, llena de improvisaciones extrañas y para colmo sin pegajosas letras que cantar.
En el mejor de los casos, se piensa muchas veces que los años más fructíferos, memorables y geniales del jazz, han quedado lejos en el pasado, estancados en las décadas de los 60 y 70 en las cuales se forjaron los nombres y estilos de sus clásicos titanes. John Coltrane, Miles Davis, Dave Brubeck, Charles Mingus, Thelonius Monk, Nina Simone, Art Blakey... la lista puede ser tan grande como intocable, así que cualquiera podría decir que después de semejantes genios el género no ha vuelto a ser tan grandioso ni excitante.
Pero nada puede ser más sesgado. Porque lo cierto es que el jazz siempre guarda bajo su ala nuevos bríos, talentos sorprendentes que hoy por hoy están ampliando como nunca se había concebido los límites de este arte, actualizando sus bases al mezclarlo con muchos otros géneros musicales, experimentando con nuevos instrumentos más allá del esquema clásico de piano-contrabajo-batería-vientos y acercando su expresión a temas que nos impactan a todos en la actualidad. El jazz ya no es tan sólo un género riguroso que se encuentra únicamente en exclusivos clubes y salas de concierto, donde los músicos visten de impecable traje y atuendo de gala. Hoy puede suceder en el metro, entre conciertos de rap y hip hop, en festivales de electrónica y ritmos latinos. El jazz ha transgredido todas sus convenciones.
Para comenzar este 2021, dedicamos este Pantalla sonora a una mínima muestra de la nueva sangre que hoy le da vital pulso al jazz. En este espacio te recomendamos tan sólo cinco artistas que representan la emocionante y diversa vanguardia de esta música que se encuentra extendiendo el género hacia otros estilos, mezclas y discursos; artistas jóvenes que se encuentran revolucionando un arte que aunque se transforme por completo una y otra vez, sin duda seguirá cosechando fanáticos para toda la vida, ansiosos de conocer más y más jazz.
Con tan sólo 29 años, Nubya Garcia es ya uno de los nombres más relevantes en la escena británica del jazz. Creció en el distrito londinense de Camden y estuvo rodeada de música desde muy joven. Sus padres tocaban reggae, rock, música latina y cubana; sus hermanos cantaban, tocaban el cello y trombón. Cuando Garcia tenía 10 años, su madre le compró un saxofón Yamaha; ella se enamoró del instrumento y de las posibilidades que el jazz le ofrecía para explotarlo. De este contexto y sus propias raíces afro-latinas es que su trayectoria como compositora y líder de banda se ha definido como una mezcla multifacética donde el jazz es la base de una fusión de muchos otros ritmos que se pensarían imposibles de juntar al mismo tiempo, desde reggae, cumbia, hip-hop y soul, hasta rock, R&B y otros ritmos latinos. Como a tantos otros artistas, la pandemia de Covid-19 tiene en pausa la carrera de Garcia cuyo éxito en los últimos años la había llevado por todo el mundo en una gira que se había extendido ya 18 meses. La razón de tanto éxito se encuentra sin duda en el énfasis que ella hace en la expresión emocional al tocar el saxofón tenor, canalizando su energía hasta el oyente. Cuando ella hace solos, no te entierra bajo avalanchas de notas, sino que se concentra en una o dos, exprimiéndoles todo el jugo antes de seguir adelante.
