Juan Sebastián; crónica de creación en tiempo real

Por: Rebeca Avila

La lluviosa tarde del jueves 25 de mayo, en la Estación Indianilla situada en la colonia Doctores, se llevó a cabo la presentación de la nueva imagen de la página digital de las papelerías Lumen. Dicho evento, pensé que se vería afectado por el clima, sin embargo, en menos de media hora, la concurrencia parecía haber ocupado todos los espacios del lugar.

Entre toda la gente, vestido de pantalón y camisa blancos, con sombrero, se pasea el artista plástico Juan Sebastián Barberá Durón, previo a la presentación de su esperado performance. Aunque en el pequeño programa que nos entregaron en la entrada del lugar, se menciona que será un espectáculo multidisciplinario, no me imagino lo que viene en seguida.

Alrededor de las 7:40 de la noche, se comienza a aglomerar la gente en una ala del lugar, donde hay un muro blanco, con casi 300 cuadriculas, que servirá como lienzo para que Barberá plasme la gran sorpresa del programa. De pronto, inicia la música instrumental, en vivo, del ensamble Lluvia de palos. Y al mismo tiempo, una mujer que yacía desde hace unos minutos, inmóvil en la escena, comienza sus movimientos corporales, armónicos con la melodía, pero difíciles de entender para los presentes, al menos para una honesta servidora.

Juan Sebastián está en medio del campo visual que todos rodeamos, listo con pinceles y pinturas de todos colores para mezclar. Tinta amarrilla, azul, verde, roja, rosa, naranja y sus diferentes tonalidades, y matices, van formando figuras de las cuales ninguno de los presentes, tiene la certeza de su significado.

A medida que avanzan los trazos del artista, me encuentro inmersa en un momento en el que, aunque no entiendo el concepto de su obra - el arte abstracto siempre ha sido un conflicto para mí a la hora de comprenderlo para apreciarlo- vislumbro que en ese momento todo embona, está armonizado. El cuerpo de la bailarina Marinés Cardoso que vibra con las percusiones y alientos de los músicos. El ritmo, también está en los movimientos ágiles del pincel de Juan Sebastián, que va dibujando poco a poco, ojos chicos y grandes a lo largo y ancho de su composición pictórica. Nadie adivina en qué momento culminará su creación, ¿cómo saberlo? De pronto, la música parece estarse apagando, el desplazamiento de la bailarina se alenta y Juan Sebastián pone fin a la presentación con un bombazo del color de sol.