Por: Rebeca Avila

Sofia Coppola y las bandas sonoras más refrescantes de los 2000

Para las mujeres aún es una odisea abrirse paso en sectores dominados por hombres como lo es en cine. La proeza se vuelve titánica cuando una mujer viene de un linaje de realizadores cinematográficos: su valor y talentos se verán mermados bajo el halo del nepotismo, méritos regalados no ganados. Así ha sido una parte de la carrera de Sofia Coppola, actriz, directora y guionista, hija del mítico Francis Ford Coppola, hermana de Roman Coppola y prima de algunas otras figuras famosas de Hollywood. Aun así, y pese a haberse resistido al ejercicio fílmico antes de estudiar fotografía y moda en el California Institute of the Arts, Sofía no pudo rehuir de lo que había aprendido desde niña, el arte de filmar.

Pese a que continúan las afirmaciones de lo fácil que ha sido llegar hasta dónde está y hacerse de un Oscar por Mejor guion original por Lost in Traslation (2003) -que también estuvo nominada a Mejor película y Mejor Dirección, siendo la tercera mujer en la historia, hasta ese entonces, y una de las siete en total en ser nominada en esta categoría-, o de una palma de oro en Cannes -más otras dos nominaciones- por El seductor (2017), la realidad es que Sofía ha forjado un estilo propio fuera de los cánones de su familia, donde las mujeres al borde son las protagonistas, las paletas de color vacilan en los tonos pastel y la melancolía, y la perspectiva femenina ofrece mucho más que sólo cintas para señoritas superfluas.

Pero esta vez no estamos aquí para alabar el cine de Sofia Coppola a propósito de su cumpleaños número 50 (14 de mayo), sino para repasar esa otra experiencia que nos ha ofrecido a través de sus filmes: momentos memorables dentro de sus películas gracias a su banda sonora.


Vírgenes suicidas (1999)

Su debut como directora fue este filme independiente que ahora forma parte del arsenal de cine de culto. La historia gira entorno a las hermanas Lisbon que viven en el Detroit suburbial de los 70. Las cinco jóvenes, de entre 13 y 17 años, se encuentran bajo las estrictas reglas de su padre, un profesor de matemáticas, pero sobre todo de su madre. Ambos están en desacuerdo con que las chicas tengan contacto social con hombres de su edad fuera de la escuela, y esto propicia en los primeros minutos del filme, el suicidio de la hija menor. La música original estuvo a cargo del dúo francés Air, después del lanzamiento de su álbum debut Moon Safari. Para este primer filme de Coppola, pese a que toda la banda sonora original fue creada por ellos, regalaron uno de los temas más representativos de la filmografía de la directora, de los favoritos de sus fans y de culto para los amantes de la música independiente: Playground Love, dando fruto a esas BSO que se vuelven más que música incidental.


Además, de la música compuesta por Air, que hace posible que a través de la música también experimentemos esa asfixia, tristeza, oscuridad y sordidez que rodean los etéreos rostros de las Lisbon advirtiendo que quizá algo peor está por ocurrir, Vírgenes suicidas también contiene temas clásicos de los 70 como Crazy on You de Heart o Everything You’ve Done Wrong de Sloan. Incluso muestra a la música como vehículo de comunicación en el sentido estricto con aquella escena donde sus adolescentes vecinos enamorados de ellas y preocupados por no haberlas visto salir de casa por varias semanas, tratan de contactarlas para ayudarlas a escapar de su encierro, usando como hilo conductor de mensajes las canciones Hello it’s me de Todd Rundgren, Alone Again de Gilbert O'Sullivan y Run to Me de Bee Gees, a través del teléfono.



Lost in Traslation (2003)

Su segundo filme la consagró como una de las mujeres que más fuerte empujaban en la dirección cinematográfica. El argumento de Perdidos en Tokio, como se tituló en Latinoamérica, muestra a dos personajes, Bob Harris y Charlotte; él es un actor de 25 años de casado, ella una recién graduada de filosofía que acompaña a su esposo en su viaje de trabajo. Ninguno de los dos se halla, pero no es la geografía sino el sentido de sus vidas maritales lo que no tiene rumbo. Hospedados en el mismo hotel, se cruzarán algunas veces hasta que por fin deciden acompañarse un día en su solitaria estancia. La parte crucial, narrativa y musicalmente es aquella mítica escena de Scarlett Johanson con peluca rosa cantando en un karaoke. En esos minutos de complicidad gestada en miradas cruzadas mientras los personajes interpretan canciones de seducción y amor, se emplean canciones como Brass In Pocket de Pretenders o More Than This de Roxy Music


La variedad de estilos musicales en Lost in Translation van desde los sonidos futuristas de Prime8 Pimpin, Phoenix y My Bloody Valantine acompañando ese regreso de madrugada abordo de taxi a través de Tokio. Pero para quienes han llegado al descorazonador final, Just Like Honey de The Jesus And Mary Chain, rondará sus mentes por siempre.


María Antonieta: la reina adolescente (2006)

El soundtrak más ecléctico dentro de los filmes de Sofia Coppola llegó con su tercera película, una polémica visión de la vida de una de las monarcas más famosas y odiadas por la historia, María Antonieta de Francia. Sin ninguna pretensión de rigor histórico, Sofia Coppola presenta su propia versión de la vida de una adolescente obligada a reinar un país extranjero. A esta propuesta filmada en el mismísimo Versalles, la cineasta arriesgó el agregar música de lo más variada; unas pocas composiciones de la Francia del siglo XVIII como Vivaldi o Jean-Philippe Rameau; música original compuesta por el pianista Dustin o’Halloran; o música independiente de los 90 y 2000.


Las escenas entre lujosas habitaciones y pasillos del palacio, jardines, carruajes y mascaradas reales, donde María Antonieta (Kirsten Dunst) pasa el tiempo despilfarrando dinero con sus favoritos, son musicalizadas con temas festivos de Bow Wow Wow, pero también por canciones del postpunk con Gang of Four y Adam & The Ants y new wave con New Order.


Mientras que la melancolía, pesadumbre e incertidumbre y desolación de la protagonista son acompañadas de Aphex Twin, The Radio Dept, The Cure y The Strokes.


Sofia y Phoenix

Las últimas películas de Sofía (a excepción de The Bling Ring) han tenido un romance musical con los franceses de Phoenix -tal como ella lo tiene con el líder de la banda, Thomas Mars, quien es su marido-. Para Somewhere (2011) -que lo mismo incluye a Foo Fighters para un baile erótico que a Gwen Stefani para una práctica de patinaje en hielo-, The Beguiled (2017) y su reciente filme On the Rocks (2020), Coppola encargó la banda sonora original a la agrupación. En la última cinta, el tema principal se ha vuelto también un éxito entre los seguidores de los músicos originarios de Versalles.