Por: Arody Rangel

Spinetta y Artaud

“El Rock es el instinto de vivir y en ese descaro y en ese compromiso”.

Rock: música dura. La suicidada por la sociedad, Luis Alberto Spinetta


Genio, iluminado, dios y otras palabras parecidas se han usado para referirse a Luis Alberto Spinetta, el mítico padre del rock argentino, quien de hecho rechazaba los apelativos grandilocuentes y modestamente concebía su arte como la expresión de un instinto vital; rechazaba hacer del rock un negocio, el endiosamiento de sus figuras y que a la creación se antepusieran los intereses de la industria y lo mediático.

Spinetta inició su carrera a los 19 años, en 1969, con la primera de sus bandas, Almendra, y su carrera musical comprende más de treinta álbumes y la creación de otras míticas bandas del rock argentino como Pescado rabioso e Invisible. Artista prolífico, Luis Alberto Spinetta tiene además el mérito de haber sentado las bases del rock en su país y de haberle dado una identidad, un carácter nacional, pues, hacia finales de los sesenta y principios de los setenta, este género y sus representantes no sólo se enfrentaban con la represión de las recién instaladas dictaduras en América Latina sino también con cierto rechazo y la incredulidad de que esta música, considerada original y propia de los angloparlantes, pudiera germinar y lograr una manifestación original y propia en los países de Latinoamérica. Hoy todo eso es historia.

Este 23 de enero Luis Alberto Spinetta cumpliría 70 años, para celebrar su talento y obra dedicamos este Pantalla sonora a Artaud, uno de sus mejores discos (considerado por la Rolling Stone de Argentina como el mejor disco de rock de este país). Lanzado a finales de 1973, el material apareció bajo la firma de Pescado Rabioso: a pesar de que los integrantes de la agrupación se habían separado unos meses antes por disparidades creativas, Spinetta amparó su creación bajo el concepto de Pescado rabioso, no de la agrupación; de hecho, Artaud es considerado por muchos el segundo disco solista del Flaco.

El nombre tan peculiar de este álbum viene del poeta y dramaturgo francés Antonin Artaud, creador del teatro de la crueldad, y a quien el joven Spinetta leía a sus 23 años. Los ensayos del francés Heliogábalo o el anarquista coronado y Van Gogh, el suicidado por la sociedad causaron tal impacto en él, le dejaron tal cuota de desesperación ‒como él decía‒, que concibió este disco como respuesta o antídoto al sufrimiento que le acarreó leer estas obras. A todo este hervidero creativo hay que sumar la influencia de los surrealistas en el músico argentino, por esta razón Artaud es considerada una obra conceptual.

Además, el disco posee un fuerte talante combativo y disidente. La caja del LP original desafiaba el formato cuadrado y se manifestaba como un polígono irregular incómodo de ver y de llevar (obra del diseñador Juan Orestes Gatti); los colores de este disco-objeto se deben también a una idea de Artaud, que en una carta de 1937 le escribía a Jean Paulhan “¿Acaso no son el verde y el amarillo cada uno de los colores opuestos de la muerte, el verde para la resurrección y el amarillo para la descomposición y la decadencia?”. Durante las presentaciones del disco, se repartían entre los asistentes folletos con pasajes de la obra de Artaud y el manifiesto creativo de Luis Alberto Spinetta Rock: música dura. La suicidada por la sociedad. Así coronaba el argentino su obra más vanguardista. Escuchemos.


Cementerio club

El segundo tema del legendario Artaud es un blues poderosísimo cuyos versos han sido interpretados como una denuncia a la violencia que acaecía en Argentina durante la época o como insignia de una de las denuncias del aquel manifiesto artístico con el que nació el disco y que alerta sobre el endiosamiento de los artistas. Spinetta le contó a Eduardo Berti (autor de Spinetta, conversaciones e iluminaciones de 1988, texto en el que se encuentra la anécdota), que en 1977, luego de que lo arrestaran ‒cosa habitual para los rockeros, pues tenían prohibido hacer presentaciones en aquellos tiempos de represión dictatorial‒ halló escrito en la pared de la celda "Qué solo y triste voy a estar en este cementerio" y él lo completó con "Qué calor hará sin vos en verano" después de haberle mostrado al comisario que ahí alguien había escrito una de sus canciones. El riff de guitarra eléctrica de Cementerio club es tremendo, una guitarra lamentándose ni más ni menos; por ahí un compatriota del Flaco dijo que era uno de los mejores solos de guitarra de la historia y de los más personales, y lo tomó prestado para una de sus canciones ‒tremenda igual, tristísima y personalísima‒.




Por

Una canción escrita a cuatro manos ‒las de Spinetta y de Patricia Salazar, su novia de entonces, con quien compartió un buen tramo de vida y es la madre de sus cuatro hijos‒, una especie de cadáver exquisito formado por 46 sustantivos colocados unos tras otros según su métrica, ajustados a la música que ya estaba hecha y rematados por la preposición que da nombre a la pieza. Se trata de un arrojado experimento poético de un vivo espíritu vanguardista.




Cantata de puentes amarillos

La cantata, un género de la denominada música culta, es una pieza escrita para una o varias voces solistas, tiene varios movimientos y a veces un coro… Y sí, la de puentes amarillos de Spinetta cubre los requisitos, pero más que eso, es una de las cimas del álbum tanto por la música como por la letra. En esta canción se hace referencia a los personajes trágicos de los textos de Artaud que impactaron e influyeron a Spinetta ‒Heliogábalo, emperador romano andrógino-anarquista, asesinado por mor del statu quo y el incomprendido pintor neerlandés que murió en medio de un cuestionable tratamiento psiquiátrico, alienado por un concepto de locura también cuestionable‒; sobre todo a Van Gogh, Spinetta lo leyó en sus Cartas a Theo y de ahí vienen las imágenes poéticas de la letra: el puente amarillo de Langlois en Arlés, la obsesión del pintor por los caminos de cipreses y la desesperación de las aves enjauladas… La sangre alrededor alude tanto a la herida de la oreja de Van Gogh como al asesinato de Heliogábalo en las letrinas de la ciudad.

Por si fuera poco, en esta obra aparece la que se convertiría en la consigna del rock que se abrió paso con Spinetta y que marcó a su generación, cimbró y continúa cimbrando a las generaciones siguientes: Aunque me fuercen yo nunca voy a decir / que todo tiempo por pasado fue mejor / ¡Mañana es mejor!




Bajan

Este es uno de los temas que hacen del Artaud un disco tan variopinto, las texturas y colores del blues, del jazz y del rock se encuentran aquí con el country y dan lugar a una de sus canciones más icónicas (de paso diremos que el mismo paisano de Spinetta que mencionamos antes covereó este tema en su primer álbum solista y usó la misma guitarra que el Flaco en su momento).




Las habladurías del mundo

En el tema que cierra esta alquimia verbal y musical que es el Artaud, Spinetta dice con tono franco, medio nihilista y desenfadado No estoy atado a ningún sueño ya / Las habladurías del mundo / No pueden atraparnos.