Por: Alessy Castañeda

Terror a la mexicana: Autoras de lo fantasioso, real y sombrío

Se dice que desde que existe el ser humano, existe el miedo ¿a qué se debe esto? El miedo es una de las emociones humanas más básicas, aparece continuamente porque le tememos a lo incierto y desconocido, aquello que no podemos controlar ni mucho menos ver, y es en la literatura donde principalmente se han volcado cientos de historias entorno al terror.

Desde el inicio de los tiempos, se cree que las personas ya comentaban historias que envolvían a entes imaginarios y seres fantásticos, y así generar el miedo al otro con estos relatos, pero no fue hasta el siglo XIX que el terror fue incorporado como un género literario. Una de las primeras en revolucionarlo fue Mary Shelley, cuando en unos días de encierro se enfrascó con un grupo de amigos para escribir historias terroríficas, un experimento organizado por Lord Byron y que a raíz de esto creó Frankenstein o el moderno Prometeo. Si bien, también autores como Edgar Allan Poe, Arthur Machen y Howard Philips Lovecraft se encargaron de ensanchar los cimientos de éste, ¿qué hay de las mujeres?, en específico ¿qué se ha creado en México sobre este género?

Por fortuna, en nuestro país han existido y existen autoras que han incursionado con obras completas, cuentos o poemas en el ámbito del terror; a continuación, te presentaremos a cuatro de ellas para que te adentres a los mundos desconocidos que han construido y conozcas cómo su manera de abordar el terror va más allá de lo sobrenatural, pues éste se encuentra en lo cotidiano.


Amparo Dávila

Nació en 1928 en Pinos, Zacatecas y falleció el 18 de abril del 2020 en la Ciudad de México. Fue la única sobreviviente de sus tres hermanos, por lo que desde pequeña conoció lo que conllevaba la pérdida de un ser querido y la muerte. A los 22 años publicó Salmos bajo la luna (1950), su primer libro de poemas y escribió dos más: Perfil de soledades (1954) y Meditaciones a la orilla del sueño (1954). A pesar de que su trabajo como poeta ha sido destacado, el cuento es por lo que ha logrado consagrarse y le valió el premio Xavier Villaurrutia en 1977, la medalla de Bellas Artes y el Premio Jorge Ibargüengoitia de Literatura en 2015; entre sus cuentos más destacados se encuentran: Tiempo destrozado (1959), Música concreta (1964), Árboles petrificados (1977), Muerte en el bosque (1958) y Cuentos reunidos (2019), el cual incluye la obra inédita Con los ojos abiertos. El estilo de Amparo Dávila se caracteriza por el uso de un lenguaje claro y reflexivo sobre aspectos de la vida que no se comentan ni se les presta la debida atención. Enfrasca a sus personajes en lo que parecieran ser días, incluso años, mientras viven un romance o alguna pesadilla. Su obra está enfocada en temas de misterio, fantasía, tristeza, locura y sufrimiento, de todo lo “extraño”.

El espejo:

“Miré hacia el espejo. Allí se reflejaba la imagen de la señorita Eduviges, alta, muy delgada, casi huesuda. En su cara amable, enmarcada por sedoso cabello castaño (…) El espejo reflejó por algunos minutos aquella imagen, exacta, fiel”.

Este relato es parte de su primer libro de cuentos, Tiempo destrozado, narrado por un joven que tiene a su madre enferma en el hospital; debido a que él debe realizar un viaje de negocios, la deja a cargo con una enfermera para que la cuide durante su ausencia. Cuando regresa, se encuentra con una persona totalmente diferente, ahora su madre luce más débil y pálida, por lo que el chico se asusta y comienza a cuestionar el cambio tan drástico de su mamá, al no obtener respuestas, él comienza a investigar y descubre algo turbulento.

El huésped:

“Nunca olvidaré el día en que vino a vivir con nosotros. Mi marido lo trajo al regreso de un viaje (…) No pude reprimir un grito de horror cuando lo vi por primera vez. Era lúgubre, siniestro. Con grandes ojos amarillentos, casi redondos y sin parpadeo, que parecían penetrar a través de las cosas y de las personas”.

También es parte del libro Tiempo destrozado y narra la historia a través de la perspectiva de una esposa; ella vive con su marido, dos hijos, María, la señora del aseo y el hijo de ésta, en una gran casa lejos de la civilización. En un principio todo parece tranquilo, a pesar de los problemas familiares, pero un día el padre lleva a un nuevo huésped a vivir a la casa y a partir de su llegada, comienzan una serie de horrores y males para la protagonista.


Inés Arredondo

Nació el 20 de marzo de 1928 en Culiacán, Sinaloa y falleció el 2 de noviembre de 1989 en la Ciudad de México. Cuentista destacada de la Generación del Medio Siglo, también fue distinguida con el Premio Xavier Villaurrutia; su obra está compuesta de 34 relatos escritos en tres libros: La señal (1965), Río subterráneo (1979), Los espejos (1988) y un relato infantil, Historia verdadera de una princesa (1984).

Dentro de su obra, en lo que más hace hincapié es en el poder de las palabras ya que éstas pueden otorgarle momentos de paz, alegría o benevolencia a alguien o, por el contrario, pueden dañar, afectar e incluso matar. Por otra parte, Arredondo fue una de las primeras en cuestionar los roles y valores tradicionales, la desigualdad de género, los estereotipos y la falsa moral; también se centró en el fin de la vida, los malestares y la maldad.

