La contingencia ante la pandemia debió suspender múltiples actividades sociales en todas partes del mundo, cesando los espacios de recreación que las ciudades solían ofrecer. Parques, estadios, museos, foros al aire libre, los sitios se cerraron a su naturaleza masiva por el bien común. Su ausencia subrayó de repente que se trataba de lugares mucho más importantes para nosotros de lo que creíamos.
Porque si esta pandemia ha reivindicado algo durante su paso por nuestras realidades no sólo es que necesitamos convivir con otras personas, sobre todo con nuestros seres queridos, también que nos hace falta, mucha falta, estar en contacto directo con las manifestaciones del arte. Vivir en colectivo una película, pararnos frente a una pintura, escuchar en vivo la música que más nos mueve, observar la danza, bailar. La experiencia presencial de la cultura se reafirmó como un elemento también esencial del bienestar de las sociedades.
Tras casi medio año de suspensión de actividades, en la Ciudad de México por fin existen las condiciones para dar paso a la apertura presencial, pausada y segura de los recintos que nos conectan con el arte en muchas de sus formas. Y en este Para dar la vuelta regresamos a recomendar estos espacios que nuevamente implican la presencia, aunque, como parte de la nueva normalidad que experimentamos de ahora en adelante, también seguirán ofreciendo de manera híbrida una comunicación digital con el público. Además, por supuesto, se trata de sitios y actividades que aplican las medidas y restricciones de prevención para todos los asistentes. Quizá la experiencia del arte haya cambiado para siempre, pero nosotros necesitamos dialogar y la cultura seguir su curso.
A finales de 1919, en un sórdido estudio de París lleno de botellas de vino, Amedeo Modigliani pintó un retrato melancólico de su amante de 21 años, Jeanne Hébuterne. Unos meses después, el 24 de enero de 1920, el empobrecido artista murió de meningitis tuberculosa a los 35 años. A la noche siguiente, Hébuterne, embarazada de ocho meses de su segundo hijo, saltó a la muerte desde una ventana del quinto piso. De esa manera, Modigliani hizo de su vida personal casi una caricatura del pintor bohemio e incomprendido. La gran ironía es que a pesar de esa vida tan torturada y breve, este pintor haya producido un cuerpo de trabajo tan sereno, que se considera logró salvar el abismo estilístico entre la pintura clásica italiana y el modernismo de vanguardia.
Este año se celebra un centenario del fallecimiento de este artista fundamental para el siglo XX. Sumándose al festejo, una de las primeras actividades que retoma la oferta cultural pública de la CDMX, en el Museo del Palacio de Bellas Artes, es una magna exposición curada por Marc Restellini, uno de los más destacados especialistas en la obra de Amedeo Modigliani. El París de Modigliani y sus contemporáneos se trata de una muestra que nunca antes había sucedido en nuestro país, con una amplia selección de la obra pictórica del artista, además de obras de varios otros pintores también destacados de la Escuela de París —como Chaim Soutine, Moise Kisling y Suzanne Valadon, además de personajes y artistas mexicanos que de alguna manera formaron parte del contexto del pintor italiano, como Diego Rivera, Ángel Zárraga y Carlos Mérida, entre otros. Al presentarse en conjunto, estas obras muestran un vínculo, tanto estético como social, pues fueron producidas en tiempo y espacio comunes: los barrios parisinos de Montmartre y Montparnasse en las primeras décadas del siglo pasado.
La mayor parte de estas pinturas forman parte de la Colección Jonas Netter, uno de los acervos culturales más importantes de Europa en materia de pintura del siglo XX. Pero también se muestran fotografías y demás materiales que ilustran al visitante cómo era la vida bohemia en los cafés parisinos que esos artistas frecuentaban, además de algunas noticias relevantes que influyeron en el contexto artístico de la época.
Claro que el Museo del Palacio de Bellas Artes ofrece también a través del micrositio de esta muestra, una aproximación digital a las obras mencionadas además de líneas del tiempo, videos, listas de reproducción de música, así como mucha más información gratuita, a la que se puede acceder desde cualquier dispositivo móvil, en torno a la vida y obra de Modigliani y sus contemporáneos.
Respecto a la fotografía, uno de los eventos más importantes en nuestro país es sin duda el World Press Photo, la exposición anual internacional que muestra el mejor periodismo visual del año pasado, y que hace una gira mundial por 100 ciudades y 45 países. En México, desde hace más de una década, el Museo Franz Mayer es su sede oficial y este año se integra por 139 poderosas imágenes que muestran las facetas más crudas, bellas y fascinantes de nuestro planeta. Estas fotografías de gran formato se organizan en ocho categorías: Temas contemporáneos, Noticias generales, Proyectos a largo plazo, Deportes, Naturaleza, Retratos, Noticias de actualidad y Medio ambiente, así como los premios World Press Photo del año y World Press Photo Story del año. Además, por primera vez esta exposición contará con un muro mostrando a los trabajos galardonados desde la primera exhibición en 1955 a la fecha, un impactante recorrido por más de seis décadas de fotoperiodismo.
