Por: Rebeca Avila Nava

La animación antes y después de Toy story

A principios de la última década del siglo XX, los ejecutivos de Disney —el monstruo cinematográfico antes de la animación, ahora de casi todo lo que toca la pantalla grande— temblaron cuando se les presentó la propuesta de dejar de hacer animación tradicional, a mano, para pasarse al futuro: la animación por computadora. Temiendo que posiblemente las máquinas sustituyeran a los dibujantes, decidieron ir con precauciones.

Cuando John Lasseter a través de Pixar presentó el proyecto para echar a andar una historia donde los juguetes cobraban vida, con el fin de sacar a flote la pequeña división de software para animación de Apple, y después de tantas negativas y tropiezos, jamás imaginó que cambiaría para siempre la industria del entretenimiento cinematográfico, donde logró hacer congeniar a niños y adultos —sin que pareciera obligación propia de quien tiene hijos— y darles una buena dosis de diversión y emociones a través de la animación.

Aunque el triunfo de Pixar no está en la vanguardia de la animación, sino en sus guiones que no pertenecen a los cuentos prefabricados de Disney, lo cierto que es a raíz de su incursión en la industria fílmica, abrió paso a otras mentes y estudios que cuentan historias para chicos y grandes a través de dibujos que, lejos de ser la sustitución de las manos de dibujantes, son una extensión de estas y perfeccionamiento de la creatividad.

Con el próximo estreno de la cuarta entrega de Toy Story, y ya sea que nos guste o que estemos del lado de la contracultura que aborrece todo lo que le gusta al resto, es imposible negar la importancia de los estudios Pixar, no por descubrir el hilo negro, pero sí por empezar a tejer un nuevo camino en la forma de hacer cine. En ese contexto, dedicamos este Top #CineSinCortes para visibilizar proyectos de animación que destacan por su innovación.


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¿El stop motion deja de ser artesanal?

La identidad de los Estudios Laika es el stop motion, una de las técnicas de animación más antiquísimas y complejas de la cinematografía, pues consiste en el modelado de personajes y realización de cientos y miles de fotogramas para lograr crear la sensación de movimiento. ¿Cómo implementar la tecnología de última generación al stop motion? Por supuesto que las marionetas y la animación siguen haciéndose de manera manual, sin embargo, con ayuda de las computadoras pueden rellenar espacios muy vacíos, escenas con multitudes y lograr el movimiento de elementos que aún con toda la paciencia es complicado realizar en las marionetas. Laika es responsable de títulos tan maravillosos, pero no siempre taquilleros como Coraline y la puerta secreta, ParaNorman, Boxtrolls y Kubo y las dos cuerdas mágicas.


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La resistencia

Los estudios de más renombre y fama de Japón, Studio Ghibli, creadores de importantes filmes de anime a nivel mundial como La princesa Mononoke, El viaje de Chihiro, La tumba de las luciérnagas y El increíble castillo vagabundo, continúan realizando sus producciones con las viejas —no por ello malas— técnicas, desde dibujar y colorar hasta animar. Por supuesto que ya se han implementado las tecnologías digitales no en busca de agilizar los procesos, sino en aras de crear producciones artísticas de muy alta calidad. La princesa Mononoke, de 1997, fue la última película de los estudios que se dibujó a la manera tradicional, con celdas de plástico. A pesar de ello, contiene fragmentos diseñados por computadora insertados en escasos minutos realizados con pintura digital.


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La animación sobre foto

El arte de la rotoscopia es de las técnicas más antiguas del cine (principios del siglo XX) cuando se filmaba a actores reales para después calcar sus movimientos y contornos como referencia y así crear dibujos animados que en ese entonces no poseían movimientos realistas. Esta técnica fue usada por Walt Disney para animar su primera cinta a color Blanca Nieves y los siete enanos, y de ahí para adelante. Actualmente la rotoscopia puede ser casi obsoleta, pero hay quien buscó darle un giro y crear un proyecto interesante que da un afecto de mezcla entre cómic e imagen real. Se trata de Richard Linklater y sus filmes Waking life (2001) y Scanner Darkly (2006). Ambos relatos para adultos, el primero se sumerge en el existencialismo y lo onírico, mientras que el segundo ofrece un futuro distópico donde el mundo de las drogan impera.