Christian Scott es el personaje más político entre estas recomendaciones. Es difícil encontrar alguna de sus presentaciones sin que él ocupe el espacio entre canciones para compartir largos discursos acerca de su visión de la música o el arte en general, de su proceso creativo o de la inspiración política y social que hay detrás de cada una de sus composiciones. Pero eso no es ningún detrimento para este genio, compositor, productor, líder de banda y sin duda alguna uno de los mejores trompetistas en la historia del jazz, todo lo contrario. Su relación con este género es muy profunda, se trata del sobrino del innovador del jazz y legendario saxofonista Donald Harrison, Jr. quien fue su primer mentor desde los 13 años. Después de graduarse del Centro de Artes Creativas de Nueva Orleans (NOCCA) en 2001, Christian recibió una beca completa para el Berklee College of Music. Desde 2002, ha lanzado más de una decena de discos de estudio super aclamados por la crítica, además de varios álbumes en vivo y una colección de grandes éxitos. Muchas veces ha sido caracterizado como el eslabón que marca el comienzo de una nueva era del jazz debido a sus enormes innovaciones en instrumentación. De hecho, es reconocido por desarrollar la convención armónica conocida como forecasting cell y por su uso de un tono sin voz en su ejecución de la trompeta (un instrumento único que él mismo diseñó), enfatizando la respiración sobre la vibración en la boquilla. La técnica se conoce como su "técnica del susurro".
Para esta banda australiana todo comenzó cuando el bajista Paul Bender escuchó a Nai Palm cantar y tocar con una guitarra rosa en un pequeño club de Melbourne. Pronto ellos empezaron a escribir canciones juntos y Bender fue quien se puso en contacto con el multiinstrumentista Perrin Moss y el tecladista Simon Mavin. Nai Palm es sin duda la fuerza gravitacional de esta agrupación que buscó desde el principio tocar lo que ellos llaman un “soul futurista”. Para lograrlo han echado mano de unos arreglos polirítmicos a veces muy complejos que resultan en unos paisajes sonoros tan sofisticados como hipnotizantes. El caos controlado de sus presentaciones induce inevitablemente al movimiento, su lírica poética al llanto. Y no hay cómo describir justamente la voz de Nai Palm más que decir que existen hoy pocos cantantes de soul que la igualen.
Bueno, hay que comenzar aceptando que Chris Dave no es ningún jovenzuelo, y es de hecho el músico veterano de esta lista (acaba de cumplir 47 el pasado noviembre). Sin embargo, no hay cómo ignorar que Chris Dave es hoy por hoy uno de los mejores bateristas del mundo y que desde su entrada al mundo del jazz, en la década de los ochenta, se ha mantenido siempre a la vanguardia del género. Su genio como percusionista y su oído sinigual para sincopar, lo han llevado a tocar un set ultra complejo de percusiones. Él ya no toca la batería como la conocemos sino un conjunto de tarolas, platillos y bongos que él mismo ha pedido modificar y ajustar a los sonidos conjuntos que busca. Es capaz de ejecutar frenéticamente, sin perder nunca su compás, absorto en improvisaciones que a veces les cuesta seguir a sus compañeros. Ver sus actuaciones en vivo es un espectáculo por sí solo. Chris Daddy Dave creció tocando la batería en la iglesia y después asistió a la famosa High School for the Performing and Visual Arts de Houston, Texas. Pronto su talento captó el ojo de productores musicales de la industria, lo que lo convirtió en un músico muy solicitado para acompañar a celebridades del pop y rock. Pero además de ser un cotizado sideman, Dave sobre todo lidera la banda Chris Dave And The Drumhedz, con un elenco rotativo que permanece innovando de maneras sorprendentes.
¿En busca de combinaciones más explosivas? Basta echar un vistazo a DOMi & JD Beck para perderse en la madriguera de un jazz de ritmo frenético, experimental con infusiones de hip-hop y mezclado con referencias divertidísimas de videojuegos, un caos perfecto. Revolucionando la escena del jazz en Los Ángeles, este dúo está conformado por el prodigio de la batería de tan sólo 17 años JD Beck y la tecladista DOMi, de 20 años y origen francés. Se conocieron en una feria de la industria musical estadounidense y desde entonces comenzaron a tocar juntos y, como buenos mileniales, produjeron sus propios videos caseros que editaban y compartían en línea; su prodigio pronto llamó la atención de otros músicos que los buscaron para colaborar, grandes de la escena incluido el rey del jazz en Los Ángeles, Thundercat, además de Anderson .Paak, Skrillex y el colaborador de Prince, MonoNeon. Ni ellos mismos están seguros de cómo definir su sonido, pero no se cansan de desmontar y recomponer los elementos del jazz con un virtuosismo impresionante.