Ahora más que nunca resulta fundamental apoyar el propósito de esta muestra que nació para estremecer, contar historias y celebrar el trabajo de los fotoperiodistas que cada año salen a contarnos esas historias, a veces, arriesgando su propia vida. En nuestro país, sobre todo, donde es tan crítica la situación de violencia extrema que enfrentan los periodistas y fotoperiodistas, en esta exposición cobra un valor extra.
Ya se puede visitar el Museo Franz Mayer de martes a viernes de 11 a 16 horas, y sábados y domingos de 11:00 a 17:00 horas, donde la World Press Photo se presentará del hasta el 8 de noviembre. Pero como opción digital, el canal de YouTube del museo tiene disponible una de tres partes del recorrido guiado por esta exposición.
Uno de los ámbitos culturales más golpeados por las restricciones de la pandemia ha sido el teatro, así que en este regreso a las actividades culturales quizá los más apremiantes a rescatar sean estos espacios para la dramaturgia, como el Teatro Helénico, de El Centro Cultural Helénico, uno de los primeros espacios escénicos en reabrir sus puertas. La primera obra en recibir nuevamente a los espectadores es Hombruna, puesta en escena unipersonal que se inspira en el caso de Juana Barraza Samperio, conocida como “La Mataviejitas”, famosa asesina en serie que solía estrangular a sus víctimas, personas de la tercera edad, una mujer que rompió todas las reglas clásicas del perfil criminológico: por estadística, un asesino en serie siempre es hombre. Juana Barraza Samperio fue la excepción. Los retratos o descripciones que se hacían de ella (desde los años 90 hasta principios del año 2006, cuando cometió sus crímenes) concluían que se trataba de un hombre disfrazado de mujer, un travesti. Es decir, para Juana Barraza su misma identidad de género siempre estuvo en tela de juicio.
Esta obra de Richard Viqueira y protagonizada por Valentina Garibay, está basada en un trabajo documental extenso que analiza el perfil de esta mujer que fue producto del maltrato de los hombres, de su propia familia y del contexto de una sociedad que engendró un caso tan inusual. También explora la relación de la actriz con el aire que la circunda y el diálogo con el oxígeno invisible que da o quita la vida, pues busca que lo etéreo, lo asfixiante y el viento se conviertan en materia escénica.
Cabe destacar que esta reanudación en El Helénico se lleva a cabo atendiendo los estándares de seguridad, con una capacidad máxima de hasta el 30% y con personal capacitado para salvaguardar la integridad tanto del público como del personal, además, los foros han sido sanitizados y se encuentran listos para recibir a todos.
La obra se presentará del 18 de septiembre al 11 de octubre, los viernes a las 20:30 horas, sábados a las 19:00 horas y domingos a las 18:00 horas. El costo de los boletos es de $150. Actualmente hay una preventa del 50% hasta el 19 de septiembre.
Gracias al apoyo y material de múltiples colecciones personales además de la invaluable colaboración del Luis Buñuel Film Institute, la Filmoteca Española y Fundación Televisa, el 30 de octubre de 2019 arrancó una de las exposiciones más esperadas por los cinéfilos asiduos a la Cineteca Nacional. Pero debido a la contingencia sanitaria este espacio museístico como tantos otros tuvo que suspender sus actividades el pasado mes de marzo, hasta ahora.
Tras los meses de ausencia y con la reciente reanudación de algunas de las actividades del emblemático recinto de la colonia Xoco, se retoma esta muestra guiada por la voz misma del legendario Luis Buñuel. Sala por sala, las palabras del realizador aragonés guiarán la experiencia y el recorrido de toda la exhibición que se divide en 10 módulos y, con apoyo de textos escritos por el cineasta español, abarca su llegada a México, la producción de algunos de sus más reconocidos filmes y su vida personal. Además, esta muestra contó con valiosas aportaciones de varios amigos del fallecido cineasta, quienes prestaron interesantes objetos y fotografías para su exhibición. Por ejemplo, carteles originales de sus películas, fotografías inéditas del acervo Juan Luis Buñuel, la Palma de Oro que Buñuel recibió por Viridiana (1961), el crucifijo-navaja de la misma película, fragmentos de cintas restauradas, reproducciones de vestuarios de El Jaibo, Viridiana y Robinson Crusoe, y guiones con anotaciones del propio director y correspondencia poco conocida.
A partir del 11 de septiembre la muestra Buñuel en México vuelve a estar disponible para todos los asistentes, bajo los protocolos de higiene y seguridad pertinentes en un horario de martes a domingo de 12:00 a 20:00 horas, con un costo general de $30. Debido a la contingencia sanitaria el cupo será limitado, con accesos cada 30 minutos, así que es recomendable tomar precauciones.