La civilización del espectáculo,
Mario Vargas Llosa

Por: Alejandra López Sánchez

Un mundo donde el primer lugar en la tabla de valores vigente lo ocupa el entretenimiento, y donde divertirse, escapar del aburrimiento, es la pasión universal [...] convertir esa natural propensión a pasarlo bien en un valor supremo tiene consecuencias inesperadas: la banalización de la cultura, la generalización de la frivolidad y, en el campo de la información, que prolifere el periodismo irresponsable de la chismografía y el escándalo.

A través de este ensayo, Mario Vargas Llosa presenta una radiografía de la sociedad contemporánea. La banalización del arte y la literatura, el amarillismo de la prensa y las frivolidades políticas son para el autor, algunos de los síntomas que aquejan a las industrias culturales de nuestro tiempo.

De acuerdo con el texto, estas industrias han transformado lo que conocíamos como cultura en artículos de consumo de masas. Artículos que sirven exclusivamente para entretener y que expiran al ser consumidos. Esto, a diferencia de los productos de la cultura del pasado, cuyo objetivo era trascender en el tiempo, permanecer en la memoria colectiva.

En consecuencia, solo aquellos productos que tienen éxito, que se venden, que se retuitean, son considerados buenos, dejando de lado y olvidados en el tiempo aquellos que fracasan en términos de popularidad y consumo. De esta manera, el valor de la cultura, pareciera estar determinado por el mercado, el valor comercial, y la fama.

A este argumento, subyace la crítica a una sociedad para la que "pasarla bien", parece ser el único fin. Una sociedad donde lo inmediato y lo efímero, prevalece sobre lo duradero; donde la imagen y el sonido predominan sobre la palabra; donde la televisión, el internet y los medios audiovisuales imperan sobre los libros.

Mediante esta visión nostálgica de la cultura y las industrias culturales, Vargas Llosa se suma a las voces críticas de nuestro tiempo, como Gilles Lipovetsky y Ulrich Beck, entre otros, para quienes el individualismo, la frivolidad, el narcisismo, lo fugaz, lo desechable y el mercado, se han convertido en conceptos que estructuran el día a día y el pensamiento en la actualidad.