Entre el discurso de José Saramago

Por: Ana Martínez

Una de las personalidades más influyentes en el mundo de las letras es, sin duda, José Saramago quien al ganar el Premio Nobel de Literatura en 1998 se convirtió en el primer escritor portugués en conseguirlo.

El literato destaca por llevar la conciencia a un estado de análisis capaz de cuestionar la percepción sobre la felicidad, la vida, la muerte, el amor y la sociedad. Para que te adentres en su obra, te presentamos algunos títulos.

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  1 Todos los nombres
  El cuestionamiento de las últimas generaciones se hace presente en este texto: ¿Qué nos hace únicos? Y a su vez, la historia de amor más intensa de la literatura portuguesa: Don José es el hombre que despierta estas inquietudes, cuando un día encuentra entre sus archivos el expediente de una mujer desconocida y por quien no descansará hasta dar con ella.



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  2El hombre duplicado
  Dos hombres exactamente iguales que no se reconocen entre sí, es un hecho que impresiona a cualquiera y prueba de ello es la adaptación que el cineasta canadiense Denis Villeneuve realizó en 2013.



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  3El año de la muerte de Ricardo Reis
  Puede tener en sus manos la felicidad y en un momento darla o retirarla, como Dios con la vida, según se cree.
  
  Esta frase une a Ricardo Reis, el personaje del escritor Fernando Pessoa y que, este libro retoma y le da vida en Lisboa, quien vuelve al enterarse de la muerte de Pessoa creando una serie de conversaciones filosóficas. Sin duda, uno de los mejores tributos.



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  4Ensayo sobre la ceguera
  ¿Qué pasaría si un día todo el mundo se quedara ciego? Esa es la premisa de la que parte esta increíble novela que se convirtió en una de las más leídas y recomendadas del Premio Nobel. La historia comienza con una epidemia de ceguera que obliga a aislar a los afectados en condiciones miserables, atrapando al lector en un mundo que pone en evidencia la decadencia humana.



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  5Las intermitencias de la muerte
  Una historia desarrollada con humor, ironía y sarcasmo que muestra las consecuencias que la desaparición de la muerte ocasionaría en una nación anónima. Demostrando que la muerte no es mala, pero sí necesaria.