Retrógradas, inequitativos, sesgados. Los famosísimos Premios Oscar, galardones que cada año entrega la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, se han enfrentado en los años recientes a estos severos señalamientos relacionados al sexismo y racismo entre sus votantes, además de discriminación por motivos de edad y homofobia. Tanto así que en 2012, un estudio del LA Times encontró que el 94% de los votantes del Oscar eran blancos y el 77% eran hombres.
Desde entonces se han observado cambios a marchas forzadas en esta institución en un intento de cambiar esas cifras, como el incremento del tradicional número de 5,000 miembros con tal de diversificar sus votantes. En 2018 un informe reveló que la Academia había emitido más de 900 invitaciones para votantes adicionales como parte de una iniciativa de diversidad: casi la mitad (49%) de los invitados eran mujeres y el 38% eran personas de color. Más allá de eso, sin embargo, la composición de los miembros de la Academia sigue siendo opaca.
Además, los debates sobre la diversidad de sus nominados y premiados, tanto en términos de género como de raza, se producen constantemente en un momento en que la forma en que interactuamos con el cine está cambiando. Así que, al evaluar el estado actual de los Oscar, podemos ver claramente cómo se incrementa la tensión entre la vieja guardia de Hollywood y los nuevos valores y prácticas de la industria.
En medio de una pandemia global que han dejado abandonadas las salas de cine y congelado las producciones en todo el mundo, entre el incremento de tensiones sociales y desastres políticos, nos preguntamos, ¿siguen siendo relevantes estos premios tan reacios a abrirse al cambio y la diversidad?, ¿los Oscar siguen siendo dignos de su prestigio o se encuentran al borde de su obsolescencia? Las respuestas a estos cuestionamientos podrían encontrarse en la ceremonia que contra toda predicción se realizará de forma presencial el próximo domingo 25 de abril.
La edición 93 de los Premios de la Academia será el primer gran evento de este tipo desde que comenzó la contingencia de salud en EE. UU. y que convocará únicamente a sus presentadores y nominados en persona, aunque se cancelaron todos los acostumbrados eventos previos, la alfombra roja y las famosas fiestas posteriores. Pero más allá de las restricciones sanitarias, el foco de atención sobre estos premios legendarios recaerá en su necesaria transformación y apertura a las nuevas formas de acercarnos al cine, y al arte en general, en medio de las crisis humanitarias actuales.
Sin embargo, lejos de las polémicas que siempre envuelven a estos premios y el escrutinio que recaerá sobre su próxima ceremonia, en este Top #CineSinCortes nos propusimos retomar las innegables obras de arte que se encuentran entre las nominaciones de este año, películas que nos hablan de una convivencia que no volveremos a ver en mucho tiempo, quizá ya no más; historias donde aún vemos reuniones, conciertos y abrazos. También esta selección que presentamos habla de los riesgos que la Academia está tomando frente a tantas críticas y presiones, para al fin reconocer a más artistas de forma más equitativa y diversa.
Comenzamos con la que se perfila como la favorita: Nomadland (2020) representa un riesgo atípico para la Academia en muchos sentidos. No sólo se trata de una película de relativamente bajo presupuesto, también es protagonizada en su mayor parte por “no actores” y, sobre todo, se trata de una gran hazaña de la directora, escritora, editora y productora de la película, Chloé Zhao, una cineasta de origen asiático prácticamente desconocida que está arrasando con todos los reconocimientos por esta cinta sobre un grupo poco visto de la población estadounidense: los nómadas que viven al margen de un sistema que les ha fallado en tantos sentidos. Siempre sorprendente, la gran Frances McDormand fue la primera confabuladora para realizar esta película que ella misma produce y protagoniza, pues fue quien le propuso a Zhao adaptar el libro homónimo de la periodista Jessica Bruder. Aquí McDormand interpreta a Fern, una mujer que luego de perder a su esposo, su trabajo y su ciudad, empaca su vida en una camioneta y se lanza a la carretera en busca de trabajos temporales, como los mal pagados y sin seguridad social que ofrece Amazon, así como la independencia que tanto aprecia. Zhao ofrece un retrato franco y melancólico de las voracidades de la modernidad y, sobre todo, de las personas que, aunque la padecen, guardan su dignidad a toda costa. Fern es su obra maestra, una pionera que vive bajo sus propios términos en medio de un Estados Unidos, y un sistema global, quebrado.
Nomadland está nominada en seis categorías: Mejor película, Mejor actriz principal, Mejor dirección, Mejor guion adaptado, Mejor edición y Mejor cinematografía.
En todo el mundo resuenan la protesta en contra de la violencia contra las mujeres. Es por eso que el que una película como Promising Young Woman (2020) sea reconocida en una plataforma de tal alcance como los Premios Oscar, resulta una gran oportunidad para continuar con la discusión y el reclamo. Emerald Fennell (los fanáticos de la serie The Crown la reconocerán también como actriz), en su debut como directora de largometrajes, elaboró esta visión provocadora con la clara intención de revolver la entraña. La historia gira en torno a Cassie (interpretada por la siempre genial Carey Mulligan), una treintañera que dejó trunca su brillante carrera de medicina, sigue viviendo con sus padres y ahora trabaja como empleada en una cafetería local. Sus padres y su jefa-amiga tratan de motivarla a recuperar su vida y avanzar, pero ella parece estar contenta leyendo en el trabajo e ignorando a los clientes, mientras por las noches visita algún bar donde finge estar ebria para atraer invariablemente a algún hombre que “trata de ayudarla” llevándola a su casa, donde los confronta por tratar de agredir a una mujer casi inconsciente. Está claro que algo muy malo ocurrió en el pasado de Cassie y que por lo tanto ella se ha planteado una misión muy singular que sorprende con sus alcances. Esta es una fantasía de venganza femenina que parece llevar un rumbo predecible hasta que cambia las expectativas de cualquiera, para bien o para mal.
