La fotografía posiblemente es la mejor forma de plasmar nuestro legado, ayuda a preservar un suceso en nuestra memoria. Capturar un momento, nos hará revivirlo hasta el día que dejemos de existir.
Nancy Goldin (apodada Nan por David Armstrong), es una fotógrafa documental estadounidense de origen judío, quien desde la década de los setenta se ha encargado de darle voz ‒a través de sus retratos‒, a las diversas facetas que conforman la vida de sus amigos y la propia.
Tras el suicidio de su hermana mayor, Nan decidió irse de casa a los 14 años y encontrar por cuenta propia a su familia elegida. Sus estudios en la Satya Community School y en la Escuela del Museo de Bellas Artes la hicieron relacionarse con diversas personas, quienes en aquella época eran catalogadas como raras ya que poseían características y personalidades excéntricas.
Una cortina roja de terciopelo invita a adentrarse a una pequeña sala casi a oscuras, la escasa iluminación vuelve más íntima, atractiva y plácida la experiencia del mundo reproducido por Goldin. En la sala sólo están expuestas cinco fotografías, debido a que las diapositivas con las 700 imágenes que la fotógrafa capturó a inicios de 1980 y finalizó siete años más tarde son la pieza principal; éstas se encuentran acompañadas por una banda sonora que Nan junto a sus amigos eligieron a detalle para evocar aquellos momentos plasmados.
La balada retrata la ambivalencia de las relaciones humanas: los problemas que hay en una relación, entre la intimidad y la autonomía. La dependencia que alguien puede tener en una persona que no es la apropiada pero la parte sexual lo recompensa. De igual manera, muestra el encuentro de la fotógrafa con el mundo, así como con lugares, personas, relaciones, decepciones y anécdotas.
El trabajo de Nan busca resaltar que la existencia del otro y de uno mismo importa. A pesar de que los protagonistas de estas fotos parecen desconocidos a nuestros ojos, al observar cada imagen, nos adentramos en sus vidas y se vuelven parte de nosotros. Estas imágenes son su conexión con el aquí y ahora, con el hecho de vivir; cada pieza es un pedazo de su existencia.
The ballad of the sexual dependency (La balada de la dependencia sexual) se titula así debido a que la autora se inspiró en la ópera Die Dreigroschenoper (La ópera de los tres centavos) de Kurt Weill y Bertolt Bretch.
La exposición se encuentra en el Centro de la Imagen, ubicado en Plaza de la Ciudadela 2, esquina con Balderas. Estará hasta el 23 de febrero, los horarios de visita son de miércoles a domingo de 10:00 a 19:00 hrs y la entrada es gratuita.
Esta exposición es realizada por el Centro de la Imagen en colaboración con la Fondation Cartier pour l’art contemporain de París.