Orfandad:

“Un silencio de muerte reinaba en la habitación oscura y fría. No había médico ni consultorio ni carretera. Estaba aquí”.

La historia perteneciente a Río subterráneo, trata sobre una niña que sufre un accidente en el que sus padres mueren y ella es la única sobreviviente. Para que no quede huérfana, sus familiares más cercanos van a visitarla al hospital en el que se encuentra y así evaluar qué tan conveniente sería hacerse cargo de ella porque puede resultar ser más una carga, debido a su condición.

La sunamita:

“Me sequé las lágrimas y no sentí que llegaba, sino que me despedía. Las cosas aparecían inmóviles, como en el recuerdo, y el calor y el silencio lo marchitaban todo”.

Este cuento se localiza en su compendio titulado La señal, en esta historia retrata el paso hacia la muerte con el personaje del tío Apolonio, un señor de la tercera edad que sólo está esperando su hora, y a su sobrina Luisa, quien llega a cuidarlo en lo que parecieran ser los últimos días de su vida. La joven es casi como su hija, le tiene una estima grande y aunque con gusto lo vigila en su lecho, poco a poco se va cansando y marchitando de lo agotador que resulta su labor, pero esto cambia cuando se detona un suceso que hará que Luisa desee que Apolonio muera pronto y rápido.


Guadalupe Dueñas

Nació el 19 de octubre de 1910 en Guadalajara, Jalisco y falleció el 13 de enero de 2002 en la Ciudad de México. Durante su juventud tomó algunos cursos en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, en 1954 se publicaron sus primeros cuentos en la revista Ábside. El gobierno de Jalisco le otorgó el Premio José María Vigil en 1959 y escribió cuatro colecciones de cuentos: Las ratas y otros cuentos (1954), Tiene la noche un árbol (1958), No moriré del todo (1976) y Antes del silencio (1991), también cuenta con una semblanza de autores titulada Imaginaciones (1977).

Aunque la muerte es su temática central y sus textos pueden llegar a ser sombríos, la retrata con ironía y cierto humor; sus textos suelen ser breves y redondos, también caen en lo fantasioso, pero logra equilibrar aquella excentricidad con la realidad, haciendo que todo sea posible dentro de sus historias.

La historia de Mariquita:

“Como explico, lo importante era descubrir el lugar de Mariquita. En ocasiones quedaba debajo de una cama, otras en un rincón estratégico; pero la mayoría de las veces la localizábamos arriba del ropero”.

Historia que pertenece a Tiene la noche un árbol, cuenta cómo Mariquita, la hija mayor que falleció al nacer debido al parto prematuro, es conservada por su padre en un frasco de chiles con una sustancia que creó para así preservar su cuerpo. Tras la muerte de los padres, las hermanas de Mariquita no se hacen cargo de ella y deciden enterrarla en el jardín ya que después se mudarán así que no les preocupa dejarla allí. Pero como en toda historia, hay diversos giros que te hacen cuestionar si en realidad estaba mal que conservaran a su hermana en un frasco.

Al roce de la sombra:

“Le dolía haber sorprendido a las ancianas, peor que desnudas, en el secreto de sus almas (…) La Nena bailaba sosteniéndose en el hombro de imaginario compañero, y Monina, en su asiento, reía por encima de la música, por encima del monólogo dominante”.

Este cuento también se localiza en la colección Tiene la noche un árbol, se centra en la travesía de Raquel, una joven que llega a trabajar a una casona en el pueblo de San Martín. Esta casa pertenece a las hermanas Moncada, mujeres ya de la tercera edad y cómplices de un secreto. A pesar de la fascinación que generan entre la gente del pueblo por lo que poseen, Raquel, nota los rasgos terroríficos que existen en la casa y en las Moncada, y logra descifrar el gran secreto de las hermanas, deseando así nunca haber llegado a ese lugar.


Teresa Piazza

Periodista, escritora y traductora. A raíz del proyecto Diadoti, una simulación del laboratorio novela donde cinco escritoras –Teresa entre ellas– se encerraron en una casa de Valle de Bravo para crear novelas de terror que salieran de lo convencional, escribió La caza de la ballena azul (2018).

La caza de la ballena azul:

“La muerte seduce, atrae (…) nos venga de la vida. En un mundo cerrado, en donde todo está muerto, lo único valioso es la muerte”.

El libro que nació de este proyecto destapa una forma de terror cercana. Aborda lo oscuro de las redes sociales a través de un juego virtual que se titula La ballena azul, el cual induce a los adolescentes a realizar 50 desafíos, uno cada día, teniendo como desenlace el suicidio. Budeikin, el creador del juego, funge un rol de padre, pero se aprovecha de la vulnerabilidad de los jóvenes buscando sacar ventaja de éstos incitándolos a seguir con los retos mientras los consuela y, a su vez, amenaza. El método del creador es utilizar la ignorancia, morbo, necesidad de atención y el desinterés por la vida para así llevarlos al límite.

Si somos minuciosos, nos damos cuenta de que las historias que estas escritoras han creado han ido más allá de simples monstruos, vampiros, aliens o espíritus en pena; sus narraciones aterrizan en nuestro día a día, resaltan los males que nos rodean: la violencia, enfermedades, abandono, soledad, abusos, etc. Los textos de estas autoras atemorizan más, porque son sobre “algo” que nos puede pasar a cualquiera, que hemos vivido o sido testigos. El terror de estas mujeres es del que debemos tener mucho cuidado.