Promising Young Woman está nominada en cinco categorías: Mejor película, Mejor dirección, Mejor guion original, Mejor actriz principal y Mejor edición.
Fuera de las categorías estelares se encuentra nominada una pequeña cinta latinoamericana de otra destacada directora, la chilena Maite Alberdi. Se trata de un documental que entreteje la realidad con un toque de ficción y resulta en un gran estudio de increíbles personajes. Alberdi documenta la misión de un investigador privado al que una clienta le ha encomendado averiguar si su madre es maltratada en el asilo de ancianos en donde la internó. Para cumplir el cometido, el investigador debe reclutar a un hombre mayor para que también se interne en el asilo como cualquier otro paciente y que pase ahí unos meses mientras filtra fotos, videos e información gracias a todos los gadgets de un espía. Sergio Chamy de 83 años es el elegido para esta misión de dar con la señora en cuestión y pasar informes regulares de sus descubrimientos. Sergio es un soldado obediente, pero una vez que llega al hogar de ancianos, la misión se enfrenta a todo tipo de inconvenientes, principalmente porque él resulta tan encantador que no puede evitar convertirse en el centro de atención. Más allá del mero informe de los tratos en el asilo, lo que relata el espía es la vida de toda la gente que vive ahí, en su mayoría mujeres, que a pesar de la edad y sus dificultades tienen la misma inquietud que cualquiera por hacer amistades, divertirse, enamorarse y ser felices. Es aquí donde el documental se transforma callada pero devastadoramente.
El agente topo está nominada en la categoría de Mejor largometraje documental.
Bien al principio de Sound of Metal (2020), el protagonista, Ruben, un baterista de metal que tiene una pequeña banda de culto junto a su novia, descubre que está perdiendo la audición. Sucede de repente, el sonido desaparece de su entorno y las voces se amortiguan. Ruben se toca las orejas, sus ojos se mueven rápidamente y vemos el terror en su rostro. Y como espectadores sentimos lo mismo, gracias a una edición de sonido sorprendente. De pronto estamos completamente atrapados en el creciente pánico existencial de este hombre. El actor que lo interpreta, Riz Ahmed, se perfila como el favorito para hacerse con el Premio a Mejor actor principal gracias a cómo hace que desde el primer momento de este trauma, y todos los que le siguen, este sea mucho más que un simple relato sobre la pérdida del oído. El personaje tiene que aprender a ser sordo, aceptar que ahora es sordo, conforme lo hace su entorno se vuelve más claro y cálido, su cuerpo tenso se relaja. Esos ojos grandes, a veces aterrorizados, a veces aterradores, comienzan a brillar con compasión. Estamos viendo nacer a un nuevo hombre. La desgarradora pregunta que queda es si él se da cuenta de ello.
Sound of Metal está nominada en seis categorías: Mejor película, Mejor actor principal, Mejor actor de reparto, Mejor guion original, Mejor sonido y Mejor edición.
Muy probablemente en la categoría de Mejor animación se dará una vez más el galardón al gigante de la animación digital, Pixar, que nuevamente entregó un largometraje destacado. Pero desde Irlanda, otro estudio mucho más modesto, Cartoon Saloon, realizó una de las animaciones tradicionales más hermosas en la historia del cine, indudablemente. Muy lejos de la animación 3D tan dominante en el género, esta película dibuja una historia arraigada en la mitología celta y que ocurre en una ciudad-fortaleza en la Irlanda del siglo XVII. Ahí conocemos a Robyn Goodfellowe, una niña que sueña con ser una famosa cazadora de lobos como su padre (al que le da voz Sean Bean, el famoso Ned Stark de GOT). La encomienda de cazadores como él es exterminar a los salvajes lobos del bosque que la ciudad está talando para expandirse; la intención del padre de Robyn es simplemente mantenerla a salvo como quería su madre fallecida, así que prefiere tenerla encerrada en casa haciendo “labores de mujeres”. Predispuesta a la aventura, la niña no sólo no se queda en casa, sino que se interna en el bosque donde tiene un encuentro cercano con los temibles wolfwalkers, humanos tan salvajes y conectados con los lobos que bien podrían ser bestias igual; lo que Robyn descubre en estos caminantes con lobos, y en ella misma, es una idea muy poderosa sobre el miedo infundado a lo diferente, así como el daño que pueden hacer el fanatismo y el odio. Es difícil describir el amor por la magia, la naturaleza, la amistad entre mujeres y la fuerte conexión entre estas fuerzas que describe la película. Aunque de igual manera retrata en contraparte la ignorancia y el terror que han llevado a los hombres a destruir muchas de las riquezas y maravillas de este lugar al que llamamos nuestro mundo.
Wolfwalkers está nominada en la categoría de Mejor largometraje de animación.