Por: Rebeca Avila

10 cosas que no sabías del Mercado de Artesanías, La Ciudadela


Para conocer y adquirir la cultura que albergan las artesanías mexicanas, no es necesario recorrer de Baja California a Yucatán; basta con darse una vuelta por el centro de la Ciudad de México y visitar los pasillos del antiguo Mercado de Artesanías de La Ciudadela, para encontrar una parte de cada rincón de México. Más que un lugar turístico, es una puerta de entrada para que cientos de artesanos de toda la República puedan comercializar sus productos y darlos a conocer al mundo. Cuando alguien compra un objeto, éste puede quedarse en tierra mexicana o bien, puede ir a parar a Japón, Australia, Francia, Argentina o cualquier punto del globo terráqueo.


1.

Los orígenes del Mercado de Artesanías se remontan a junio de 1964, donde se dieron cita alrededor de 50 artesanos de diferentes partes de la República para formar parte de la Feria de las Artesanías.


2.

El registro oficial surgió en 1968 bajo el nombre de Unión de artesanos y similares de la República Mexicana, conocido por muchos años como Mercado de Artesanías, La Ciudadela. En ese entonces, fue el año de las Olimpiadas de 1968 y fue una gran oportunidad para posicionar la exhibición como un proyecto fijo.


3.

Al inicio, cuando la entonces Feria de las Artesanías apenas comenzaba a afianzarse como un proyecto cultural permanente, los artesanos montaban sus locales de forma austera, con lonas, estructuras de madera y algo de tela. Con el tiempo los futuros locatarios se organizaron y limpiaron lo que antes fue un almacén de armas y con el tiempo se unieron más productores y la familia creció. Hoy en día en el Mercado de Artesanías existen 355 locales.


4.

Al ser un proyecto con cerca de 50 años gestionándose, se ha enfrentado a diversas concesiones políticas —y algunos embustes—. A pesar de ello han luchado por permanecer en ese lugar a través de la unión y la calidad de su trabajo. Actualmente el mercado es el sitio de vendimia artesanal turística por excelencia de la Ciudad de México, y aún conserva a algunos de los primeros comerciantes y artesanos que llegaron en aquel lejano 1964.


5.

Recorrer los pasillos del popular mercado de La Ciudadela, significa recorrer México a través de sus artesanías. En él puedes encontrar zarapes, papel maché, bordados oaxaqueños, vidrio estirado, piedras minerales, cajas de Olinalá, joyería de plata, arte huichol, sombreros de charro típicos de Jalisco, rebosos de Santa María, alebrijes de Oaxaca, cerámica de Guerrero y talavera de Puebla.


6.

Los habitantes de la Ciudad de México y del resto del país son visitantes y compradores poco regulares en este centro de comercio. Quienes son los principales clientes e interesados por la riqueza cultural y artística que albergan los muros de La Ciudadela son los visitantes extranjeros, quienes aprecian las artesanías y desean llevarse de vuelta a su país un pedacito de México.


7.

Uno de los aspectos de gran importancia del mercado de La Ciudadela, radica en que es una forma de preservar las tradiciones familiares, ya que muchos de los creadores que aquí trabajan han recibido estas enseñanzas de sus padres y abuelos y esperan que sus futuras generaciones continúen con lo que para ellos es más que su medio de sustento, es parte de su vida y de su historia.


8.

Al visitar el Mercado de Artesanías, no puedes dejar de visitar el local 137, donde doña Petra García Rivera te mostrará el minucioso trabajo que realiza con vidrio estirado. La elaboración de objetos es tan infinita como su imaginación y aunque utiliza vidrio de la mejor calidad para asegurar la durabilidad de sus productos y su correcta fabricación, también utiliza materiales reciclados.


9.

Los espacios reducidos de los locales no propiciaron que las artesanías se produjeran en el mismo mercado. Sin embargo, los artesanos trabajan desde sus talleres, en su propia localidad, para luego trasladarlos a La Ciudadela, así que puedes estar seguro de que los productos que encuentras ahí son 100% artesanales.


10.

Como último dato, cuando visites este sitio y veas algo que te agrade, quizá te parezca un poco costoso. Sin embargo, toma en cuenta que son piezas únicas, que no se fabrican en serie y que representan el saber, la tradición y el esfuerzo de las manos artesanas que los elaboran. Evita regatear a los vendedores, piensa que la cultura no se puede abaratar.


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