El librero
Pita Amor, la undécima musa que invocó a Dios con su poesía
Nombrada ya la undécima musa (la décima lo sabemos es Sor Juana), el recuerdo que dejó Guadalupe Amor, Pita (como también se encargaron de inmortalizarla amigos y enemigos), no es el suficiente para una mujer que fue estridente en cuerpo, alma, voz y pluma. Además de sus tres grandes obras Yo soy mi casa (la primera en publicarse), Puerta obstinada (1947) y Círculo de angustia (1948), donde vierte sus ansiedades, la obra de Amor es conocida también por su poesía con Dios y la fe como ejes centrales, como el más ovacionado Décimas a Dios, un poemario en el que a modo de oración litúrgica, Pita pretende entablar un diálogo con el supremo, una plegaria que por ratos suena a reclamo, otras a devoción total y otras a estar a buscando una ínfima luz de esperanza en medio de la soledad y el vacío.
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