Por: Mariana Casasola

Las ignoradas por el Oscar

A pesar de enfocarse en la industria más comercial, de ser criticados como premios de popularidad y no de calidad, a pesar de las polémicas en torno a la inequidad de su estructura y decisiones, los Oscar siguen siendo los galardones más importantes del cine; los más difundidos, comentados, amados, detestados.

La ceremonia de los premios de la Academia continúa siendo uno de los eventos más relevantes para los medios de comunicación norteamericana y el reconocimiento más encomiable que presumen las películas “extranjeras” que lo han ganado.

Sin embargo, aún con toda su pompa y circunstancia, al espacio del tiempo los Oscar han demostrado una enorme ceguera para reconocer muchos de los filmes más trascendentes en la historia de cine, ya sea por ignorarlos en sus nominaciones o por terminar premiando películas menores.

Con la 91ª entrega de Los Oscar en puerta, aquí nos propusimos recordar aquellas cintas que hoy son clásicos del cine a nivel internacional, referencias obligadas, pero que jamás recibieron el tan mentado premio. Claro que esto no ha restado en nada a su valor y a la forma en que las aprecian los que aman el cine y en cambio cuestiona el criterio muchas veces desatinado de los Oscar.


Clásicas de clásicas

El ciudadano Kane (1941), la obra maestra de Orson Welles fue nominada en 1942 a ocho premios de la Academia ¡Y sólo se llevó uno! (el de Mejor Guion original). Hoy es considerada por instituciones, críticos y cinéfilos por igual como una de las mejores películas de la historia.

Y si de realizadores míticos de trata, sólo hace falta decir que Alfred Hitchcock y Stanley Kubrick jamás fueron premiados como Mejor Director, tampoco ninguna de sus cintas más emblemáticas, obras determinantes y amadas hasta el culto, como Vértigo (1958), Psicosis (1960); 2001: Odisea del espacio (1968) y La naranja mecánica (1971).


Are you NOT talking to me?

De acuerdo, 1977 fue un año especialmente destacable para el cine norteamericano con competidoras por Mejor Película tan buenas como Todos los hombres del presidente de Alan J. Pakula y Poder que mata de Sidney Lumet. Al final el máximo galardón de la Academia se lo llevó Rocky, que con todo y sus méritos siempre se cuestionará por haber ganado sobre la enorme Taxi Driver de Martin Scorsese, quizá la mejor cinta de su director y su protagonista, Robert De Niro.


Ni la más Hollywood de Lynch

Es entendible hasta cierto punto que David Lynch no sea un gran favorito de la Academia. Para empezar, sus películas no son del tipo que suele premiar, pero con las anteriores nominaciones a El hombre elefante (1980) y Terciopelo azul (1986), parece que debió tener mejor tino para reconocer a Mulholland Drive (2001), a fin de cuentas, una saga sobre el sórdido pasado de Hollywood. En cambio, se premió a Una mente brillante (A Beautiful Mind) de Ron Howard —en serio—, una cinta que al menos entre la crítica especializada no se sostiene ni remotamente bien junto a la cinta de Lynch que hoy es considerada entre lo mejor del cine del nuevo milenio, y que de paso lanzó la carrera de una gran actriz hasta entonces desconocida, Naomi Watts.


Las extranjeras

Tal vez es demasiado esperar de los Oscar, desear que reconozcan algunas de las más trascendentes películas “extranjeras” cuando ni siquiera pueden galardonar a lo mejor de su propio cine. Sin embargo, a la luz del tiempo, también en esta codiciada categoría han pasado por alto a películas de la talla de El séptimo sello (Ingmar Bergman, 1957) —de hecho, ni siquiera la nominaron—; La gran ilusión (Jean Renoir, 1937); y Con ánimo de amar (Wong Kar-wai, 2000), sólo por mencionar algunas.


Le Paul

Para finalizar, hablemos de Paul Thomas Anderson, uno de los mejores autores que actualmente tiene el cine norteamericano. Realizador de obras tan apreciadas como Magnolia (1999) y The Master (2012). Sin embargo, hasta hoy ninguno de sus ocho largometrajes se ha hecho con el premio a Mejor Película (ni con el de Mejor Director), ni siquiera la gran Petróleo sangriento (There Will Be Blood, 2007), aunque Daniel Day-Lewis sí se llevara el premio por su ya mítica actuación en esta cinta.